sábado, 30 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia187

    Proverbios 18-21

    Hay un titulo al comienzo de esta lectura en la traducción al lenguaje actual de las Escrituras, que me parece tan, pero tan acertado: Premio o castigo, tu lo decides. Ciertamente todas las formas en las que va a elaborarse nuestro futuro, dependen directamente de las decisiones que tomemos HOY como hijos de Dios, y del deseo de honrarlo o no; aunque leer los proverbios de Salomón sólo pueda tomarnos unos cuantos días, lo cierto es que, cultivar los principios morales y espirituales de la sabiduría de Dios, nos llevan toda una vida. El Señor es como una torre alta, y hacia Él corren los sabios para ponerse a salvo, es allí, a su lado, en dependencia total y absoluta a su Palabra, como podremos tener un andar realmente en victoria; y si por el contrario, decidimos, así como lo dice el titulo de la lectura, ignorarlo, pues recibiremos las merecidas e inevitables consecuencias de nuestra desobediencia. La insensatez del hombre hace torcer su camino, y luego, contra Dios se irrita su corazón; porque el orgulloso, el altivo, el que piensa que no se equivoca, que no puede fallar, y que cada día ofende a todos a su alrededor, muy pronto terminará por envanecerse contra el Señor. 

    Dios dirige nuestras vidas, y mientras más pronto aprendamos a caminar y descansar bajo esa premisa, más éxito tendremos. El enojo, la insensibilidad, las riquezas deshonestas, las palabras que hieren, las borracheras, la pereza espiritual, los pleitos, y todas aquellas manifestaciones del no sabio, son el reflejo de una vida que no se somete a Dios, por tanto, no se somete a nada. El Señor trabaja en los corazones de sus hijos para hacerlos entender que el carácter del discípulo debe ser totalmente transformado para su Gloria y honra, y que todo aquello que no le agrade, debe ser limado y finalmente eliminado; por eso, es de sabios aceptar su dirección y acción como nuestro buen alfarero. Nadie puede decir que sus pensamientos son totalmente buenos, o que su corazón está libre de pecado; entonces, ¿Que sentido tendría la salvación? Cuando estamos envanecidos en una falsa adoración, llenos de prepotencia, altivez y orgullo, no dejamos que Dios nos convierta en lo que Él realmente quiere que seamos, y el orgullo en nosotros mismos, en nuestros dones, talentos o posesiones, simplemente nos traerán destrucción; mientras que, el reconocimiento de nuestras debilidades, carencias e insuficiencias, nos traen honor; pues, en un espíritu humilde, Él siempre pone lo que falta. En las manos de Dios nuestros planes son como un río, toman el curso que Él quiere darles, y aunque tu creas estar haciendo lo mejor, sólo Dios puede juzgar tus intenciones; por eso, más que recibir ofrendas y sacrificios, el Señor prefiere una vida justa, recta, y obediente a sus principios. 

jueves, 28 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia186

    Proverbios 14-17


    Seguimos con las formas de conducta del enriquecido hijo de Dios; hay muchos que pueden considerarse sabios en su propia prudencia, pero lo cierto es que, si nuestras determinaciones no están fundamentadas en la Palabra de Dios, solo iremos por el camino equivocado de la insensatez; así que, antes de pensar o decir esa opinión personal que tanto deseamos compartir, y que en tantas ocasiones queremos imponer, es mejor que vayamos primero a lo que Dios tiene que decir al respecto, y así, nos evitaremos a nosotros mismos, y a nuestro entorno inmediato, muchos malestares. El necio de corazón se hastía en sus caminos, pero el hombre de bien se contenta con los suyos. Cuando creemos a Dios, cuando tememos a Él, tenemos esa inclinación no natural, sino sobrenatural, de dejarnos dirigir en todo nuestro andar, y al hacerlo, podemos mantenernos apartados del mal y del pecado, con lo que bien aprovecharemos una vida de victorias, mientras que, el que decide vivir en sus propios términos, inevitablemente comerá del fruto de su insolencia. El temor a Dios es manantial de vida, y en el se encuentra la fuerte confianza; los ojos del Señor están en todo lugar, mirando las buenas conductas y también las malas; y a Él no le agradan las ofrendas de los malvados, pero recibe con gusto las oraciones del que guarda su Palabra. Lo más lamentable es que aquel que no acepta con humildad el ser disciplinado, no está creciendo en la gracia de Dios, y está construyendo su camino directo a la desgracia. Esa persona altanera, rebelde y orgullosa no quiere estar cerca de los sabios pues le incomoda la gente que ama el conocimiento, simplemente no están interesados en ese crecimiento pues su ignorancia es motivo de alegría; estar cerca de este tipo de personas sensatas los hace creer que están siendo cuestionados por su comportamiento, mientras que el sabio, al contrario, cada día desea aprender más y más, y acepta que para eso debe corregir su conducta. Por eso, si quieres ser sabio, acepta las correcciones que buscan mejorar tu vida; pues quien no las recibe, se daña a sí mismo, más el que las acepta, gana entendimiento. 

    Existen los planes humanos, y existen la respuesta de Dios, pues, aunque como individuos dispongamos muchas cosas en nuestros corazones, Dios siempre tiene la última palabra; además de que, todos los caminos a los hombres nos parecen limpios, pero el Señor es el único que tiene la facultad de pesar los Espíritus; así que, la decisión más sabia que podemos tomar, es dejar todo en sus manos y que sea Él quien haga nuestros anhelos realidad conforme a su voluntad. El Señor desea que podamos entender que aunque nosotros tomemos nuestras propias decisiones, es Él quien afirma nuestros pasos, y que nada podemos alcanzar o conseguir si Él no lo ha dispuesto de antemano para nosotros. A veces estamos tan obstinados en algo, que deseamos conseguirlo a como de lugar, sin pensar por un momento si realmente ese es el plan de Dios para nuestras vidas, como si saber su opinión o lo que Él piensa fuese el último punto en nuestra agenda, eso si es que lo llegamos a agendar; por eso cada día debe existir el anhelo en nuestros corazones de conocerlo más, y de permitirle a su Espíritu Santo que nos guía a toda verdad y nos otorgue el discernimiento suficiente para comprender sus propósitos con nuestras vidas; y créanme, una vez que los conocemos, si queremos hacer su voluntad y vivir en obediencia, solo desearemos cumplirlos. La sabiduría no tiene precio, y sus beneficios superan cualquier riqueza.






miércoles, 27 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia185

    Proverbios 10-13


    La conducta del hijo de Dios, para mi, el segundo mayor desafío de la vida cristiana, que se deriva directamente del primero: Permanecer consagrados a Dios. Cuando reconocemos a Cristo como nuestro Salvador y Señor viene la implicación de llevar una vida conforme a su Palabra, y esto es, hacer todo lo que Dios quiere que hagas, decir todo lo que Dios quiere que digas, pensar todo lo que Dios quiere que pienses, en fin, ser todo lo que Él quiere que seas. Esto parece ser un reto muy difícil, pero la verdad es que, para cada decisión difícil que debemos tomar, hay un principio divino que puede guiarnos; y sí podemos desarrollar la facultad de llevar una vida en la Gloria de Dios. Si cada día te preguntas como puedes adorar a Dios, vas a ir descubriendo formas muy sencillas en las que puedes hacerlo; con tu forma de hablar, con los sitios a donde vas; en tu relación con tus compañeros de trabajo, tus amigos, tu familia, tu Iglesia; en cada una de las cosas que realizas, de las labores que ejerces, de las decisiones que tomas; pues Dios se ocupa y está interesado hasta en el más mínimo detalle de tu andar con Él, y en cada una de las palabras de Salomón puedes ser orientado y guiado a honrarle en todos tus caminos. 

