miércoles, 29 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia170

    Salmos 90-97


     Hoy continuamos las declaraciones acerca del amparo de Dios; la persona más segura e indicada para refugiarnos: solo Él. Un refugio es un lugar apropiado para protegerse o defenderse de algo, y ese, ciertamente es nuestro Dios. Él ha sido nuestro lugar seguro de generación en generación; y el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del omnipotente. Que agradable es tener un espacio donde puedas reposar de las sofocantes y acaloradas circunstancias de la vida, donde puedas estar protegido de los fuertes vientos que arrecian en tu contra, y tener una sombra que te brinda protección frente a las penetrantes temperaturas de las aflicciones. Ese es nuestro hermoso y Altísimo Dios; nuestra mejor defensa, donde encontramos asilo y amparo, donde siempre podemos sentirnos protegidos y resguardados. Que importante es entonces hacer de su presencia nuestra morada, el sitio que siempre queremos habitar para así disfrutar de su protección y abrigo. La consecuencia de nuestra cercanía a Él será invariablemente disfrutar de su ayuda y de su poder; Él es tan maravilloso y tan fiel que se compromete a librarnos, a cubrirnos, a guardarnos; pero, hay algo que debemos hacer nosotros: poner al Altísimo por nuestra habitación; entonces no nos sobrevendrá mal, y ninguna plaga tocará nuestra morada. ¡En las manos nos llevarán sus ángeles para guardar nuestros pies de no tropezar! Lo invocaremos y Él nos responderá, con nosotros estará en nuestras angustias; nos librará, nos glorificará, nos llenará de larga vida y nos mostrará su salvación. Creo que no queda más que decir, el mejor lugar del universo se encuentra en la presencia de nuestro Señor. ¡Aleluya!

    El Señor alegra nuestras vidas con sus obras; son tan grandes y tan profundos sus pensamientos y sus maravillas, que provoca en sus hijos el deseo de cantar y anunciar todas sus misericordias. Él es nuestro Rey eterno, y nos ha mostrado su majestad, su grandeza y su poder; cuando nuestros pies resbalan, su amor inagotable nos sostiene; cuando nuestra mente se llena de dudas, su consuelo renueva nuestra esperanza y nuestra alegría; el Señor es nuestra fortaleza, es la roca poderosa donde podemos permanecer. Nuestro Señor es Dios grande, digno de ser aclamado y enaltecido con júbilo y pasión; entre los pueblos debe ser proclamada su Gloria, y en todos los habitantes de la tierra deben ser conocidas sus maravillas; somos nosotros, sus hijos, sus testigos, los encargados de dar a conocer todos sus prodigios, de que todos puedan saber quien es nuestro Dios; anunciando el día de su salvación y dándole la honra debida a su nombre. Para que toda la tierra tenga conocimiento de todas las cosas asombrosas que Él hace, de nuestras bocas solo deben salir cantos, himnos, maravillas, alabanzas, gozo, alegría, adoración y honor. La luz brilla sobre los justos, y la alegría sobre los de corazón recto. Todos los que hemos creído en su nombre debemos mantenernos alegres en su presencia y alabar continuamente su santo nombre. La verdad, si Él es nuestra morada como leíamos en principio, esto no debería ser ningún sacrificio; nadie nunca se cansa de hablar de lo que AMA. 






La Biblia en un año #Dia169

    Salmos 84-89


Que mejor regalo para los hijos de Dios después de la salvación de sus almas, que su presencia; que alegría para los que pueden permanecer en su casa cantando siempre alabanzas a Él. No hay refugio más seguro, ni lugar más precioso que los brazos del Señor; un solo día en sus atrios es mejor que mil fuera de ellos; y no lo digo solo porque la Palabra lo establezca, lo que me da suficientes razones para creerlo y vivirlo; sino porque en su presencia he encontrado todo mi deleite. No amo al Señor por compromiso, por obligación; porque adquirí con Él ciertos acuerdos que requieren necesariamente mi participación; lo amo por lo que ES, porque llenó todos mis espacios, porque superó todas mis expectativas, porque me alegra recibir de Él todas mis fuerzas y poner mi corazón en sus caminos. Pudiera seguir y seguir pero realmente la relación que tengo con Él es inefable; constantemente trato de escribir y escribir y escribir todo lo que Él significa para mi, y las palabras nunca son suficientes. Los que hacen de la presencia de Dios su habitación irán de poder en poder; porque sol y escudo es Dios para los que habitan perpetuamente en Él, gracia y Gloria les dará el Señor. Varios de los Salmos son muestra del anhelo ardiente de David por la presencia de Dios y por su intervención en todos los espacios de su vida; el Señor alegraba el alma de su siervo, y siempre estaba atento a la oración de sus ruegos; el deseo de David era honrar y glorificar para siempre su nombre. También es mi deseo. Aunque los soberbios se levantaran contra él, David clamaba al Dios misericordioso y clemente; quien hacía señales de bien para con él, lo ayudaba y lo consolaba. 

    El Señor libra a su pueblo de la muerte, redime el alma de los abatidos, éstas son palabras que todo venezolano con fe se alegraría de leer; no importa que tan densa u oscura pueda parecer la situación, Dios es Dios de TODO PODER. Día y noche claman a Él los que mantienen puesta en su nombre su confianza, y eso es algo que el Señor jamás ignorará; no importa que tanto pueda tardarse su respuesta, ciertamente responderá y nos salvará. Mi mamá acaba de decirme que está hastiada de ver tantos males en nuestro país, y éstas fueron exactamente las palabras del salmista Hemán en el Salmo 88; ciertamente satanás se ha levantado en contra de mi nación, trato de no escribir mucho acerca de eso porque prefiero concentrarme en que el Espíritu de Dios levantará bandera sobre él y lo declarará inoperante; y aunque sé que la crisis nos ha alcanzado, también sé, con plena certidumbre de fe, que el Señor no está ajeno ni indiferente a ninguna de nuestras carencias y necesidades; vendrá como poderoso gigante y los que nos persiguen no prevalecerán. El salmista declaraba haber caído en pozo profundo y tenebroso, afligido y enfermo, llamando cada día al Señor; como puede ser la situación actual de muchos o como muchos hemos estado en algún momento de nuestras vidas; pero Él vendrá y no fallará; estoy tan convencida de eso que ya lo siento llegar. Ninguna de las promesas de Dios ha fallado, y si garantizamos el cumplimiento de las mismas en relación a la integridad del que promete, entonces podemos estar totalmente seguros de que cumplirá. ¿Quien es como nuestro poderoso Dios de los ejércitos? El dueño de los cielos y también de la tierra y de todo lo que en ella habita; el que tiene dominio sobre la braveza del mar y levanta su brazo potente con misericordia. ¿Quien es como Jehová nuestro Dios? El es nuestro escudo y nuestro Rey es el Santo de Israel. El Señor confirmó su pacto con David aún cuando las circunstancias parecían no mostrar la certeza del mismo, pero Él fue fiel a su ungido, a su escogido; su verdad y su misericordia siempre estuvieron con él, aun en la actualidad, y en su nombre ha sido exaltado su poder. Dios sigue siendo el mismo que cumplió a David, a Abraham y a Moisés; tu sigues siendo su escogido, ¿Entonces? No hay razones para dudar de su fiel intervención hoy, mañana y siempre en nuestras vidas. No olvidará su pacto ni mudará lo que ha salido de sus labios. 


