viernes, 27 de abril de 2018

Un regalo que me enseñó a orar

Cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará. Mateo 6:6 (NTV)



El elemento más indispensable en nuestra comunión con Dios, es la oración. Pues, el creyente que crece, es un creyente que ora, y que guarda una profunda relación afectiva con su Señor. Recuerdo que recibí este libro hace más de diez años en uno de mis cumpleaños, y me mostró varias lecciones acerca de la oración que aún conservo con especial valor. En ese tiempo, tenía 17 años y estaba empezando la universidad; con un montón de desafíos tanto físicos como espirituales. Me acostumbraba a vivir sola, en una ciudad diferente, lejos de mi familia, tratando de conseguir una nueva Iglesia para poder congregarme, y con muy pocos amigos. Un escenario que me "movió el piso" en todos los sentidos. Recuerdo que anhelaba poder comunicarme con Dios, hablarle más, oírlo más, y convertirme en una persona de oración eficaz, pero no sabia como hacerlo. Entonces, el mismo Señor que conocía todos mis deseos, hizo llegar este precioso regalo a mis manos y poco a poco fui descubriendo como hacerme de esta poderosa herramienta para atar y desatar, para derribar y construir y para conectar el cielo con la tierra. La autora dice en su libro, que a través de la oración, podemos conversar con Dios acerca de nuestras alegrías y triunfos; de nuestras heridas y nuestros temores, de nuestros deseos y necesidades, con la seguridad de que a Él le importa cada detalle de nuestras vidas. Y sin duda, todas éstas eran cosas que yo necesitaba desesperadamente compartir con alguien más. 

Algunas de las cosas que aprendí y que quiero compartir hoy con ustedes, fueron éstas: 

  • Busca tu lugar de oración, donde puedas apartarte a orar a solas sin interrupciones.
  • Crea un horario para orar que puedas respetar cada día.
  • Haz tu lista de oración con motivos particulares y específicos (Todavía conservo varias de las mías.)
  • Reflexiona en pasajes de la Palabra acerca de la oración
  • Pídele al Señor que te muestre porqué orar y que te enseñe como hacerlo.
Orar nos permite conocer la voluntad de Dios, nos dota de sabiduría y discernimiento a la hora de tomar decisiones, nos hace ser de bendición para otros, y lo más importante: Nos permite cultivar nuestra relación con la persona que más nos ama y que estará con nosotros toda la vida: JESÚS.

El que ha aprendido a orar, ha aprendido el secreto de una vida santa y feliz. Elizabeth George.

lunes, 9 de abril de 2018

Desventaja

David le respondió al filisteo:

Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 1° Samuel 17:45 


¿Cuantos han buscado un nuevo empleo, o han querido obtener algo, o quizás se han interesado en alguien pensando que todas esas cosas están muy por debajo de sus posibilidades? Porque otra persona es más apta, ofrece mayor productividad o simplemente porque está más preparada o capacitada que tu. ¿Sabes algo? Lo que Dios ha diseñado para ti, tiene tu nombre y el de nadie más. No es peor, no es mejor, es simplemente único. No tienes que competir con nadie, no tienes que hacer una larga lista de todos tus defectos o limitaciones. Simplemente debes creer y vivir de manera determinada en el cumplimiento de tu propósito. Si, puede haber muchas personas más capacitadas para ejercer un trabajo o un Ministerio que tu, pero Dios te está llamando a TI. Si, puede que existan muchas personas en el mundo para escoger, pero entre todas, Dios ha creado a alguien sólo para TI. Si, puede que muchos intenten a DIARIO obtener muchos beneficios y quieran recibir lo que tu tienes, pero a Dios le place dártelo a TI. NO te compares, ni creas que si el Señor te hubiese dado la oportunidad que le dio a esa otra persona, tu estarías mejor. Haz lo tuyo, con tu diseño, con tu forma e incluso con tus carencias. Eres perfecto, eres creación de Dios, eres diferente. Los retos que tienes que vencer son los que el mismo Dios ha puesto para TI para así llevarte a un nuevo nivel. No mires a los lados, mira al frente. El que se casó, el que ya se graduó, el que ya compró su primer carro o casa, o ya tiene hijos, el que tiene un gran y reconocido Ministerio, el que se fue del país y camina con éxito, solo vive de manera diferente a ti. Porque lo que Dios creó para ellos en este tiempo, no es lo mismo que va a darte a ti ni en el mismo orden. Cuando David venció a Goliat, era el menos apto para la batalla. El mas pequeño, el menos fuerte, el MENOS indicado. Pero no perdió su tiempo pensando en sus desventajas, sino en lo que el gran poder de Dios podía hacer en ellas; por eso fue y venció al gran enemigo. Las comparaciones sólo estrangulan tu propósito. VIVE de la manera abundante que Jesús anhela, dando a cada día su propio afán y resistiendo con fe en la batalla.