    Existe un contraste entre el sabio y el necio: El hijo sabio es alegría de su padre, más el necio es tristeza de su madre; los tesoros del malvado no aprovechan en nada, más el justo será librado de muerte; la mano del negligente empobrece, más la mano del diligente, enriquece; el perezoso es hijo de vergüenza, más el trabajador es hombre entendido; hay bendiciones sobre la cabeza del justo, pero la violencia cubre la boca de los impíos; el sabio recibe los mandamientos, más el necio de labios caerá; el que camina en integridad anda confiado, pero para el que pervierte sus caminos será el quebranto; manantial de vida es la boca del justo, pero violencia cubrirá la boca de los impíos; la obra del justo es para vida, más el fruto del impío es el pecado; y así, el temor al Señor alarga los días y prospera, más el insensato no permanecerá. Debemos aprender de forma humilde, que sólo y sólo a través del consejo de nuestro Padre podremos comer el fruto del bien y guardar nuestra alma del mal; y que, aunque en ocasiones y por un poco de tiempo los malvados puedan prosperar en sus caminos, finalmente su impiedad los trastornará; más aquel justo, que tema a los mandamientos de Dios, será recompensado.


martes, 26 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia184

    Proverbios 5-9 

    El que aborrece el consejo y menosprecia la corrección, finalmente termina consumido por la tentación y dando a luz al pecado; estar atento a la sabiduría no es simplemente seguir unos cuantos consejos respecto a normas de conducta, sino, en muchas ocasiones, evitar ser seducidos por los sistemas impuros que te invitan a ser infiel a Dios. Satanás engaña con palabras suaves y dulces, que al fin de cuentas resultan más amargas que la hiel y más peligrosas que una espada; así que, resistirlo y apartarse de él y de sus ofertas, también dan muestras de una gran sabiduría. El pecado y las malas acciones son trampas, y el que cae en ellas, se hace su prisionero, así muere la gente que no quiere ser corregida, pues su falta de entendimiento acaba por destruirlos. Antes bien, honra a Dios y guarda tu amor y tu fidelidad sólo para Él. Piensa bien antes de actuar, y cuídate de la la falsedad; no seas perezoso y aprende a trabajar, pues el que vive durmiendo acaba en la más terrible pobreza; aparta tu lengua de hablar engaño y no seas mentiroso, pues los engañadores solo piensan en hacer lo malo y siempre andan provocando pleitos, por eso la desgracia vendrá sobre ellos, y cuando menos lo esperen serán destruidos; no provoques peleas, pues hay 6 tipos de personas que Dios no soporta y podría añadirse una más: La gente orgullosa, la gente violenta, la gente mentirosa, la gente malvada, la gente ansiosa de hacer lo malo, la gente que miente en un juicio, y la que provoca pleitos familiares. Cuídate de no ser una de ellas. 

    Los mandamientos y las enseñanzas son como una lámpara encendida; la corrección y la disciplina te mostrarán cómo debes vivir; por eso grábatelos en la memoria, y tenlos siempre presentes, pues ellos te mostrarán el camino a seguir. La sabiduría está llamando, y se para a la orilla del camino o a mitad de la calle para que todos puedan verla; quiere decir que puede ser evidentemente percibida y apreciada, ella no está oculta; y desea que todos los inexpertos y los ignorantes puedan prestarle atención para caminar en justicia y en verdad; por eso, no busques tesoros, mejor busca las enseñanzas del Señor y sus conocimientos, pues es en ellos donde encontrarás la verdadera riqueza. La sabiduría tiene en su poder el consejo y el buen juicio, el valor y el entendimiento; sus compañeras son la riqueza, el honor, la abundancia y la justicia; por eso, la bendición acompaña a aquellos que siguen los consejos de prudencia y sensatez, a aquellos que aceptan la enseñanza; pero los que  la rechazan ponen su vida en peligro. Así que mantente alerta y bajo ninguna circunstancia desprecies la dirección del Creador. 


La Biblia en un año #Dia183

   Proverbios 1-4

    Hoy comienzo a leer el primer Libro que leí por completo cuando me convertí al Señor, ¡Hace 12 años! Y si, diré lo que dicen todos: Parece que fue ayer. Cuando llegué a la Iglesia donde conocí a Jesús, Iglesia donde me sigo congregando hasta estos días, mi amada Emanuel; también conocí a quien sería para ese momento la maestra de Escuela Dominical de la clase a donde yo pertenecía, quien luego se convirtió en una de mis mas grandes y queridas amigas; ella  ama este libro, y me animó a hacer con uno de sus ejercicios favoritos, leer un capitulo diario y compartir el versículo que mas nos gustaba de ese capitulo; de manera que, cada día durante un buen tiempo estuvimos haciendo esto y nos escribíamos por texto ese versículo que tanto nos había gustado, eran más las ocasiones en las que coincidíamos que las que no. Créanme que enseguida que llegué a este espacio de la Lectura de la Biblia, instantáneamente recordé aquella bonita y edificante costumbre. Salomón escribió más de tres mil Proverbios y cinco mil poemas, creo que siendo el hombre más sabio del mundo pues tenía mucho para dar y decir, y así fue; sin embargo, toda su vasta sabiduría pudo resumirla en el principio más eficaz: El temor a Jehová, el ingrediente perfecto para poder tener un camino prudente, sensato y lleno de bendiciones. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza, pero los que temen a Dios desean atesorarlas y vivirlas.

    El mismo Salomón fue sabio al responder a Dios de manera agradable en aquel tan extraordinario ofrecimiento cuando ocupó el trono en Israel, "Pideme lo que quieras y yo te lo daré"; "dame Señor corazón sabio y entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo"; y agradó tanto a Dios esa respuesta, que Salomón recibió lo que pidió y MÁS. Hoy mismo enseñaba a los jóvenes de esa clase, donde años atrás me había encontrado con esa maestra, amiga y hermana, y en la cual, ahora tengo el compromiso de predicar, y les decía que ser sabio es algo así como saber lo que se tiene que hacer, saber como hacerlo, y finalmente, hacerlo; y si alguien estaba consciente de esto, ese definitivamente era Salomón. Estos proverbios se escribieron con el propósito de entender doctrina y conocer razones prudentes, para obtener sagacidad, inteligencia y cordura; para aumentar nuestro saber y adquirir consejo; para entender las palabras de los sabios y sus dichos profundos; y todo esto se resume en: Obedecer a Dios y seguir sus mandamientos. Si recibimos sus Palabras y guardamos su Ley, si estamos atentos a la sabiduría, e inclinamos nuestro corazón a la prudencia; si como a la plata buscamos su Palabra y como un tesoro la escudriñamos, entonces entenderemos el temor de Jehová y hallaremos el conocimiento de Dios.