martes, 28 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia168

    Salmos 78-83


   En el pasado, los israelitas habían sido muy rebeldes, se olvidaron de las obras de Dios y de todas las maravillas que Él les había mostrado. El Señor hizo proezas para los israelitas en la tierra de Egipto; dividió el mar y los hizo pasar, los guió de día con nube y de noche con resplandor de fuego, hizo que las mismas piedras les diesen agua en el desierto, comían hasta ser saciados y aún así, no dieron ningún crédito a sus maravillas. Ellos buscaban a Dios sólo cuando necesitaban ayuda, pero nunca se mantuvieron fieles a su pacto. Asaf compartió este testimonio acerca de la pasada generación de hebreos, con el propósito de que las generaciones futuras pudieran aprender de sus errores y pudieran guardar los mandamientos del Señor que sus padres habían decidido rechazar y desobedecer. Erróneamente se cree que "nadie escarmienta en cabeza ajena", con el fin de asegurar que sino vives algo por ti mismo, nunca tendrás el aprendizaje necesario para superarlo; yo estoy en total desacuerdo con esta hipótesis, gracias a Dios, a su Espíritu Santo y a su Palabra, recibimos sabiduría necesaria para poder aprender de los errores de nuestros antepasados o de nuestro entorno inmediato, para así no tener que repetirlos; Asaf creía que todas las generaciones por venir podían construir su conocimiento desde los acontecimientos pasados y así no ser como los hijos rebeldes y desobedientes, sino, mantenerse fieles a Dios y darle alabanzas por todas sus grandes maravillas. Ningún padre quiere que sus hijos sea el reflejo de sus fallas, antes bien, desea que aprendan de ellas para que puedan ser librados de cometerlas. 


    El pueblo de Israel rechazó al Señor, caminaron en sus propios consejos y en la dureza de su corazón; pero una cosa es cierta, a pesar de las constantes ofensas de este pueblo, el Señor seguía amándolos con todo su corazón; Él no puede desechar la obra de sus manos, y nuestras debilidades y las formas en las que hemos sido corregidos por Él, nos permiten aprender y mejorar nuestra conducta para poder mantenernos fieles. Podemos ser restaurados, podemos ser salvos, podemos ser limpiados, Él puede hacer brillar su rostro sobre nosotros. Él es el Dios de nuestra salvación y seguros podemos estar de algo: El perdona nuestros pecados por amor a su nombre. ¡A su nombre! Somos suyos; pueblo suyo, y ovejas de su prado; y Él sencillamente no puede negarse a sí mismo. Es tanto su amor por nosotros, que aún sin nada merecer, se hizo carne para morir en nuestro lugar. Nuestras afrentas son limpiadas, y siempre podremos restaurar nuestra comunión con Él. Saben que es lo mejor de su fidelidad: QUE NUNCA SE TERMINA. En este punto de la lectura me siento: Agradecida. 


lunes, 27 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia167

    Salmos 73-77


    En los siguientes capítulos, escritos por el salmista Asaf, él estaba un poco afligido y angustiado por el bienestar inmerecido de los practicantes de la maldad, y por el orgullo y la vanagloria de aquellos que llegan a sentirse hasta superiores a Dios, y a que a pesar de eso, logran conseguir sus propósitos. Sentir envidia de la prosperidad de aquellos que no agradan a Dios es un error en el que muy fácilmente podemos caer como seres humanos; a éstos, al parecer nada les duele, no pasan trabajo, están llenos de salud y nada les preocupa, no sufren como los demás y se adornan con orgullo y exhiben su violencia; con sus palabras ofenden a Dios y a todo el mundo, y aún así, cada vez se vuelven más ricos. ¿Que cosas no? Muchos creen entonces que de nada sirve hacer el bien o tener un comportamiento agradable delante de Dios cuando de igual forma los malos siguen prosperando; y este pensamiento es mucho más recurrente en las mentes de los hijos de Dios de lo que podríamos imaginar. No obstante, el salmista declara haber ido a la presencia de Dios y allí haber entendido cual es el destino de los malvados: ellos van a su propia desgracia, y en un abrir y cerrar de ojos terminan por ser destruidos. Muchos pueden errar de esta forma, sintiendo tristeza o amargura al ver el bienestar primario que estas personas pueden alcanzar; pero a pesar de eso, Dios es fiel y su poder nos mantiene con vida, nos recuerda que teniéndolo a Él nada necesitamos en este mundo. Los que se apartan de Dios acabarán por ser destruidos, los que no le sean fieles acabarán perdiendo la vida; pero el que permanece cercano a Él encuentra su cuidado y su protección.

    Los orgullosos no deberían creerse tan importantes, y los malvados no deberían presumir de su poder ni sentirse tan superiores; porque Dios, que es el único y soberano Juez, a unos les quita el poder y a otros se los da. Cada quien obtendrá el fruto de lo que siembre, y el Señor en su momento acabará con el poder de los malvados y aumentará el poder de los justos. Delante del poder y el furor de Dios temen todas las naciones; la tierra tiembla y permanece en silencio delante de su presencia. Él quiebra el orgullo de los príncipes, y juzga a quienes hacen lo malo y ofenden su nombre. Cuando de pronto decaiga tu semblante como el de Asaf, frente a las injusticias de este mundo y de los que lo habitan, más te vale recordar todas las grandes maravillas del Señor y tomar aliento en sus obras majestuosas así como lo hizo el salmista. No hay Dios tan grande como Él, todo lo que hace es perfecto; Él es el Dios que hace milagros, que muestra su poder entre los pueblos. ¡Dios es el vencedor! Y si el vence, ¡Nosotros también venceremos!


domingo, 26 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia166

    Alto de adoración semanal...


    ¡No puedo creerlo pero así de rápido van más de 70 Salmos! Creo que ya le voy a poner música a esa canción de "demasiado rápido" porque la canto todos los días. Como me dijo mi hermana y discipuladora amada el día de hoy, aún sin comentarle nada del Libro en el cual voy: Cada uno de los Salmos tiene su belleza particular; y de verdad, así es. David sigue siendo el protagonista de estos días, y también lo es del día de hoy, en el cual me corresponde leer otro Salmo de los suyos, que por cierto, que ya hemos leído durante estas semanas; el N° 55. David en muchas ocasiones se mantuvo alrededor de circunstancias tortuosas, complicadas, y como ya lo había leído, enfrentó la traición de muchos enemigos. No obstante, las circunstancias no representan nada para un corazón confiado en Dios; David supo como enfrentar el asecho y la oposición pues su seguridad permanecía en el Señor. Aunque él hubiese querido tener alas como de paloma para volar y descansar lejos del terror, lo que hizo fue clamar y suplicar a Dios por su salvación y pronto auxilio. Tarde y mañana y a mediodía oró y clamó y el Señor lo escuchó; esta es la certeza de todo hijo de Dios.

