Mientras tengamos actitudes del
desierto, continuaremos viviendo en el desierto. Jesús murió para que
pudiéramos tener entrada en la Tierra Prometida –la tierra de la abundancia.
Fue solamente un viaje de once
días a la Tierra Prometida, pero los israelitas vagaron cuarenta años
murmurando, gruñendo, quejándose, culpando a Moisés y a Dios por sus problemas,
(Deuteronomio 1:1-7). La falta de progreso se debió a la actitud que asumieron
durante el viaje.
Si tomamos una buena actitud
frente a una situación difícil por lo menos noventa por ciento de la batalla
ganada. Podemos vencer cualquier cosa, si tenemos una actitud pura. Siempre
habrá pruebas en la vida, pero cuando confiamos en Dios y seguimos haciendo lo
que Él nos pide, seremos más que vencedores.
No tengas miedo de caminar en la
luz. Mientras Dios trae la luz tus faltas para exponerlas y removerlas, puede
ser incómodo. Este tipo de incomodidad, sin embargo, es temporal.
Dios te ama mucho, y tiene un
plan excelente para tu vida. Sigue al Espíritu Santo, y Él te guiará
rápidamente a través del desierto a la Tierra Prometida.
¡Toma el camino por el cual Dios
te guía, no transites por tu propio atajo¡
Jehová nuestro Dios nos habló en
Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Volveos e id.
Deuteronomio 1:6-7