miércoles, 15 de enero de 2014

Vida mía

Es el amor eterno que me has regalado, el que prolonga cada una de tus misericordias. 
Yo te amo vida mía, más allá de cualquier acto generoso que continuamente haces por mí; te amo porque eres tu mismo la obra viva del amor de Dios. 
Eres tu el amor, y cada vez que te pienso se siente más intenso el latir del corazón. 
Yo se que te amo porque no podría existir sin ti; 
Eres tu Jesús, el que sacia mi deseo en la sequía y da vida a mis huesos; me haces manantial cuyas aguas nunca faltan, que fluyen de lo profundo de mi ser por la certeza de creerte.
 Es porque tú me amaste primero, y no rechazaste la cruz por mí, al entregarte por completo solo para hacerme vivir. 
Al amarte voy sintiendo como no puede haber otro como tu, nada es comparable a tu eterna salvación. 
Eres tú que al profundamente conocerme, no puedes oponerte a derramar tu gracia y a abrazarme con pasión. 
No necesito el temer a una eternidad sin ti para que este amor brote dentro de mí; 
No es la ilusión de poder tenerte para siempre lo que me hace amarte así; 
Es sencillo vida mía, yo te amo porque si. 
Yo que nada soy, todo lo tengo al tenerte a ti.