    En la sabiduría se halla el tesoro de ser orientados por Dios, de comprender su propósito y su voluntad; a través del conocimiento pleno de sus palabras podemos ser exhortados y corregidos, pues, la grandeza de la sabiduría en si, es estar conscientes de que no podemos hallar la sensatez en nuestra propia opinión, sino, en el respeto a lo que Él ha declarado y establecido de antemano para nuestras vidas; en la verdadera obediencia y fidelidad a sus Escrituras. Jehová con sabiduría formó la tierra, con su ciencia los abismos fueron divididos; por eso, cuando estés siendo enseñado por Dios, dirigido y en ocasiones, hasta reprendido, no lo menosprecies, Él es el mejor maestro que podemos tener, y bienaventurado es el hombre que halla sabiduría y que obtiene inteligencia. El consejo de Dios es vida a nuestra alma, y gracia a nuestro cuello; siguiendo sus mandamientos podemos andar por el camino confiadamente y sin tropezar, pues herencia de los sabios es la honra. Salomón fue levantado e instruido en el temor a Dios y en la sujeción a su Ley, por eso dijo: Yo aprendí de mi padre (David) a retener en mi corazón las razones del Señor y a guardar sus mandamientos; por eso conoció los beneficios de la sabiduría, y hoy, nosotros también tenemos la grandiosa oportunidad de recibir un aprendizaje significativo de las palabras de nuestro padre y guardarlas en nuestro corazón, porque ellas son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Así que, oye hijo, la enseñanza de tu Padre Celestial y mantente atento para que conozcas cordura, no desampares su Ley. 


jueves, 21 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia182

    Salmos 146-150

    ¡Hoy se terminan los Salmos! Ha sido un largo camino por un espacio de un poco más de un mes, pero ha sido extraordinariamente enriquecedor. Es bueno cantar Salmos al Señor, es bueno que nuestra boca se llene de alabanzas a su nombre y afirmar todos sus atributos; muy agradable en verdad es cantar himnos a Dios, y muy grato y justo es cantarle alabanzas, pues nuestra mejor ofrenda para el Señor, después de nuestra obediencia, es un fruto de labios que confiesen su nombre. No es sólo el hecho de estar dentro de la Congregación acompañado de grandes voces e instrumentos, lo que por supuesto es una enorme bendición, sino que en todo tiempo nuestra lengua pueda bendecir el santo nombre del Señor. Si eres un hijo de Dios, así te encuentres en medio de cualquier intercambio de ideas o conversación, tu propósito central siempre debe estar orientado a glorificar al Señor, y mientras más lo hagas, más motivado te sentirás a ofrendar tu voz y tu alabanza para Él.  Dios es fiel... Dios es justo... Dios es bueno... Él es quien hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; el que guarda su verdad para siempre y hace justicia a los agraviados; quien da pan a los hambrientos y libertad a los cautivos; el guarda a los extranjeros, al huérfano y a la viuda sostiene;  abre los ojos a los ciegos y levanta a los caídos. ¿Cómo no querer entonces exaltar continuamente su nombre y adorarlo por todas sus maravillas? Para ÉL será mi alabanza por siempre y suya será mi canción mientras viva. 

    ¡Alaba a Jehová! Porque suave y hermosa es la alabanza, porque es BUENO cantar a su nombre; ¡Alaba a Jehová! Porque Él es quien cubre de nubes los cielos, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba; ¡Alaba a Jehová! Porque fortifica los cerrojos de tus puertas, porque bendice a tus hijos dentro de ti; porque da en tus territorios la paz, porque te hará saciar con lo mejor del trigo. ¡Alaba a Jehová! Porque ha enviado su Palabra y sus dichos para ti, porque te ha hecho beneficiario de su misericordia y su poder; ¡Alaba a Jehová! Sencillamente porque Él es digno de ser alabado, y todo lo que creó debe rendirle adoración. Que lo alaben sus ángeles, que lo alabe su ejército; que lo alaben los astros, que lo alaben los cielos; que lo alabe la tierra, que lo alabe el mar; que lo alaben los reyes, que lo alaben los pueblos; que lo alaben los príncipes y todos los jueces, que lo alaben los jóvenes, que lo alaben las doncellas; que lo alaben los niños, ancianos también; que lo alaben sus hijos, y todos sus santos; ¡Alaben al Rey! Que se alegren sus hijos en su hacedor, que alaben su nombre por su salvación. Que suene la música, que suene la canción; con arpa, flauta y pandero, ¡Alabemos a Dios! ¡Que todo lo que respira, alabe al Señor!






miércoles, 20 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia181

    Salmos 140-145

    Nuestro Dios nos ha dotado de un arma más poderosa que cualquiera para luchar contra las potestades de las tinieblas, y es nuestra oración; con nuestra voz podemos clamar al Señor y con nuestra súplica recibimos protección contra los que nos persiguen. Como he leído varias durante toda mi experiencia reflexionando en este hermoso himnario, tanto David como el resto de los salmistas, así como el pueblo judío en general, enfrentó la maquinación de males en su contra; la mano de los impíos muchas veces quiso ponerse sobre ellos para hacerlos caer y destruirlos; pero en respuesta a todos estos ataques se ponía de manifiesto ese elemento que satanás, ni ninguno de los que se dejen usar por él, podrán jamás destruir, nuestro clamor a Dios. Una de las Palabras que el Señor me dio cuando inicié este año 2016 fue: pelea; lucha contra el enemigo porque tuya es la victoria. La Biblia señala que la fe es una batalla, una buena batalla, así que como soldados bien armados por Dios, no podemos dejar de luchar. Cada día, cada hora, cada momento. Renuevate, actúa, desafía, levántate, ¡Resplandece! David estaba seguro de algo, y nosotros podemos estarlo también: El Señor escucha la voz de nuestros ruegos, y el toma a su cargo la causa del afligido y el derecho de los necesitados. Él nos guarda, nos protege, y nos LIBERA.

    Nuestra oración debe estar siempre delante de su trono, que nuestro ruego suba delante de Él como incienso, y el don de nuestras manos como ofrenda. Como dicen por aquí (Ya saben que me encantan los refranes), ¡Pide! porque no sabes cuando están por darte. Abre tu boca, alza tu voz, levanta tu ruego y clama a Dios; y que tu oración a Él sea una herramienta que usas continuamente contra aquellos que desean hacerte caer y perecer. Cuando David estuvo en la cueva, huyendo, escondido, frente al peligro de muerte, dijo: Con mi voz clamaré a Jehová, con mi voz pediré a Jehová misericordia; delante de Él expondré mi queja, delante de Él manifestaré mi angustia. ¡Delante de Él! Hermano, amigo, tu ruego, tu súplica, tu desesperación, llévala DELANTE DE ÉL; del único que puede librarte de ella. El salmista sabía que a su alrededor no había quien pudiera salvarlo, no encontraba en nadie refugio, ni quien pudiera cuidar de su vida; entonces clamó a Dios y dijo: Te busco a ti Dios, ¡Porque tu eres mi esperanza! Y mi porción en la tierra de los vivientes. El enemigo persigue nuestras almas, y quiere postrar en tierra nuestras vidas; pero cuando traemos a memoria las obras de Dios y reflexionamos en ellas, nuestra alma sedienta se refresca. Por amor a su nombre Él nos vivificará, y por su justicia sacará nuestra alma de la angustia. Ora, ora, ¡Ora! De día, de noche, en la casa, en el trabajo, cuando andes por el camino; habla con él, expón tu causa, manifiesta tus deseos, entrégale tus necesidades; agradece, pide, intercede; déjate usar, bendice; y defiéndete, porque Dios no te dejó desarmado; y satanás lo sabe muy bien, por eso le teme al hijo de Dios que sabe que puede vencerlo. ¡Hazlo huir!



martes, 19 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia180

    Alto de adoración semanal...