    La fe es como un musculo, necesita ejercitarse para poder fortalecerse; y las situaciones adversas en vez de hacernos caer, más bien nos hacen aumentar nuestra confianza en el Señor. Todos los días enfrentamos retos, pruebas y desafíos que nos invitan a fortalecer esa fe, y es nuestra decisión caminar aún en la más difícil tempestad que pueda hacernos frente. El Señor es nuestro sustentador, y Él no dejará para siempre caído al justo. Si echamos sobre Dios nuestra carga y nuestras ansiedades confiando en lo absoluto de su eterno poder, podremos permanecer como rocas inconmovibles en su fuerza. Así que, si la duda te visita, no le abras la puerta, no tiene nada bueno que decirte; que tu fe sea tan fuerte como para alcanzar los milagros de Dios. 


La Biblia en un año #Dia165

    Salmos 67-72 

    La Palabra de Dios exhorta a todas las naciones alrededor del mundo a que deberían adorar a su Creador, es decir, a nuestro Dios, el Rey de toda la tierra. Todos los pueblos deben a Dios su alabanza, pues en todos los lugares es conocida su salvación; entonces la tierra dará su fruto y nos bendecirá el Dios nuestro. El Señor es el padre de los huérfanos y el defensor de las viudas, quien hace habitar en familia a los desamparados y saca a los cautivos a prosperidad; a los que le temen le muestra su favor, esparciendo abundante lluvia y reanimando al pueblo exhausto; por su bondad le provee al pobre y defiende de los opresores al oprimido. El Señor siempre levanta la causa del desvalido, del que necesita apoyo y sustento; cada día nos colma de beneficios y nos libra de la muerte. Por eso hoy y siempre, todos los reinos de la tierra deben temer a Dios. Todos los que buscan al Señor, y aman su salvación pueden mantener el gozo y la alegría, pueden decir: Engrandecido sea Dios.

    Al comienzo de este reto, cuando aún leía la historia de Abraham en el génesis; pude notar que aún a avanzada edad este gran hombre de Dios siguió siendo muy prospero y productivo; ya casi llegado a los 100 años recibió el cumplimiento de su promesa con la llegada de su hijo Isaac, también debió enfrentar su más dura prueba, y aún antes de morir procrearía por lo menos 8 hijos más. Así que, la ancianidad no era un problema para Abraham. El Salmo 71 relata la oración de un anciano, creo que aquí encontramos la gran diferencia; personas que aún en sus canas desean hacer de Dios su refugio, su roca y su fortaleza. La vida no termina hasta que Dios decide que termine, así que, este Salmo sin duda anima a toda persona mayor a seguir anunciando las virtudes de Dios. Me imagino (porque no puedo saberlo), que envejecer no es sencillo, desmejoras físicamente y tu animo decae; pero también pienso que cada etapa de la vida trae consigo ciertos retos y exigencias que poco a poco vas superando a medida que vas viviendo, por eso creo que para los ancianos también hay fortaleza, vigor, seguridad, aliento, ánimo y esperanza. es cierto que los ancianos pueden estar limitados por muchos factores, pero también son beneficiados por otros; por eso sus almas puede mantenerse alegres cantando al Señor, haciendo memoria de todas sus bondades, hablando de su justicia todo el día y anunciando sus poderosos hechos. Como bien lo dice la Escritura: Todo tiene su tiempo. Por cierto, no pude evitar pensar en mis abuelas mientras escribía estas lineas, mis abuelos ya murieron; a pesar de que ellas han creído en el Señor, espero que cada día puedan ser aún más llenas de Él para que puedan tener esta fuerza y este estimulo que solo se halla en su presencia.

    Un rey que busca a Dios, es un Rey que gobernará con éxito y prosperidad; Salomón, como buen hombre sabio, más que todos en la tierra, buscó la presencia de Dios para que le fuese concedido el gobernar con rectitud y justicia sobre el pueblo de Dios. Librar a los pobres, salvar a los afligidos, ayudar al necesitado y al desvalido; son algunas de las acciones que este líder, y que muchos lideres desean hacer cuando asumen el poder; pero Salomón si estaba claro en algo, solo Dios podía hacer posibles todas estas maravillas, sin su ayuda y sin su intervención en la nación, no podían ser prosperados. Aunque estas palabras escritas por Salomón se parezcan mucho a un mensaje de campaña política, no lo son, son la verdadera esencia del éxito de un reino o gobierno; que la fama del rey permanezca, que haya mucho trigo, que se le de valor a la vida del pueblo, que la gente no sea tratada con violencia, que reine la justicia; todo esto se logra si el rey desea ser justo como Dios, y gobernar con la misma rectitud. Y no lo olvidemos, Dios al que le pide, le da.


jueves, 23 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia164

    Salmos 60-66

    En todas y cada una de las batallas que debió enfrentar David junto a su ejercito en contra de sus naciones enemigas, una cosa era muy cierta: Jehová peleaba por ellos y les entregaba en sus manos la victoria; por esta y por muchas razones más, los salmistas tenían un sentir en común: En Dios haremos proezas y el hollará a nuestros enemigos. La confianza de David en el Señor era inefable, y estoy segura de que por esto su reinado fue tan exitoso; si el líder mantiene la fuerza, la esperanza, la confianza y la seguridad, ciertamente va a imprimir este estimulo en los que lo siguen. David sabía que aún cuando su corazón desmayase, el Señor lo llevaría a la roca que era más alta que él y sería su refugio y su torre fuerte. Dios proporcionó a David la habitación de su presencia y la seguridad bajo la cubierta de sus alas; oía su oración y le dio la herencia de los que temen a su nombre; añadió años a su vida y preparó misericordia y verdad para su protección. Con muchísima propiedad David pudo decir: Con Dios jamás seré derrotado. ¿Y tu? ¿También lo crees? Este día quiero salirme un poco de la narrativa y darle en cambio un giro reflexivo a la Palabra en la que hemos estado meditando; créelo hermano, amigo que me lees; Dios es tu refugio más seguro y con Él nunca serás derrotado. En Dios debe estar acallada nuestra alma pues de su mano viene nuestra salvación; Él hace cesar las quejas, los gritos, el llanto y el lamento. Que todo tu ser espere en silencio delante de Dios y pon en Él toda tu esperanza. 

