sábado, 16 de diciembre de 2017

Gozo y delicia del corazón

Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales. Jeremías 15:16

Frecuentemente he dicho que no puede haber beneficio sino hay sacrificio, y es que en verdad, no podemos provocar efectos positivos en nuestra vida de fe sino hacemos ciertos ajustes en nuestro comportamiento. Para mi, el estudiar, memorizar y finalmente VIVIR las Escrituras, es entender el lenguaje de Dios. Es poder conocer a profundidad su manera de ser y también su manera de actuar. No en vano la creación de vínculos, la unión y la RELACIÓN entre las personas, se crea a través de la comunicación. El Profeta Jeremías dijo: Cuando descubrí tus Palabras LAS DEVORÉ. Él tenia hambre del consejo y de la perspectiva de Dios, por eso se dispuso a comer del gran banquete que es su verdad. Muchas veces sucede que, contrario a la actitud del profeta, vamos por la vida con desconocimiento de los planes del Señor, de sus procedimientos o de su mover en nuestras vidas. ¿Por qué? ¿Por qué pareciera que ignoramos la forma en la que Él se manifiesta? Porque primero necesitamos ser saciados con el contenido de su voz. El Señor nos ha dotado de un espíritu de ciencia y sabiduría suficiente para que podamos entender la revelación de sus intenciones, y para que estemos completamente apercibidos de lo que Él desea hacer en cada persona. Pero nosotros debemos necesariamente manifestar la voluntad de querer DESCUBRIR su pensamiento como propósito inmediato. No puede morir de hambre quien ha decidido alimentarse de las palabras de Dios, y este es precisamente el camino que debemos emprender hacia nuestro completo desarrollo como discípulos del Señor. 


¡DEVORA!