    El libro de los Salmos refleja el haber sido escrito por personas que disfrutaron de una extraordinaria relación con Dios, y que, gracias a ello, experimentaron el gozo, la confianza, y la paz que sobrepasa todo entendimiento aún en medio de las más desafiantes circunstancias. Aunque parecía que estos poetas se encontraban en la cúspide de sus vidas, en posiciones cómodas, y sin ningún tipo de preocupaciones, lo cierto es, que tuvieron el estimulo y la fortaleza de adorar a Dios con sus testimonios aún atravesando pruebas, persecuciones, traiciones, lamentos, ausencias, destierro, tribulación, pecado, ansiedad, y todo tipo de adversidades. En esto realmente se mostró su fe en el Dios del universo y en el Dios de sus vidas. Así que hoy mismo tu también podrías estar escribiendo tus propios Salmos mientras vas corriendo con paciencia la carrera que tienes por delante; después de todo, las tempestades hacen que los árboles tengan raíces más fuertes.

    Justo el Salmo N° 60 que me corresponde leer en este alto de adoración, fue compuesto por David cuando debió luchar contra los arameos que vivían en Mesopotamia, y clamó a Dios pidiéndole una vez más la victoria sobre sus enemigos. El salmista enfrentó situaciones muy duras mientras estuvo al frente de Israel, pero nunca dudó que el Rey de reyes y el Señor de señores, podía salvarlo con su gran poder. David le pidió dirección a Dios para enfrentar esta batalla contra los arameos, y también le pidió su auxilio para poder vencer; para él, la ayuda humana era inútil si el Dios todopoderoso no se volvía hacia ellos, pues solo el mismo Dios podía librarlos de la mano opresora de sus adversarios y solo en su nombre el gran ejercito israelita podía hacer proezas. Allí, en la angustia, en el dolor y en la fuerte desesperación, podemos clamar con voz fuerte a nuestro Dios, y estar seguros de que Él entregará en nuestras manos la victoria. Él es nuestro socorro, nuestro refugio, y nuestro pronto auxilio en medio de cualquier tribulación; así que podemos cantar al igual que los salmistas, y demostrar al mundo que en medio de las pruebas, el carácter del hijo de Dios es cada día más perfeccionado y su fe más fortalecida. 


lunes, 18 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia179

    Salmos 135-139


    La grandeza de Dios y la vanidad de los ídolos... La Palabra es tan clara, su verdad conduce a toda luz y sabiduría, y sin embargo, sigue tanta gente velada en tinieblas e ignorancia respecto a tantas cosas. Nuestro Dios es GRANDE, y es mayor que todos los falsos dioses. Entonces yo me pregunto, ¿Por que no ir directamente con Él? Todo lo que Jehová quiere, lo hace; en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos; en cambio los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres; tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen, ni tampoco hay aliento en sus bocas; así de inertes y sin propósito son todos los que en estos ídolos confían, así que no pueden pretender que algo muerto, les de vida. Jehová, nuestro Dios, uno solo es; el Dios sobre los dioses, el Señor de señores, el único que hace grandes maravillas; el que trabaja con mano fuerte y con brazos extendidos, el que hace, crea, divide, pastorea, extiende, hiere, arroja; quien en nuestros abatimientos se acuerda de nosotros y nos rescata de nuestros enemigos, el que da alimento a todo ser viviente, y cuyo fiel amor dura para siempre. Entonces, como decimos aquí en Venezuela: No busquen por las ramas, si quieres ver a Dios, no esperes que los falsos ídolos te lo muestren. 

    En días pasados al estudiar los cánticos graduales, observábamos lo difícil que es estar lejos de casa, y también lejos de quien se ama; mientras los israelitas estuvieron cautivos en Babilonia (ya saben que me gusta todo lo relativo a este episodio de la vida de los judíos), lloraban y se lamentaban mientras se acordaban de Sión, no podían ni siquiera cantar al Señor estando en tierra de extraños; Jerusalén era su alegría, y lamentablemente, debido a su desobediencia, ya no estaban allí. Esto me recuerda la importancia de afirmarnos cada día en el Señor y mantenernos fieles a su Palabra, pues la vida que Él quiere que vivamos no es una vida de recuerdos, lamentos, nostalgia por lo perdido; sino que podamos gozarnos en sus propósitos y disfrutar de las bendiciones que ya tiene de antemano establecidas para nuestro deleite. El que vive de recuerdos, muere de desencanto, y esta ya es la tercera confirmación de una Palabra que Dios me dio: Si te lo di, conservalo; antes de que tengas que llorar por haberlo perdido. David vivía agradecido por los favores de Dios, y alababa su nombre de todo corazón por su gran fidelidad y misericordia; el sabía que el Señor cumpliría su propósito en su vida, y que jamás desampararía la obra de sus manos. El Señor lo sabe todo, lo siente todo, lo conoce TODO; escudriña nuestro andar, nuestro sentar y nuestro levantar; no podemos huir de su Espíritu ni de su presencia, porque en cualquier lugar donde estemos nos guiará su mano y nos asirá su diestra. Tal conocimiento es tan maravilloso para nosotros que nuestras mentes finitas y humanas no lo pueden comprender, pero hay algo que si podemos hacer y que David sabía hacer muy bien; alabarlo, alabarlo y alabarlo por todas sus formidables obras. ¡Aleluya!






jueves, 14 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia178

    Salmos 128-134


    El peregrinaje continúa, y estos viajeros no sólo experimentaron la felicidad de poder regresar a Jerusalén para sus festividades anuales, sino que aún en medio del camino, disfrutaron de la presencia de Dios. Esto es aún mejor que regresar a cualquier lugar, ¿cierto?. Este domingo recibí en el servicio dominical de mi iglesia, una clase MAGISTRAL acerca de los beneficios de la sangre de Cristo, la predicadora no perdió mi atención ni un solo segundo; no es sólo el hecho de ser salvos, regalo que es ya lo suficientemente incomparable y maravilloso, sino que realmente el hombre temeroso de Dios disfruta de grandes bondades; la bendición del Señor alcanza a nuestra familia, a nuestro trabajo, a nuestros propósitos personales; recibimos su ayuda en medio de nuestras luchas con nuestros adversarios, y en su mano obtenemos la victoria. Gracias a ÉL somos redimidos, limpios de nuestros pecados y comprados a precio de sangre; ¡La sangre más preciosa! El salmista dijo: Si tu Señor, mirares los pecados, ¿Quién podrá mantenerse? Que bueno que Él nos regala ese gran amor sin condición, y que en su nombre hallamos el perdón. Podemos esperar en nuestro Dios   porque en ÉL hay amor inagotable; su redención sobreabunda, Él mismo nos redime de toda clase de pecado. 