    David también exhortó a su pueblo a que confiara en Dios en todo tiempo y a que le dijeran todo lo que había en sus corazones pues el Señor era su refugio seguro, su victoria y su honor provenían de Dios; ya que él era la roca fuerte donde ningún enemigo podía alcanzarlos. Cuando David estuvo en el desierto, buscó al Señor para satisfacer su alma; en tierras áridas y secas donde no había agua, su carne y su alma anhelaban un encuentro con Dios. Al igual que David, muchos otros lideres, Ministros y Apóstoles de Dios prefirieron su misericordia y su amor antes que la vida misma; y creo que este es un punto al que deberíamos llegar todos los hijos de Dios; a tener por poco y por perdida todo, por amor al Señor. Él debe satisfacernos más que cualquier otra cosa, y el contemplar su poder y su Gloria debe ser nuestra absoluta prioridad. Los justos (los que le creen a Dios), se alegrarán en el Señor y en él encontrarán refugio. El Señor ha sido muy generoso con nosotros sus hijos; son bienaventurados los que Él escoge y atrae para sí, para que habiten en su presencia y sean saciados del pan de su casa. ¿Que hermosos regalos cierto? Y lo mejor es que no hicimos nada para obtenerlos, nos los dio así, por amor. Con tremendas cosas nos responde Dios en su justicia; ¡Con tremendas cosas nos responderá Dios es su justicia! Todo lo que ha sido formado por Dios, fue creado para su eterna adoración; toda la tierra es testigo de su gran poder, y sus habitantes le deben alabanza y honra... Definitivamente son asombrosas sus obras, y debe ser aclamado con cantos gloriosos! Así que vengan y vean todo lo que Dios ha hecho y es capaz de hacer, vean los imponentes milagros que hace en favor de los que le temen. Por mi parte, tomaré el gran ejemplo de David y seguiré contando y hablando de todas sus maravillas; puedo decir: vengan y les cuento lo que Dios ha hecho por mí, clamé a Él por ayuda y Él escuchó mi oración; nunca he perdido su amor inagotable. 


miércoles, 22 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia163

    Salmos 55-59


    David constantemente se enfrentaba a sí mismo con la necesidad de orar a Dios para ser librado de los ataques de sus enemigos; en estos Salmos elevó una plegaria pidiendo la destrucción de adversarios traicioneros, cantó a Dios cuando fue preso de naciones enemigas, levantó una plegaria para ser librado de los que lo perseguían, pidió el castigo de los malos y oró nuevamente para ser librado de sus enemigos. Vamos a reflexionar en algo, David aún antes de ser Rey había ganado aprobación y respeto, y luego, al convertirse en el Rey de la nación más poderosa en su época, reinaba sobre el pueblo amado de Dios, todo lo que hacía era prosperado en gran manera, era un gran hombre de guerra, y Dios estaba con él; ¿Para que más? Todo esto obviamente despertó celos y envidias; ¡Claro que iba a enfrentar oposición y enemistades! así como hoy día los grandes hombres de Dios, que deciden asumir grandes posiciones y retos para Él también la enfrentan. Sin embargo, David supo mantener la actitud correcta frente a estas situaciones, que no dejaban de ser angustiantes, alarmantes y desesperantes, pero él, sabía muy bien quien peleaba sus batallas. Fueron muchos los que se levantaron en contra de David con soberbia, pero, aunque sus enemigos quisieron oprimirlo y devorarlo, él pudo declarar: Dios está por mi. En medio de su alabanza convertida en esperanza, su alma era librada de la muerte y ni la más terrible de las persecuciones podían quitarle su deseo de confiar en Dios. Sencillamente, el Señor lo protegía y lo libraba de todos sus temores.  

    David clamaba al Dios altísimo y encontraba en Él su favor; hizo de la sombra de sus alas su amparo y su refugio seguro en cualquier tiempo de quebranto; si la infamia lo acosaba, el Señor desde los cielos enviaba misericordia y verdad y lo salvaba; aunque su vida estuviese entre leones, su corazón estaba dispuesto a cantar himnos y a levantar el nombre del Señor. Justo en esos momentos oscuros, David fortalecía su fe diciendo: Te alabaré entre los pueblos oh Señor, cantaré de ti entre las naciones. ¡Que dependencia tan absoluta! Aún en el momento de ser David perseguido por el Rey Saúl, quien procuraba su muerte; éste pudo adorar a Dios de forma sincera y clamó en búsqueda de su protección y salvación. En mi opinión, David acudía al Señor en cada escenario de su vida, sin importar que tan simple o elemental este pudiese parecer; realmente el Señor era el Dios de TODA su existencia; la dirección a seguir en cualquier encrucijada, y la fuente de las respuestas en cada momento de sed; cuanto más durante esos tiempos de angustia y de perturbación en los cuales los malvados se levantaban en su contra. Podía ser atacado, herido y lastimado pero nunca derrotado; su misma confianza y fe absoluta en Dios ya le garantizaban la victoria! Aún antes de que Dios pudiera librarlo, ya su alma hallaba reposo y eso es tener, para mi, más de la mitad de la pelea ganada. De manera firme y fiel dijo David: Yo, por mi parte, te alabaré en la mañana por tu poder y por tu amor. Tú eres el Dios que me protege; tú eres el Dios que me ama. Por eso te cantaré himnos, porque eres mi fortaleza, porque has sido mi refugio en momentos de angustia.


La Biblia en un año #Dia162

    Salmos 50-54

    Existen dos tipos de personas en el mundo: Aquellos que creen que mediante ofrendas y sacrificios pueden alcanzar a Dios; y aquellos que saben que solo a través de su gracia pueden hacerlo. Dios es un juez completamente justo y los cielos declaran esta justicia; ya recuerdo nuevamente el primer concepto que aprendí cuando empecé mi carrera de Derecho en la Universidad, justicia es: dar a cada quien lo suyo o lo que le corresponde. Ciertamente, tanto aquel que se niega a obedecer a Dios y solo se empeña en repetir sus leyes pero sin desear honrarlo, como aquel que lo adora en verdad y ordena su camino hacia Él, ambos serán juzgados y recibirán lo que merezcan. El Señor no nos juzgará por las ofrendas materiales que presentemos delante de Él, el juzgará cada intención de nuestro corazón y nuestra adoración a su nombre. Siendo Dios el dueño del mundo y de su plenitud, no espera más que ofrendas de gratitud y de fidelidad; algo así como menos religión y mas relación; menos actividad y más intimidad. Solo el llanto de un alma arrepentida y un corazón humillado pueden abrir el camino hacia la reconciliación con Dios; no hay distancia tan grande que Él no sea capaz de cruzar ni hay pecado tan oscuro que Él no pueda perdonar. En ocasiones podemos parecer muy limpios y aceptos por fuera, pero en verdad, estamos profundamente manchados por nuestro pecado, ya que nos hemos negado a ir a aquel que perdona todas nuestras ofensas; y, solo un reconocimiento a tiempo y una confesión oportuna pueden librarnos, lavarnos y limpiarnos.

    El futuro del malvado es trazado por él mismo y por su ensoberbecida rebeldía hacia Dios; éstos de un momento a otro terminan en destrucción y desarraigados de la tierra. Dice le necio en su corazón: No hay Dios; creo que no debe haber necedad más grande que negar su existencia, pero muchos insisten aún en este error tan garrafal. Los que dicen esto son personas corrompidas y todo lo que hacen es detestable; el Señor mira desde los cielo para ver si existe alguno que quiera reconocerlo como Dios, pero justos, no halla ni siquiera uno. Por esta causa fue tan vital y tan necesaria la presencia de un Salvador, a través del cual pudiésemos obtener la justicia de Dios que el mundo desde el principio se encargó de rechazar. El Señor es sustentador y defensor de aquellos que confían y descansan en su presencia; Él nos libra de toda angustia y su nombre por siempre será digno de alabar.  


