jueves, 22 de diciembre de 2016

La Biblia en un año #Dia339

1° Timoteo 4-6

El Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios. Estas personas son hipócritas y mentirosas, y tienen cauterizada la conciencia; por eso dirán que está mal hacer las cosas que el mismo Dios ha aprobado y establecido en su Palabra. Si éstas cosas son explicadas a los creyentes por los lideres y Pastores en la Iglesias, como Timoteo en Éfeso, éstos serán dignos siervos de Cristo Jesús, bien alimentados con el mensaje de fe y la buena enseñanza que han seguido. En las Iglesias no podemos perder el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas e historias falsas que la gente inventa, en lugar de eso, debemos entrenarnos para la sumisión a Dios y para ser buenos discípulos de Jesucristo. Es por eso que trabajamos con esmero y seguimos luchando, porque nuestra esperanza está puesta en el Dios viviente, quien es el Salvador de toda la humanidad y, en especial, de todos los creyentes. Todas estas cosas debían ser enseñadas por Timoteo a sus ovejas, y en ellas debía insistir con firmeza; nadie debía subestimarlo por ser un joven Pastor, al contrario, era él quien debía ser ejemplo para todos los creyentes en lo que decía, en la forma en la que vivía, en su amor, su fe y su pureza. Dedicado a leer las Escrituras a la iglesia, y a animar y a enseñarles a los creyentes. Timoteo debía entregarse por completo a sus tareas para que todos viesen su progreso, teniendo cuidado de como vivía y como enseñaba, y sin descuidar el don de Dios que estaba en él; pues haciendo se salvaría a sí mismo y a los que lo oyeren. 

En la Iglesia de Éfeso, los creyentes debían aprender acerca del comportamiento hacia los demás, especialmente hacia viudas, ancianos y esclavos; por eso el apóstol Pablo proporcionó una larga lista de instrucciones acerca de la corrección a los hermanos mayores, el sustento de las viudas, tanto jóvenes como ancianas; el trabajo de los lideres de la Iglesia y sus beneficios financieros como obreros de Dios, pues quien trabaja, merece que se le pague; y acerca de la relación entre amos y siervos cuando son creyentes. Timoteo debía obedecer todo lo que Pablo le había ordenado hacer y ser justo con todos, sin tener favoritos. Antes de nombrar a alguien para el servicio a Dios, debía pensarlo muy bien, pues, si esa persona hacía algo malo, él como Pastor también sería responsable de lo que hiciese; y él mismo debía procurar apartarse siempre del mal. Si alguien enseña algo que no va de acuerdo con las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, ni con la verdadera religión cristiana, es un orgulloso que no sabe nada, y que tiene la mala costumbre de discutir sobre el significado de ciertas palabras. Con esto sólo causa envidias, enojos, insultos, desconfianza y peleas en todo momento. Los que hacen eso no son capaces de pensar bien ni conocen la verdad; piensan que, por medio de la religión, pueden ganar mucho dinero. Por supuesto, la religión cristiana hace que nuestra vida sea mucho mejor, pero sólo cuando uno está contento con lo que tiene. Porque, cuando nacimos no trajimos nada al mundo, y cuando muramos tampoco podremos llevarnos nada; así que debemos estar contentos de que tenemos sustento y abrigo. Pero los que sólo piensan en ser ricos caen en las trampas de Satanás, son tentados a hacer cosas tontas y perjudiciales, que terminan por destruirlos totalmente. Porque todos los males comienzan cuando sólo se piensa en el dinero; por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos. Pero nosotros, los que hemos creído y estamos al servicio de Dios, debemos alejarnos de todo lo malo, tratar siempre de obedecer a Dios y de ser buenos discípulos de Jesucristo. No dejando de confiar en él, y amando a todos los hermanos de la iglesia. Cuando enfrentemos dificultades, tengamos paciencia y seamos amable con los demás; imitemos al deportista, que se esfuerza por ganar la competencia: hagamos todo lo posible por ser un buenos discípulo de Jesús, y recibiremos el premio de la vida eterna. Debemos obedecer en todo los instrucciones de nuestro Señor, para que nadie tenga nada de que acusarnos; ser ricos en buenas acciones, guardar la santidad y esperar con deseo su venida; haciendo verdaderos tesoros en el cielo que son los que verdaderamente disfrutaremos en su presencia. 



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