    La forma en la que debemos descansar en el Señor, es la misma forma en la que un niño pequeño toma la mano de sus padres al cruzar la calle; los niños son nobles, honestos, fieles, no por nada el Señor dijo que a ellos pertenecía el reino de los cielos; con total apego debemos creerle a Dios y acallar nuestra alma en Él, tal y como los niños pequeños dependen de sus padres con total y absoluta seguridad; ir confiados por el camino como estos viajeros que cantaban: Estoy tranquilo como un niño en los brazos del Señor. El peregrinaje de nuestra vida suele ser muy difícil, yo lo defino como una carrera con obstáculos; pero cuando tomamos la mano de Dios y dependemos de su fuerza y su poder, podemos andar seguros. El Señor escogió a Jerusalén para habitar para siempre, para establecer allí su Santo Templo y para hacer reinar a David y a sus descendientes sobre su pueblo; mientras los israelitas iban de camino a la tierra Santa del Señor, descubrieron la inmensa riqueza del amor fraternal y de la unidad de lo hermanos, otros de los grandes beneficios de los cuales hablábamos en principio: bendición y vida eterna. Cada vez que se entona esta canción en alguna Iglesia produce ese gran estimulo de armonía en la familia de Cristo que todos podemos disfrutar, cuanto más lo habrá producido en estas familias judías de camino a su lugar de adoración; parece ser una bella escena digna de imaginar, ¿no?, de verdad que no hay nada como esa comunión solida en el Espíritu a través de la cual se llena de alabanzas el trono de Dios. En este punto de la lectura me siento; Conmovida.  


martes, 12 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia177

Salmos 120-127


    A pesar de que en este día leeremos 8 capítulos de la Biblia, realmente el contenido es bastante corto; y es que lo que dicen estos 8 Salmos en su totalidad puede resumirse fácilmente: El Señor es nuestro protector. Estos cánticos graduales o canciones de ascenso, eran las cantadas por las familias israelitas durante su peregrinaje y subida hacia el Templo en Jerusalén, y describen el anhelo de los judíos por encontrarse con su Dios y experimentar su gozo, su paz y su protección. De camino a ese encuentro con Dios los israelitas confiaban en que el Señor era su guardador, su sombra a su mano derecha; el sol no los fatigaba de día ni la luna de noche, pues el Señor guardaba su alma de todo mal y protegía su entrada y su salida por siempre. Yo nací en una ciudad bastante, bastante pequeña, un pueblo dentro del llano venezolano, mi pequeño paraíso: Valle de la Pascua; muchos en mi entorno bromean con el hecho de que tengo una especial identidad con este lugar, ¿Y como no? Si es el lugar donde crecí, viví, me formé; donde está mi familia, donde creí en el Señor y conocí el calor de una familia en Cristo, donde todo me es familiar, donde todo lo conozco, en fin, es mi hogar; sin embargo, al crecer, realicé mis estudios universitarios en otra ciudad un poco más lejos y que era totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada; mientras estaba allí estudiando siempre estaba extrañando mi pueblito y todas sus maravillas, y cuando venía de vacaciones o de fin de semana experimentaba el sentimiento más excepcional: Volver a casa. Esto es algo que sólo los que han vivido lejos pueden entender; David decía: Me alegré con los que me decían: a la casa del Señor iremos; había una emoción hermosa y particular en todos aquellos judíos que podían también volver a casa, a la ciudad de Jerusalén, el punto de reunión de toda la comunidad de Israel. Todas las tribus llegaban hasta allí para adorar a Dios tal y como él lo estableció desde el principio; ellos amaban esa ciudad, amaban el Templo del Señor y amaban reunirse a celebrar sus fiestas y sus encuentros con Él. Así que los judíos celebraban allí su Pascua, y yo tengo la mía; mi Valle de la Pascua. Jaja.. Identificada al doble. 

    Durante estas peregrinaciones, los viajeros cantaban al Señor y alzaban su mirada al cielo aguardando por su misericordia; el Señor protegía a su pueblo, y así como Jerusalén tenía montes alrededor de ella, así estaba la presencia del Señor alrededor de sus hijos. Cuando este pueblo permaneció cautivo en Babilonia durante setenta años, siempre mantuvo firme el anhelo de: regresar a su tierra, a Sión; y cuando finalmente pudieron hacerlo fue como un sueño hecho realidad! se llenaron de risa y cantaron de alegría; pues nada se compara con la gran emoción de: volver a casa. Aunque hayas estado por mucho tiempo lejos de las personas que amas, de tus raíces, de tu cultura, de lo que conoces y con lo que te identificas; al volver sientes ese gozo indescriptible y esa paz que solo puedes tener en el lugar donde perteneces. Así como eran llenos esos arroyos en el desierto del Neguev, eran llenos los corazones de los judíos que finalmente podían regresar. Yo realmente amo esta historia, y aunque siga insistiendo en que no puedo tener solo un Salmo favorito, este de verdad siempre lleva la delantera. Así pienso que sentiré cuando me vaya con Cristo, cuando me lleve a mi casa, a mi Patria celestial; no importa cuanto haya tenido que padecer estando aquí de peregrina, lo que realmente importa es que pronto estaré en mi hogar, a su lado para siempre. En este punto de la lectura me encuentro: Feliz. 


lunes, 11 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia176

    Salmos 119


    No es sorpresa que el día de lectura de hoy estuviese dedicado sólo a estos 176 versículos contentivos en este capitulo de las Escrituras. Espero poder leer detenidamente, sin ansiedad, y comprender lo que Dios quiere mostrarme a través de esta porción de la Biblia. Así que sin darle más largas, ¡Empecemos! El Salmo 119 además de ser el Salmo más largo, también es el capitulo más largo de la Palabra de Dios, y habla en su mayor contenido, precisamente de eso: De la excelencia de la Palabra de Dios. Cada uno de estos versículos es visto como un elogio a la Ley del Señor, y algunas fuentes dicen que fue escrito durante el exilio en Babilonia. Los ocho versos de cada estrofa comienzan con cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo, y leyendo estas ocho partes de forma aislada, puedes tener una comprensión más efectiva y menos amplia. Esto es lo que yo haré pues así estudiaba en la universidad y me daba buenos resultados; es solo una recomendación que si me funciona a mi, también puede funcionar a otros. (risas)

    Dicen que la felicidad es algo muy subjetivo, pero el Señor nos manifiesta en su Palabra que existe no solo una, sino una doble porción de felicidad para aquellos que andan en su Ley y guardan sus testimonios; los que con todo corazón le buscan y andan en sus caminos. Cuando ordenamos nuestros caminos para guardar sus estatutos, no somos avergonzados; y a medida que aprendemos su Palabra, también aprendemos a vivir como realmente debemos hacerlo. Para mantener un camino limpio y justo, la Palabra del Señor debe permanecer guardada en nuestros corazones; no olvidemos que, de la abundancia del corazón, habla la boca. Meditar en sus mandamientos, considerar sus caminos, y guardar sus estatutos son la garantía de un andar en integridad y honestidad. El mejor, más acertado y oportuno consejo, nos los da Dios; por eso el salmista oraba para que sus ojos pudiesen ser abiertos y pudiese mirar las maravillas de su Ley; quebrantada estaba su alma de desear todo el tiempo sus mandamientos; aún cuando se levantaban calumnias en su contra, él prefería meditar en las Escrituras, pues estaba seguro que allí encontraría todas sus respuestas. En tiempos de aflicción o de desanimo, la Palabra es nuestra mayor y mejor compañía; cuando se deshace nuestra alma por la ansiedad, somos sustentados según las maravillas de sus promesas eternas. ¿Quién al meditar en lo que Dios promete no se siente alentado y confortado? ¡Hay vida en la Palabra! Y corriendo por el camino de sus mandamientos, es afirmado nuestro corazón. Para poder andar por la senda de los mandamientos de Dios, necesitamos la sabiduría y el discernimiento que sólo la misma Palabra puede ofrecernos; buenos son los juicios del Señor, y excelencia son sus mandamientos; por ello, debemos ir a las Escrituras y ser guiados en la voluntad del Señor para nuestras vidas. Con entendimiento podemos guardar su Ley, y cumplirla de todo corazón. 