lunes, 20 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia161

    Salmos 42-49

    Todos los hijos de Dios nos hemos enfrentado a esos días duros y de tristeza profunda, los que sólo quisiéramos recordar para testificar como Dios nos sacó de allí; días en los cuales, al igual que lo reseña el Salmista, han sido nuestras lágrimas nuestro pan de día y de noche; cuando hemos estado tan abatidos, tan atribulados, tan desesperados... Si, lo recuerdo bien. Entonces viene Dios, como el agua para calmar la sed, y recibimos su amor inagotable; podemos levantar a Él nuestro clamor y entonar a Él nuestro canto. Somos llenos de paz, y, aunque la situación quizás no cambie, si cambia nuestro lamento frente a ella. Nuestra alma halla reposo en el Señor; Él es nuestra esperanza, nuestro Salvador y nuestro Dios. Los hijos de Coré también tuvieron conocimiento de éstas y aún mas obras maravillosas que Dios había hecho en la vida de los israelitas de cara a la conquista de la muy anhelada tierra prometida; el Señor, con su mano poderosa y con la luz de su presencia le dio la victoria a los hebreos frente a sus enemigos, y por esta razón era alabando de generación en generación. No obstante, también hubo tristeza en esta nueva generación de israelitas, pues al recordar éstas glorias de sus antepasados, lamentaron no estar disfrutando de las mismas bendiciones al tiempo presente. Creo que pensaban (como error de muchos) que todo tiempo pasado fue mejor. 

    Dios es nuestro amparo, nuestra fortaleza; nuestro pronto auxilio en la tribulación. Aunque se traspasen los montes al corazón del mar, no temerá mi corazón. Parece que los hijos de Coré como buenos descendientes sacerdotales también sabían como alabar y glorificar el nombre del Señor. Estas palabras son exageradamente maravillosas; también se presenta como una de mis partes favoritas del libro aunque no fuese escrita por David. No olvidemos nunca que con nosotros está el Dios del universo; él es Dios de nuestras vidas, él es nuestro refugio. Dios es el Rey de toda la tierra, digno de Gloria y honra; quien da a sus hijos las victorias sobre sus enemigos y quien los hace tomar posesión de su territorio prometido. Poderoso es nuestro Dios y merece nuestra alabanza; gracias a su protección podemos vivir confiados y seguros. No temas cuando algunos se levanten en tu contra y se reúnan para hacerte caer, el Señor los llena de miedo y frustra su planes; ¡Él hará que permanezcamos para siempre! La vida tiene un precio muy alto: ningún dinero la puede comprar, mueren los sabios, y mueren los necios; Pero a sus hijos, Dios los librará del poder de la muerte, y los llevará a vivir eternamente con él. 




La Biblia en un año #Dia160

    Salmos 37-41


    La gran pregunta que rebota en la mente de la mayoría de creyentes y no creyentes: ¿Por qué prosperan los que hacen el mal? Yo creo que en muchas oportunidades cuando somos testigos de las grandes retribuciones que obtienen personas que constantemente ofenden a Dios, nos sentimos bastante incómodos; queramos o no. Pero, ¿Acaso anhelamos de alguna manera poder tener esas retribuciones producto de la desobediencia? Repito, quizás muchos, por no decir todos, hemos reflexionado en este hecho típico. David con seguridad nos dice cuál debe ser nuestra actitud frente a estos casos: No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Entonces, el sabio Salmista nos anima a no alterarnos con motivo del que prospera en su camino haciendo maldades; antes bien, nos invita a hacer del Señor nuestro deleite y Él concederá las peticiones de nuestro corazón. Quizás no sea una formula fácil de practicar, pero sin duda, nos llenará de innumerables beneficios. Dentro de poco no habrá malvados; podrás buscar y rebuscar, pero no encontrarás uno solo pues éstos serán destruidos; en cambio, la gente humilde recibirá la tierra prometida y disfrutará de mucha paz. Recuerda: Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.
    
    David se llenaba de angustia al momento de cometer alguna falta en contra de Dios, y se quebrantaba profundamente cuando lo ofendía; ciertamente ningún hijo de Dios puede sentirse bien con el pecado, ni cometiéndolo, ni coqueteando con él, ni alegrándose cuando otros lo cometen. El Espíritu Santo constantemente está redarguyendo nuestro ser y mostrándonos todo aquello que no agrada a Dios; así que, si al igual que David clamas día a día, para ser perdonado y limpiado de toda maldad, vas por buen camino. El Señor perdona todas nuestras iniquidades y nos limpia de todas nuestras transgresiones, nos libra de la muerte y nos pone en un lugar seguro; gracias a este liberación divina podemos cantarle alabanzas con nueva canción. Cuando las personas a nuestro alrededor observan esto, se sienten movidos a confiar en Él. En nuestro pecado, Él nos perdona; en nuestra aflicción, Él nos restaura; en nuestro dolor, Él nos libera; y en nuestra enfermedad, Él nos sana. El Señor nos protege y preserva nuestras vidas, nos lleva a su presencia y será así para siempre.





viernes, 17 de junio de 2016

La biblia en un año #Dia159

    Alto de adoración semanal...


    Durante esta semana (una semana con más de 7 días), empecé mi recorrido por el Libro de los Salmos, los que precisamente he estado leyendo durante estos 6 meses en estos altos de adoración semanal... Ya va, ¿Lo dije bien? ¿En serio vamos en el mes seis de mi reto de lectura? La verdad cada vez que me pongo a reflexionar en el tiempo me sucede lo mismo, voy de un asombro a otro. 6 meses y ya llevo mi marca libros casi en la mitad de la Biblia; ¡Que maravilloso ha sido! Ahora que he dejado atrás toda la historia del pueblo de Israel y de sus personajes principales, me he encontrado alabando y glorificando al Dios del cielo al lado de los salmistas, y ha sido esplendido. De verdad, verdad, ya sabía que los Salmos son un deleite, pero en este tiempo lo he reafirmado; aunque aun no he abierto la Biblia en el día que me toca leer el N° 119 porque no se como será eso! jaja

    David, como autor mas predominante del Libro, sigue llevándose mi total y absoluta admiración; desde que era un simple pastor de ovejas ignorado para ocupar el liderazgo de Israel, hasta su sólido reinado; y también, en su faceta como escritor y poeta de Dios. ¿Será que había algo que este hombre no sabía hacer? Como escritora me tengo que sentir necesariamente identificada con él, en esa forma tan única y singular de adorar a Dios a través de las letras en todas sus sublimes composiciones. Este poeta sabía dar al Señor mediante la escritura, estructuras bien completas respecto a su fe; entre alabanzas, peticiones, ruegos, acciones de gracias, arrepentimientos y suplicas, creó varios ejemplares bastante sólidos que muestran la riqueza de su relación con Dios. Hoy precisamente me corresponde leer otro de sus Salmos, el N° 51, titulado: arrepentimiento y plegaria pidiendo purificación. David escribió este Salmo después de que tuvo relaciones sexuales con Betsabé y de que el Profeta Natán lo reprendiera por haber cometido adulterio. Entonces, ¿Cómo un hombre que se equivocó de esta manera tan gigantesca pudo haber sido el hombre "conforme al corazón de Dios"? Creo que leer su reacción en este Salmo ante su condenable acción lo demuestra.

