jueves, 14 de septiembre de 2017

No digas que no

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. Lucas 1:38



La obediencia es un principio bíblico del cual surge o se produce un sólo efecto: Bendición. Así fue como María, la madre de Jesús, vino a ser pieza clave y fundamental en los planes que Dios tenía para salvar la humanidad. Pero, nunca se han preguntado: ¿Por qué ella? ¿Que fue lo que vio Dios que quizás pasaba inadvertido para otros? Creo que tiene mucho que ver con esa respuesta final al ángel que le habló: Hágase conmigo conforme a tu palabra. Así sin más, sin preguntas, sin razonamientos, sin cuestionamientos, María decidió obedecer, y mostrar que era una mujer sujeta a los propósitos de Dios; quien sabía muy bien que ella no se resistiría a su voluntad ni a sus planes. Escogida entre todas, como la más digna para cargar en su vientre al fruto del Espíritu Santo, al Dios encarnado, al Mesías, al Salvador. Para María, Jehová su Dios, no era sólo su Creador o su Padre, sino también su dueño y su Señor; sin duda alguna, ella sabía que le pertenecía, y que todo cuanto Dios quisiera hacer con ella o a través de ella, se produciría en la más profunda entrega de lealtad y fidelidad. Haz conmigo Señor, lo que tu quieras, declaró. En esta sociedad moderna, se nos ha enseñado a decir que no, a pararnos firmes ante las pretensiones humanas o celestiales y hacer sólo aquello con lo que nos sintamos cómodos o a gusto; será porque este mundo sigue desafiando los principios de Dios, y quiere sugestionar nuestras mentes para alejarnos más y más de sus propósitos divinos. Sin embargo, la mecánica de Dios sigue siendo la misma, primitiva tal vez, pero poderosamente eficaz: Tan solo dime que si. Tan solo acepta lo que te ofrezco, tan solo obedece. Y verás cielos abiertos a tu favor. Promesas cumplidas, vidas transformadas, y un reino visible y latente en tus manos. Nuestro Dios cuenta con la gente que le dice que SI, incluso cuando ni siquiera saben que harán o como lo harán, por eso hoy busca nuevas Marías, nuevas siervas y siervos del Señor que sean capaces de negarse a si mismos para darle prioridad a sus planes. Aferrados a nada más que una Palabra dicha por Él, con nada más que una fe inquebrantable e insondable. Con nada más que una incondicional dependencia y sumisión.

¡Dile que si!