    Seguir las ordenanzas del Señor nos permite responder y reprender a nuestros enemigos; por eso, al conocerlas y obedecerlas, podemos caminar en libertad. Las aflicciones, el temor, y la angustia pueden atacarnos de una u otra forma, pero cuando traemos a la memoria todas las Palabras del Señor, recibimos aliento; así lo dijo el salmista, y así lo dijo una hermana de mi Iglesia semanas atrás cuando se encontraba esperando un diagnostico medico: Tu Palabra es mi consuelo en tiempos de aflicción, tus dichos me dan vida. Este testimonio impactó mi corazón. En todos los hijos de Dios debe permanecer el anhelo ardiente de escudriñar sus Escrituras, de ser ministrados por su verdad; el escritor de este Salmo declaró el haberse apresurado en guardar sus mandamientos, es decir, no tardó en moverse hacia ella, en acudir a ella, en darse prisa ante el conocimiento de los dichos del Señor; a medianoche se levantaba para alabar a Dios por sus justos juicios, y ese es un deseo que nunca debemos permitir que se nos apague. Así como la Biblia nos enseña las formas en las que podemos agradar a Dios, también nos exhorta cuando no lo hacemos; y de este modo, cuando nos desviamos, desobedecemos, y tenemos que ser disciplinados de alguna manera por el Señor, esto nos enseña a prestar más atención a sus mandamientos y a mantenernos fieles a ÉL. Todo el que confía en la Palabra de Dios, aún cuando tiene que ser afligido por ella, se goza y recibe ánimo pues cree que hay justicia en los mandamientos del Señor; aún los que nos rodean se alegran también y se contagian con nuestra confianza, pues una vez que conocemos sus propósitos y creemos en lo que Él declaró a nuestras vidas, no somos avergonzados. 

    Puede que los días pasen, que creamos que la visión está tardando en cumplirse, y que tal y como decía el salmista, nuestras fuerzas se agoten de tanto esperar; pero una cosa es cierta, lo que Dios dijo que cumpliría en tu vida ciertamente se cumplirá. Aunque nuestros ojos espirituales tengan que esforzarse un poco más para ver cumplida su promesa, su Palabra es fiel y en eso está puesta toda nuestra esperanza. Su eterna Palabra se mantiene firme en el cielo, y su fidelidad se extiende de generación en generación; sus mandamientos siguen siendo verdad hasta el día de hoy, y todo está al servicio de sus planes. El sigue siendo Dios, y por medio de sus dichos nos ha dado vida; una mente puesta en sus promesas, siempre mantiene la calma. Si queremos cultivar la facultad de aprender, entender, razonar, y tomar decisiones acertadas, esto será sin duda mediante la Palabra; nuestro entendimiento es enriquecido cuando hacemos de sus testimonios nuestra meditación. Frente a las elecciones de la vida, los caminos que debemos escoger seguir, o aquellos que debemos decidir no tomar; la Palabra funciona como una luz que puede orientarnos, totalmente radiante y brillante para ser animados a dejarnos dirigir por nuestro Dios; y ésta no solo ilumina nuestro andar, sino que también es una defensa en contra de nuestros enemigos; nos dan refugio y protección, y las promesas del Señor nos brindan esperanza; los malvados de este mundo pueden despreciar lo que Dios tiene que decir, pero, mientras sus hijos mediten en ello, obtendrán la victoria. Durante mucho tiempo he escuchado que así a Dios no se le entienda, se le obedece; y aunque me costó aceptarlo (siempre quiero entenderlo todo), esto tiene muchísimo sentido, después de todo, sus pensamientos están muy por encima de los nuestros; por eso, aunque muchos se nieguen a cumplir sus mandamientos, y de momentos nosotros mismos no veamos la materialización de lo que ÉL ha declarado, debemos seguir viviendo su Palabra; por obediencia y fidelidad, así se levante cualquier tipo de invalidación en su contra o en la nuestra. Repito, lo que el dijo que cumpliría en tu vida ciertamente lo cumplirá.

    Anhelar algo, desear conservarlo, suspirar... Son elementos productos del amor, y es tan maravillosa la PALABRA DE DIOS, que el salmista se encontraba enamorado; el quería seguir los mandamientos del Señor fielmente, tal y como desea mantenerse fiel una persona a quien ama; él no solo quería conocer las Escrituras y saber cuales eran sus beneficios, sino que quería ponerlos por obras. Y es que así debe ser todo para Dios, por amor, no por obligación. Así como el Señor es justo, su Palabra también lo es, Él juzgará con rectitud tanto al que la guarda como al que la rechaza, pues todos sus mandamientos son dignos de confianza. Mediante este, nuestro manual de vida, nuestro regalo de Dios, podemos estar cerca Él; a través de su Palabra podemos escucharlo, conocerlo, descubrir su voluntad; lejos están de Él los que no meditan en su Ley, pero aquel que ha amado sus mandamientos, vivirá conforme a su misericordia. El que se deleita en los dichos del Señor, se alegra como quien ha hallado grandes tesoros, pero son estos dichos aún más valiosos que la riqueza material, y pueden hacernos más felices que cualquier posesión terrenal; pues los que aman su Palabra disfrutan de mucha paz y no sufren ningún tropiezo. Con el aprendizaje y la vivencia de sus estatutos, nuestros labios rebosan alabanza; habla la lengua los dichos que están en el corazón, y vive el alma que le alaba y no se olvida de sus mandamientos. 

    Las 22 palabras que usé para ayudarme a construir este articulo en sus 22 estrofas, producto del alfabeto hebreo, fueron:
  1. Felicidad (Alef)
  2. Integridad (Bet)
  3. Consejo (Guímel)
  4. Aliento (Dálet)
  5. Discernimiento (He)
  6. Libertad (Vau)
  7. Consuelo (Zain)
  8. Anhelo (Chet)
  9. Disciplina (Tet)
  10. Gozo (Yod)
  11. Fe (Caf)
  12. Calma (Lamed)
  13. Entendimiento (Mem)
  14. Luz (Nun)
  15. Defensa (Samec)
  16. Obediencia (Ayin)
  17. Amor (Pe)
  18. Justicia (Tsade)
  19. Cercanía (Cof)
  20. Misericordia (Resh)
  21. Riqueza (Sin)
  22. Alabanza (Tau)
    Estas palabras no guardan ninguna relación con el abecedario, son sólo una herramienta que utilicé para tener una comprensión un poco más estricta.