    David oró al Señor y dijo: Dios mío, tú eres todo bondad, ten compasión de mí; no tomes en cuenta mis pecados. Quítame toda mi maldad; te he ofendido; he hecho lo malo en tu propia cara. Tienes toda la razón al declararme culpable, quítame la mancha del pecado, y quedaré limpio. Ciertamente David había infringido la Ley del Señor y lo había ofendido en gran manera, pero fue tanto su dolor ulterior que clamó fuertemente para ser corregido y perdonado; arrepintiéndose de su maldad y ofreciendo al Señor alabanzas por su bondad inmerecida. David dijo algo cumbre y determinante en esta desesperada oración: Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres, eso no te complace; para ti, la mejor ofrenda es la humildad. De verdad David estaba muy claro en lo que decía, y aunque fuese tan pecador como cualquiera de nosotros, también debo decir que estoy de acuerdo con Dios al declarar que él tenía un hermoso corazón. Imagínense nada más, Conforme al suyo. El Señor no desprecia al que con humildad y sinceridad reconoce sus faltas y se arrepiente; y así como David, todos hemos disfrutado de ese hermoso regalo que es su misericordia y su perdón. ¡Que grande eres mi Dios!



17  Para ti, la mejor ofrenda es la humildad

miércoles, 15 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia158

    Salmos 31-36


    El miedo te paraliza, pero la confianza te impulsa hacia adelante; es fácil sentirse seguro y confiado cuando las circunstancias son favorecedoras, pero quizás no nos parece igual mientras estamos batallando con la angustia o el quebranto. David experimentó tormento, aflicción y ansiedad; fue objeto de oprobio y de persecución, sin embargo, supo ir desde el lamento hacia la alabanza declarando que Dios era el dueño de su confianza. Él era su roca y su castillo, la fortaleza de su salvación. Aunque el miedo pudiese asaltarlo, el descansaba en la bondad y en la misericordia de Dios y se esforzaba por tomar aliento en su presencia; así que, vamos a esperar y a confiar en Dios, pues es justamente en lo desafiante en donde es perfeccionada nuestra fe. El salmista también experimentó la dicha del perdón, así como todos los hijos de Dios; mientras callamos nuestras ofensas se lastiman nuestros huesos, como una flor que se marchita al calor del sol; pero cuando confesamos a Él nuestros pecados y no escondemos nuestra maldad, su perdón borra nuestros pecados y rebeldías y es declarada nuestra inocencia. Por eso, con voz fuerte, cantamos y festejamos nuestra liberación.

    De la misericordia del Señor está llena la tierra, por su palabra fueron hechos los cielos y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca; toda la tierra debe temer delante de Él, Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió. Que autoridad la de nuestro Dios... El grande, el Rey, el invencible, el fuerte; como no alegrarse en su presencia y alabarle por su poderío y majestad. El Señor bendice al pueblo que lo reconoce como Dios, bendice a la nación que lo acepta como dueño. Nuestro amado Dios cuida siempre a quienes lo respetan y confían en su amor; en tiempos de escasez, no los dejas morir de hambre; su ayuda y su protección son nuestro escudo, por eso confiamos en Él. Nuestra pobreza de Espíritu radica en el reconocimiento de nuestra insuficiencia y de nuestras incapacidades, en declarar que lo que no podemos lograr por nuestras propias fuerzas, es logrado por el gran poder de Dios; por eso, aunque nada tengamos ni podamos ofrecer, cuando clamamos a Él, Él nos oye y nos libra de todas nuestras angustias. Ésta es una gran verdad, y ciertamente que grande es nuestro Dios; digno y merecedor de honra y alabanza en todo tiempo. Hoy digo como el salmista: Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. Si de algo estoy segura es de que está atento el Señor a la voz de mis ruegos, y su palabra me lo confirma cada día; nuestro Dios redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.

    Nuestras armas son poderosas para la destrucción de fortalezas y para derribar todo argumento o altivez que se levante en contra del conocimiento de Dios; David, el gran Salmista, estaba totalmente apropiado de sus recursos como hijo de Dios, y constantemente clamaba y rogaba para ser librado de sus enemigos. Debemos entender algo muy bien: Estamos en batalla constante. Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar y debemos permanecer alertas en contra de sus asechanzas con el arma más influyente y poderosa que tenemos: nuestra oración. David no reparo en clamores, y se levantaba en fe para que Dios pudiese librarlo de los ataques de sus adversarios; pedía al Señor que pusiera en vergüenza a todos los que quisieran matarlo, que huyeran avergonzados los que procuraran su mal, que se tropezaran y resbalaran los que buscaban su ruina, y que cayeran ellos mismos en las trampas que habían intentado tenderle. Nuestro Dios es un Dios de poder, que libra del maltrato a los indefensos y a los justos de quienes intentan destruirlos; el Señor todopoderoso no se niega a escucharnos, se levanta y nos hace justicia; por eso siempre le alabaremos y diremos que es un Dios de bondad. Hoy digo como dije hace unos días en una predicación: No debemos tenerle miedo al diablo, es él quien debe tener miedo de nosotros. ¡Vencido está!

    Nuestro Dios es INMENSAMENTE bueno, su amor es tan grande que llega hasta el cielo; tan grande es su bondad que llega hasta las nubes. Su amor es incomparable y bajo su sombra protectora todos hallamos refugio. Su río de bendiciones siempre apaga nuestra sed, solo en Él se encuentra la fuente de vida y solo en su presencia podemos ver la luz. David ciertamente era un hombre de oración; y en la misma forma en la que rogaba al Señor, también sabía darle alabanzas por su gran poder y por todas sus maravillas. No solo le pedía, sino que también lo adoraba con corazón sincero y genuino. La relación entre David y el Señor era realmente hermosa, es evidente en cada una de sus letras; justamente así anhelo que sea la nuestra, y escribir acerca de su presencia en mi vida hasta que me alcancen los días. 







lunes, 13 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia157

    Salmos 25-30


    Hoy corresponden sólo Salmos de David; en el N° 25, éste implora dirección, perdón y protección; desde finales del año pasado y durante todo este año 2016, me he encontrado yo misma repitiendo regularmente este versículo: Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido. En este tiempo he mantenido una petición delante del Señor y también he estado implorando su dirección mientras espero su respuesta; totalmente confiada en esta palabra que me anima a creer que si deposito mi entera confianza en El, no seré avergonzada. También anhelo, así como David, que Dios me muestre sus caminos, que me enseñe sus sendas y que me encamine en su verdad. No ha sido fácil, pero sin duda, cada día el el Señor me ha llevado de su mano y solo Él me ha hecho sentir segura en medio de circunstancias totalmente desafiantes. Hoy por hoy, sigo esperando, sigo creyendo y sigo clamando. 


    David también declaró su integridad delante de Dios pues vivía una vida honrada y confiaba en el Señor plenamente; que grandeza el poder decir tal cosa, ¿cierto? Siempre y cuando fuese verdad claro está, y sabemos que en el caso de David, lo era. Él anhelaba seguir adorando al Señor, por eso clamaba por su salvación y por ver su misericordia. De esta manera escribió el Salmo N° 27, el que puntea como uno de mis grandes favoritos. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? ¡Es tan hermoso! Yo se que viviré para ver la bondad de Dios, por eso me digo a mi misma: Pon tu confianza en Dios, sí, pon tu confianza en Él. El Señor es la fuerza su pueblo, el refugio salvador de sus ungidos, quien nos protege y escucha la voz de nuestros ruegos. La voz de nuestro Dios retumba como el trueno, la voz de nuestro Dios sacude el desierto, La voz de nuestro Dios retuerce los robles; Él es el Rey de todo poder, merecedor de toda la Gloria y único digno de total adoración.