    Mi estrofa favorita fue: AMOR... Señalada con la letra hebrea PE, y se encuentra entre los versos 129-136; y mi versículo favorito está por supuesto dentro de esta estrofa, aunque tengo varios minutos debatiéndome entre dos, así que mejor escribo ambos... Luego me decido jaja

Maravillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi alma. Salmos 119:129

Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos. Salmos 119:131


Si, ahora si, ¡Terminé! 





jueves, 7 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia175

    Salmos 111-118    

    Dios, solo hay UNO, léase bien, UNO. Gloria y hermosura es su nombre, y su justicia permanece para siempre. Desde la creación del genero humano, todos los seres hemos tenido una identidad especial con la presencia de un ser espiritual y superior a nosotros mismos; hemos querido encontrarnos con él, comunicarnos con él, y relacionarnos con él; aún aquellos que insisten en negar su existencia, porque todos los seres humanos hemos sido creados con un vacío en nuestro interior que sólo el mismo Dios puede llenar; y el temor a su nombre es la base de la verdadera sabiduría. Toda persona que le reconoce como Dios y que se deleita en sus mandamientos es realmente afortunado; asegurado está su corazón y su descendencia es poderosa en esta tierra. Sin embargo, muchos se han desviado de este verdadero propósito por el cual fueron creados por ese único y excelso Dios, y han vuelto su mirada a ídolos de plata y oro que tienen ojos pero no ven, y tienen oídos pero no oyen. El mismo pueblo amado de Dios, luego de haber disfrutado de todas sus maravillas, decidió apartarse de la verdadera y genuina adoración al Señor, para adorar a dioses falsos. Por su gran fidelidad Él merece nuestra alabanza; Dios bendice su creación y bendice a los que lo adoran, por eso no podemos darle a otros su Gloria y tener una actitud tan desagradecida, como para honrar, por los beneficios que hemos recibido, a falsos dioses hechos por manos de hombres. En referencia de esto, podríamos estar adorando o dando el primer lugar a cualquier ídolo de yeso o de carne y hueso, que desvíe nuestra mirada del centro de nuestras vidas que debería ser nuestro Dios; y por eso debemos ser siempre muy cuidadosos en nuestra consagración a Él y en el orden de nuestras prioridades. Una vez me dijeron: Aquello que ocupe más tu atención, de lo que hables más, en lo que inviertas más tiempo, es tu verdadero Dios; y estoy de acuerdo con ese pensamiento. Si Él verdaderamente abunda en tu corazón, saldrá por tu boca.

    Yo a veces me pregunto, ¿Cómo no amar a Dios? Bueno, realmente no podría dar una opinión al respecto porque toda mi vida es Él; pero si reflexiono en esto y concluyo que no creerle o amarle sólo puede ser posible cuando una persona se ha dejado intervenir tanto por satanás, que su juicio para adorar al único y verdadero Dios, simplemente ha sido nublado; entonces, dejo de verlo de forma natural, y empiezo a darme cuenta que el conocer o no conocer a Dios, siempre será una condición espiritual. El salmista declaraba: amo a Dios porque ha inclinado a mi su oído, porque en angustia y dolor vivía, e invoqué su nombre y Él libró mi alma; amo a Jehová porque es clemente, justo, y misericordioso; porque estaba yo postrado y me salvó; amo a Jehová porque me ha hecho bien, porque libró mi alma de la muerte, mis ojos de las lagrimas y mis pies de resbalar; entonces, ¿Cómo no amar a Jehová? Vuelve a mí mi anterior respuesta, no es algo natural; sólo el alma develada de la influencia del pecado puede amar así a Jehová. Y les digo algo, yo amo a Jehová; con toda mi alma, con toda mi mente, y con todo mi ser. ¿Que puedo pagarle por todos sus beneficios para conmigo? Solamente el ser su sierva, invocar su nombre y ofrecerle por siempre sacrificios de alabanzas. Alabarle porque es bueno, porque ha engrandecido sobre mi su misericordia; no moriré, sino que viviré y contaré todas sus obras. Es así, ¡Amo a Jehová!






La Biblia en un año #Dia174

    Salmos 107-110

    Alaben a Jehová porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia; esto es lo que para los seguidores de la fe cristiana tiene más sentido, y lo que para los no creyentes en la misma, lo que menos lo tiene. A Dios se le ama por lo que Él es, no por lo que el hace; los que no creen en Dios se la pasan buscando razones para no hacerlo, como si para poder defender la necesidad de negar su existencia, o lo que llaman su falta de ocupación para con el genero humano, tuviesen que estar provistos de un razonamiento lo suficientemente sustentado y creíble; no obstante, los que creen, no buscan "razones" para hacerlo, simplemente lo hacen; porque la relación con Dios es así, por convicción. Dios es BUENO, su nombre es BONDAD, y Él no puede negarse a sí mismo o a su carácter como Padre de los cielos; no es bueno cuando los días son buenos, Él siempre lo es; y solo conociendo a Dios a través de esa certeza podemos vivir en paz con todas y cada una de sus decisiones así no agraden a nuestro parecer. Los israelitas anduvieron perdidos en el desierto, sin hallar cuidad donde vivir, esto definitivamente fue difícil para ellos, pero estando allí clamaron a Dios en su angustia y Él los libró y los condujo hacia ciudad habitable; no lo dudemos, el sacia al alma menesterosa y llena de bien al alma hambrienta. Aún cuando hemos sido afligidos a causa de nuestra insensatez, siendo rebeldes a su Palabra, Él rompe nuestras prisiones y nos muestra nuevamente su misericordia. Entonces, Él tampoco es bueno solamente cuando nosotros le mostramos fidelidad; Él SIEMPRE lo es. 

    Frente a la bondad inmerecida de Dios, el corazón de sus hijos se afirma y se deleita en cantar alabanzas a su nombre; más grande que los cielos es su misericordia y hasta los cielos es su verdad, por eso es exaltado sobre el campo celestial y enaltecido sobre la tierra. David entendió la riqueza invaluable de ser defendido y apoyado por Dios, por eso siempre su deseo de adorarlo aumentaba cada día; aunque en muchas oportunidades las palabras de odio lo rodearan y se levantaran enemigos en su contra, tal y como leíamos ayer, el Señor lo favorecía y lo libraba con su gran poder. El Señor manifestó su pacto con David: Hacerle jefe de un reino eterno y poderoso y poder gobernar sobre sus enemigos; y estuvo a su lado para protegerlo y cumplir su promesa. Entonces el salmista también decía con seguridad: Quiero alabar a Jehová en gran manera, porque ha sido bueno. Dios es BUENO, sencillamente, Él siempre lo es. 



miércoles, 6 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia173

    Alto de adoración semanal...


    Seguimos avanzando en las hermosas melodías de los salmistas, las canciones más poderosas de alabanza y adoración al Dios de los cielos. Toda la Palabra que he leído, la he descubierto de una forma nunca antes vista; cada día el Espíritu Santo me ha mostrado grandes y bellas revelaciones en mi relación con Dios que han ministrado de manera gloriosa mi vida, y los Salmos no han sido la excepción. Admiro esa forma tan elocuente, segura y delicada en la cual los salmistas esbozaban sus experiencias; sé que todos los hijos de Dios nos sentimos identificados con estas letras de una forma especial, como si viviéramos lo mismo que estos escritores, y, aunque quizás las situaciones no sean exactas, sé que el Señor ministra a cada uno según su necesidad. Hoy leeremos nuevamente el Salmo N° 59, compuesto por David cuando Saúl ordenó que lo vigilaran para matarlo; realmente hay que tener una fe extraordinaria para que en un episodio como este, de persecución y angustia, sientas deseos de escribir poemas a Dios. Definitivamente los grandes Ministros de Dios, no lo son por una deficiente disciplina espiritual, sino porque buscaron su rostro aún en las más desafiantes circunstancias.

    Librame de mis enemigos oh Dios, ponme a salvo de los que me persiguen; estas fueron las palabras con las que David comenzó este Salmo, y fueron muy similares a las que le dije al Señor en mi oración de esta mañana. Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar, y se sirve de cualquier herramienta, persona, instrumento, momento o mecanismo para lograr sus planes; él es el devorador, el es maligno; quiere asecharte, lastimarte y destruirte. En el caso de David, durante ese episodio de su vida, Saúl se dejó usar para atormentar fuertemente su vida, y hoy, hay muchos como Saúl que se dejan usar para atormentar la tuya; no obstante, tal y como lo hizo David, debemos armarnos de valor, tomar nuestro escudo de la fe y apagar todos los dardos del maligno. Satanás no es más poderoso que Dios, ni es más poderoso que los creyentes que contra todo pronostico se levantan creyendo en su Palabra y en sus promesas. Dios es nuestro protector, nos ama, nos guarda, y saldrá a nuestro encuentro para que con su ayuda podamos derrotar a todos nuestros enemigos; ÉL destruye todo plan infructuoso de las tinieblas que pueda ser ordenado en nuestra contra. Asi como David debemos reconocer a nuestro Saúl, al enemigo que está buscando hacernos caer; y con una fe poderosa e inquebrantable, hacerlos huir delante de la presencia de nuestro Dios. En este punto de la lectura me siento: Apoderada; con más ganas de vencer a satanás y de conquistar mi tierra prometida.


martes, 5 de julio de 2016

La Biblia en un año #Dia172

    Salmos 104-106

    Toda la tierra está llena de los grandes beneficios de Dios, aunque muchos insistan en negarlo, la verdad es que la creación declarada a gritos lo evidente: existe un Creador. El Señor afirmó la tierra sobre sus bases y de allí jamás se moverá, puso los mares en el lugar que les había señalado y en esas aguas todos los animales calman su sed; también hace crecer las plantas para el bien de toda la gente: el pan, que da fuerzas, el vino, que da alegría, y el perfume, que da belleza. Nuestro Dios ha hecho con su mano poderosa todo el universo, y todas sus obras fueron realizadas con sabiduría; de Él depende toda la creación, y su Espíritu es el que permite que en la tierra todo cobre vida; así que, el Dios creador, también se encarga de sostener y cuidar toda su obra maestra. Cree que si Él se deleitó en formarte, también será su deleite el sustentarte, pues su poder dura para siempre. Además de las maravillas que ha hecho mi hermosisimo Dios desde la creación del mundo, también aumentó todas sus maravillas en favor de Israel; ¿Y como no? Si es que no he visto un amor mayor que el de Dios por sus hijos, especialmente por este pueblo, que, aunque caminó en una desobediencia sostenida en el tiempo, siempre fue perdonado y renovado en su relación Él. 

    Los hebreos en Egipto no entendieron las maravillas del Señor; no se acordaron de la muchedumbre de sus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, pero él los salvó por amor de su nombre, para hacer notorio su poder. Dios los salvó de la mano del enemigo, y los rescató de la mano del adversario; pero ellos muy pronto olvidaron sus obras y se entregaron a deseos desordenados hasta tentar al Señor; adoraron otros dioses, murmuraron, sacrificaron a sus hijos, provocaron la ira del Señor y no oyeron su voz; sin embargo, las promesas hechas por Dios a Abraham y a Isaac fueron confirmadas a Israel por pacto eterno; y a pesar de las múltiples formas en las que esta nación fue rebelde delante de Dios, Él nunca dejó de serles fiel. Con todo, él miraba cuando estaban en angustia y oía su clamor; se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a sus misericordias. Jehová, el Dios de Israel, los miraba y los salvaba cuando clamaban a Él; así que hoy puedo sentirme aún mas segura, el siempre me responderá cuando clame a su nombre; y aún si decidiera apartarme, alejarme, y desagradarlo, el siempre me atraerá a su presencia con amor. Pregunto de nuevo, ¿Hay otro Dios mejor que Él? Simple: No lo hay. 



La Biblia en un año #Dia171

    Salmos 98-103

    Acabo de regresar de unas pequeñas vacaciones en las que pude escribir durante sólo dos días; aunque la pasé maravillosamente bien, me alegra volver a mi rutina; a mi lectura, a mi cuarto de oración, a mi Iglesia, a mis Ministerios, a mi trabajo, en fin, a todo lo que hago cada día y que se ha convertido en mi estilo de vida. La verdad, aunque disfruto mucho tomarme un tiempo libre de vez en cuando, también disfruto muchísimo mi ritmo de vida diario; ¡Gracias a Dios! Creo que puedo considerar a los Salmos como las canciones más hermosas escritas jamás, y la música que por años le han compuesto los grandes adoradores de Dios, han hecho de estas alabanzas algo magistral. Por sus grandes maravillas y las formas en las que el brazo santo del Señor nos ha salvado, sin lugar a dudas merece cada día una nueva canción. Él debe ser aclamado y alabado con instrumentos de cuerda, con voces melodiosas; con todas las fuerzas y con alegría de corazón. Una cosa tengo clara, no solo por la Palabra, sino por lo que he sentido y vivido desde que conocí al Señor: No hay otro Dios como Él. Su fidelidad la vivo cada día de mi vida, y así como mantuvo su pacto con Israel, lo ha mantenido y lo mantendrá conmigo. El Señor es tan grande, tan poderoso e incomparable, que aún no entiendo como tantas personas pueden rechazarlo por seguir otros dioses que nunca, nunca, podrán igual su Gloria y su poder; repito: No hay otro Dios como ÉL. Como no entrar por sus puertas con acción de gracias, y por sus atrios con alabanzas; ¡Si es que Él es tan bueno! Y su verdad por todas, todas las generaciones. Hoy reconozco una vez más que Él es mi Dios, Él me hizo, soy suya y el es mi Pastor; por eso le sirvo con alegría y cada día voy con gozo ante su presencia, Él es mi felicidad y el motivo de mi canción.

    David hizo al Señor la promesa solemne de caminar en integridad y de tener un reinado limpio y honesto; no quería poner sus ojos en la maldad que lo rodeaba ni quería caminar con los desobedientes; David oró a Dios para apartarse del fraude, de la infamia, y de la mentira, pues sabía que juntarse con malvados y con personas que lo desagradaban iban a desviarlo de mantenerse como un hombre fiel y justo; no obstante servirse de los que anduviesen en camino de perfección y de los fieles de la tierra, iba a traerle bendición. Aunque hoy nosotros no seamos monarcas de grandes y poderosas naciones como David, sí estamos en una posición digna y honrosa como hijos de Dios; y como sus príncipes, descendientes del Rey de Reyes, también debemos clamar al Señor para no perder nuestra integridad, nuestra prudencia y nuestra santidad. El ser cuidadosos en nuestro andar, escoger bien nuestros deleites y propósitos, y el mantener un entorno adecuado y fiel al Señor, es clave para vivir de forma honesta y agradable delante de Él. Todo nuestro ser, alma, cuerpo y espíritu; deben bendecir el santo nombre de Dios. No podemos entregarle solo un área, o solo un espacio de nuestras vidas, para Él debe ser nuestro todo, así como Él también nos convirtió en el suyo dando su vida por nosotros. Muchos creyentes ven al Señor como su salvador, como la persona que les dio vida y perdón de pecados rescatándolos de la condenación eterna; pero sólo un pequeño porcentaje quiere hacer de Él su Señor, el dueño absoluto de toda su existencia. Él es quien perdona todas nuestras iniquidades, quien sana todas nuestras dolencias; el que rescata del hoyo nuestras vidas y nos corona de favores y misericordias; el que sacia de bien nuestras bocas de modo que rejuvenezcamos como el águila; ¿Cómo darle tan poco a quien nos bendice con tanto? ¡Él merece ser el Rey de todos nuestros espacios! Y que toda nuestra vida, en todos y cada uno de sus términos, sea un perfume agradable a sus pies. En todos los lugares de su señorío, bendice, alma mía, a Jehová.