    Cuando David dedicó el Templo de Dios, alabó su nombre y dio gracias por haber sido librado de la muerte; aunque sus enemigos se levantaron en su contra, el Señor le dio la victoria. Realmente es así, por un momento podrán venir los lamentos, las pruebas y los problemas, pero su favor es eterno. David aguardó en la esperanza del Señor y pudo sentir el cambio de su lamento transformado en baile. Yo realmente amo esos versos que declaran la libertad después de la prueba; ¿Quién no ha experimentado esta delicia? ¡Estamos ceñidos con su poder! y aunque por la noche pueda durar el llanto, su alegría siempre vendrá al amanecer. Por tanto, a Él cantamos y no estaremos callados. Jehová Dios mío, ¡Te alabaremos para siempre!


sábado, 11 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia156

    Salmos 19-24

    Hoy leeremos desde la herramienta que Dios nos proporcionó para dirigir nuestras vidas, hasta su papel como único y suficiente director de las mismas. La Palabra de Dios... Que gran regalo. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras. El Libro sagrado y mas extraordinario de todos, que da testimonio del Salvador. La Ley del Señor es perfecta, que convierte el alma; su testimonio es fiel, que hace sabio al sencillo; los mandamientos de Dios son rectos, que alegran el corazón; su precepto de es puro, que alumbra los ojos. Deseables son las palabras del Señor más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. ¡En guardar su Palabra hay gran galardón!

    Alegría y gozo llenaban la vida de David cuando era librado de la mano de sus opresores y el Señor concedía el deseo de su corazón; a quien no, ¿cierto?. David sabía tener un corazón agradecido y humilde cuando Dios salía a su encuentro para salvarlo, cantando alabanzas a su nombre y reconociendo su poderío y majestad; la verdad es maravilloso cuando, así como a David, el Señor no nos niega las peticiones de nuestros labios y nos defiende de nuestros enemigos; cuando descansamos seguros en que, aunque maquinen perversidades en nuestra contra, no prevalecerán; así que, tal y como David, debemos cantar con alegría y engrandecer su nombre. El que espera en Él, es librado; el que confía a Él, no es avergonzado. 

    Jehová es mi Pastor; nada me faltará... Que enorme declaración de confianza y que gran Palabra de Dios resumida en este corto pero poderoso Salmo. Quizás, por no decir seguramente, el más conocido en el mundo entero. El es nuestro Pastor, y nosotros sus ovejas; una relación absoluta de cuidado, dependencia, dirección y autoridad que podemos tener con nuestro eterno Padre Celestial. Él conforta nuestra alma, nos guía por senderos de justicia, en lugares delicados nos hace descansar, su vara y su cayado nos infunden aliento; gracias a su presencia, el bien y la misericordia nos siguen todos los días de nuestras vidas y en ella, moraremos por la eternidad. Del Señor es toda la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan. ¡Él es el Rey digno de toda la Gloria! Jehová, el fuerte y valiente; Jehová, el poderoso en batalla; Jehová de los ejércitos... El es, ¡El Rey de Gloria!




jueves, 9 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia155

    Salmos 13-18


    Hay una matriz que de una forma u otra se mantiene en la lectura de hoy: las plegarias hechas por los salmistas pidiendo ayuda en tiempo de aflicción, y las plegarias pidiendo protección contra los opresores. Se parece mucho a la condición en la que podemos estar algunos pocos, o quizás muchos. Se que puede haber tristeza en algunos corazones frente a la insatisfacción de la crisis, el dolor y la angustia que inevitablemente se manifiesta en muchos escenarios de nuestro entorno, no obstante, debemos mantener firme la esperanza de nuestra fe y clamar a Dios por su misericordia. El es nuestra alegría y cantar a su nombre nos hace bien; por eso, aun en medio de las temporadas difíciles, la alabanza alivia todos los males. Muchos son los hombres que se han corrompido haciendo obras abominables, pues no tienen discernimiento los que cometen iniquidad, los que devoran los pueblos como si comieran pan; pero Dios está con la generación de los justos, con los que creen en su nombre. ¡Jehová es nuestra esperanza!

    Como herencia escogida por Dios, podemos mantenernos a salvo; El es nuestro dueño y nuestro refugio en tiempos difíciles. A los que caminan detrás de otros dioses se les multiplican los problemas, por eso no debemos alegrarnos en ninguna manera en lo sacrificado a ellos; solo Dios es nuestra copa de bendición, solo Él sustenta nuestro camino y protege todo lo que nos pertenece. Contar con la presencia de Dios y con su cuidado, nos da suficientes motivos para mantener el gozo y la paz; esa es la plenitud que se conoce a su lado, delicias a su diestra para siempre. Me gusta como la Palabra de Dios tanto en los Salmos, como en el resto de los libros, es generalmente redactada en una especie de símil con el campo jurídico, y como ÉL, además de ser nuestro abogado, también es nuestro Juez; el más justo de todos. El es quien nos defiende, quien al mismo tiempo prueba las intenciones de nuestro corazón; quien nos escucha cuando presentamos nuestra causa, y además, quien nos hace justicia. 

    Cuando Dios se levanta poderosamente y sale a nuestro encuentro para librarnos, nuestra alma se llena de gozo, y podemos honrarle por la victoria, tal y como lo hizo David en uno de mis Salmos favoritos; pues debo decir, que en tantos años no he podido decidirme por uno solo; vamos a ver si después de que termine de leerlos durante el reto me animo a hacerlo. El Salmo N° 18 es una declaración sublime de nuestra confianza en Dios; nuestra roca y castillo, ¡El mas hermoso Libertador! Mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. El oye nuestra voz desde su santo Templo, es nuestro apoyo en medio del quebranto; el que nos ciñe de poder y hace perfecto nuestro camino. Grandes triunfos da a sus hijos y hace misericordia con cada uno de sus escogidos. ¡Ese es mi Dios! 


martes, 7 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia154

   Salmos 7-12


    Alabar a Dios por todas sus cualidades y sus inmensos prodigios es lo predominante en los Salmos, sin embargo, también lo es la esperanza por el rescate de Dios. Asimismo comienza el capitulo 7 del Libro: Jehová, Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame. Tanto David como el resto de los salmistas sabían muy bien a quien debían acudir en tiempo de angustia. Es extraordinario, que Dios, el Señor, cuyo nombre es glorioso sobre toda la tierra, tenga memoria del hombre y lo visite; Él también a nosotros nos ha coronado de honra, ¡El! El grandisimo Creador del cielo, la luna y las estrellas; nos ha hecho señorear sobre las obras de sus manos. Que grande es su nombre sobre toda la tierra. David sabía describir a ese glorioso Dios a la perfección; lo alababa con todo su corazón y contaba de todas sus maravillas, alegre y regocijado en Él, cantaba a su nombre.

    Dios siempre es justo, y aunque el malvado, por la altivez de su rostro no lo busque, El juzgará sus obras con rectitud; aunque ellos desprecien al Señor y se burlen de su Ley, llegará el día en el que recibirán su merecido y Dios mismo levantará la causa del inocente y del oprimido. Esos hombres que diariamente desprecian a Dios y creen que nunca serán alcanzados por el infortunio, ciertamente recibirán el fruto de la obra de sus manos. Porque Dios es justo, y ama la justicia, el hombre recto mirará su rostro. El Señor será la salvación cuando disminuyan los fieles y se multipliquen los arrogantes que hablan mentira; el pobre y el humilde siempre conseguirán en Dios al defensor de su causa, El siempre cumple sus promesas y las mismas valen más que la plata refinada. Podrá haber malvados en el mundo, y la maldad ir en aumento, pero el Señor siempre nos protege y nos defiende.

    Desde que empecé a leer este Libro, durante este reto, he pensado en mi país... Bueno, como siempre; todos los días ocupa de una u otra forma mi mente. No para lamentarme o angustiarme, sino para ocuparme. Los salmistas clamaron a viva voz a su Dios para recibir el rescate de su pueblo y la reivindicación de su justicia; no puedo dejar de sentirme identificada cuando mantengo firme la esperanza de que mi grandioso, hermoso y admirable Dios derrame su poder sobre Venezuela y nos muestre su salvación; para que disipe con su luz toda obra de las tinieblas y para que vivamos un nuevo amanecer glorioso como Nación. Yo se que el oye el clamor y el ruego de su Iglesia, de la santa Iglesia que ha sembrado en cada lugar del mundo para mostrar sus virtudes; y sé que nuestra fe alcanzará sus milagros. Te amo mi Dios... Te amo Venezuela. 


La Biblia en un año #Dia153

    Salmos 1-6

    Después de 42 largos, extenuantes, y edificantes capítulos del libro de Job, llegó la hora de estudiar el libro de la Biblia más conocido universalmente por creyentes y no creyentes: Los Salmos; el himnario de los israelitas. Este libro, señalado como un conjunto de poesía religiosa hebrea, abarca un periodo de unos mil años de la riqueza histórica de Israel, desde la época de Moisés hasta el retorno del exilio en Babilonia; tiene 7 autores diferentes, entre los cuales, David es el más predominante; por cierto, mis Salmos favoritos son los suyos. David tenía una forma tan hermosa y particular para hablar de Dios que siempre he admirado; sin duda, estas palabras solo brotan de un corazón enamorado. Creo que, para los músicos y Ministros de Alabanza, después de Jesucristo, David y estos otros salmistas, son el máximo ejemplo a seguir.

    Hoy leeremos los primeros 6 capítulos del Libro, dando inicio con la gloriosa doble porción de felicidad y satisfacción de las cuales son acreedores los hombres que temen a Dios. Quizás estas virtudes son difíciles de conseguir por muchos, pero cuando descansamos en la presencia de Dios y hacemos de su Palabra nuestro deleite, podemos encontrar el verdadero sentido y gozo de nuestras vidas. Entonces, seremos como árboles plantados junto a corrientes de agua, que dan su fruto a tiempo y cuya hoja no cae; y todo lo que hagamos prosperará. Si aún no has probado este principio, te invito a hacerlo, te aseguro que no te arrepentirás. Dios bendice a todos los que en El confían; y toda nación que le adora con reverencia y alegría es favorecida. ¡Como anhelo esta realidad para mi hermoso país! Por eso le creo a Él con todo mí ser. Él es escudo alrededor nuestro; nuestra Gloria y el que levanta nuestras cabezas (amo este versículo); aunque muchos sean los que digan que no hay salvación en Dios y se levanten en nuestra contra, con voz poderosa podemos clamar a Dios y estar seguros de que nos responde desde su monte santo. La salvación es de Jehová, y sobre su pueblo es su bendición.

    El Señor ha escogido al piadoso para sí, y oirá cuando a El clamare; ¿Quién puede mostrarnos el bien? Jehová, quien alza sobre nosotros la luz de su rostro. Pueden permanecer alegres todos los que en El confían, dar voces de júbilo para siempre; porque Dios los defiende, y se regocijan en su presencia los que aman su nombre. ¡Aleluya! El, no es un Dios que se complace en la maldad, al contrario, bendice al justo y como escudo lo rodea con su favor. Nuestro Dios nos muestra misericordia en tiempo de prueba cuando a El clamamos; en medio de la enfermedad, o cuando nuestra alma está turbada ÉL nos brinda su compasión y escucha nuestros ruegos. Por su gran amor nos salva y nos restaura. Cuantos deseos en los corazones de los salmistas fueron expresados en estas alabanzas, y cuantos podemos hoy expresar nosotros partiendo de este compendio de adoración excepcional. 




lunes, 6 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia152

    Job 40-42


    ¿Es sabiduría contener con el Omnipotente? preguntó Dios a Job; entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar. El Señor le dijo a Job que no podía poner en duda su justicia solo para probar su inocencia; y después de que Dios siguiera con su desafío, dejándole claro a Job quien de ellos dos era el dueño de la gloria, el esplendor, el honor y la majestad; un renovado Job le responde nuevamente diciendo: Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos. Job reconoció el haber puesto en duda la sabiduría de Dios hablando de cosas de las cuales no sabía nada; este hombre arrepentido se dio cuenta de su error, y se retractó de todo cuanto había dicho. 

    El Señor le dijo a los amigos de Job que no le agradó la forma en la que estuvieron hablando de El pues lo que habían dicho no era verdad; mientras que lo que Job había dicho si lo era. Para que Elifaz, Bildad y Zofar fuesen perdonados, debían acompañar a Job y quemar ofrendas en honor al Señor; Job rogaría por ellos y Dios los perdonaría. Entonces Elifaz, Bildad y Zofar fueron y cumplieron con lo que Dios les mandó hacer, y Dios atendió a los ruegos de Job. Cuando Job terminó de orar por sus amigos, el Señor restauró su bienestar y le dio el doble de lo que antes tenía; luego, todos sus hermanos y hermanas y todos los que lo habían conocido fueron a visitarlo y celebraron una gran fiesta; lo animaron y lo consolaron por todas las tragedias que Dios le había enviado y le regalaron dinero y oro.

    ¡Durante estos años de vida de Job, Dios lo bendijo mucho más de lo que lo había hecho antes! llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, dos mil bueyes y mil burras; además, tuvo catorce hijos y tres hijas. Job vivió todavía ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y nietos hasta la cuarta generación. Murió siendo muy anciano, luego de vivir una vida larga y plena. En esta restauración de la prosperidad física, material y espiritual de Job, el Señor se encargó de bendecirlo con un final feliz. Es maravilloso ver como después de esta dura prueba, él pudo ver al Dios de su vida en una forma en la que nunca antes lo había visto, reconociendo su impresionante poder, su grandeza, sus insondables maravillas. Entonces esta prueba si era necesaria después de todo, Dios siempre termina teniendo razón. Este domingo escuché de mi Pastor: Las pruebas son circunstancias que Dios usa para bendecirnos; y ciertamente lo reafirmo cada día más.