miércoles, 9 de noviembre de 2016

La Biblia en un año #Dia286

Marcos 8-10

La Biblia reseña que para este tiempo, Jesús había alimentado a las multitudes que lo seguían no una, sino dos veces, a través de la multiplicación de los panes y los peces. Miles fueron los que recibieron esta gran y necesaria provisión de Dios. No obstante, aunque los discípulos habían estado con Cristo en ambos milagros, cuando Jesús les dijo que tuviesen cuidado de la levadura de los fariseos y de la de Herodes, volvieron a comentar entre ellos que seguro el Señor lo decía porque no tenían pan. Jesús los reprendió porque seguían hablando de la ausencia del pan y porque aún no habían entendido lo que significaba verdaderamente estar con Él. Al parecer los discípulos (En palabras de Jesús), tenían la mente embotada,  tenían ojos pero no habían visto realmente; y tenían oídos pero aun no aprendían a escuchar. Muy rápido se les había olvidado los episodios anteriores en los que habían visto la mano de Jesús actuando a su favor,¿Y cuantas veces no nos pasa a nosotros lo mismo? Superamos una prueba con la intervención de Dios, y cuando llegamos a otra, muy fácilmente cedemos ante la presión de dudar. Cuando Jesús sanó a aquel muchacho endemoniado, éste fue llevado primero a sus discípulos, pero éstos nuevamente fallaron en sus intentos al querer liberarlo por falta de fe; nuevamente les dijo Jesús: ¿Cuando van a aprender? ¿Acaso no saben hacer nada sin mi? Él de algún modo ya los estaba preparando para su ausencia, cuando fueran ellos los que tuvieran que seguir su Ministerio y mostrar su gran poder en la tierra. Jesús le dijo al padre de este muchacho enfermo: Para el que cree todo es posible. Y él le dijo: Ayúdame en mi incredulidad. Muchas veces no alcanzamos ciertas promesas por la condición de fe que traen consigo, así como los discípulos, necesitamos ENTENDER la total capacidad del Dios que nos sostiene, y desarraigar de nuestras mentes todo pensamiento de duda o temor; solo así podremos vivir plenamente al Dios de los milagros. Como él sabía que este era un reto para sus discípulos, y que lo sigue siendo hasta nuestros días para nosotros, les dio y nos dio la formula perfecta para que nuestra fe sea cada vez más aumentada y fortalecida: Oración y ayuno, mientras haya mas búsqueda, habrá más confianza y más efectividad. Dios es fiel.

Después de esto, ya Jesús había comenzado a anunciar su muerte, y le comunicó a los doce que tendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Si, lo matarían, pero tres días después resucitaría. También les dijo que si ellos entregaban su vida por su causa y por las Buenas Noticias, entonces la salvarían, porque no había ningún beneficio en ganar el mundo entero si perdían sus almas. Como me dijo mi mamá ayer mientras discutíamos estas lecturas: Duele mucho la forma cruel en la que asesinaron a Jesús, pero sino hubiese sido por ese sacrificio, nosotras no estaríamos hoy aquí. Y eso me lleno de amor y de esperanza. Un día lo volveré a ver, y ya nadie podrá arrebatarlo de mi lado. Posterior a esto, Jesús enseñó a sus discípulos acerca del divorcio, ellos preguntaron con gran insistencia como queriendo que Jesús les dijese lo que querían escuchar; pero para el Señor todo estaba muy claro: El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra ella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio. Luego bendijo a los niños que se acercaron a Él y les dijo a sus seguidores que para entrar en el reino de los cielos debían tener una conducta como la de ellos; y también los exhortó después de tener un encuentro con un hombre rico que se le acercó. Este hombre había cumplido la Ley, pero, sabía que hacía falta algo más para poder ser salvo; se lo preguntó a Jesús, y ante la invitación de éste a que vendiera todas sus posesiones y entregara todo el dinero a los pobres para después seguirlo, solo sintió tristeza y pesar. Jesús enseñaba a la gente y mayormente a sus discípulos, que era necesario dejarlo todo para ir en pos de Él; no porque literalmente tengamos que desprendernos de todos beneficios materiales, o romper todos lazos familiares, sino porque nuestro deleite y mayor prioridad debe ser Él, y lo demás debe ocupar siempre el lugar secundario. Este hombre rico no lo entendió, o quizás si, pero no tuvo la fuerza suficiente de despojarse de todo el peso que lo asediaba y le impedía llegar hasta Dios, pero los discípulos si lo comprendieron; aun con fallas y debilidades, dejaron todo para seguir a Jesús, y el mismo Señor les dijo que por ello serían enormemente beneficiados, y ahora mismo, lo sigo creyendo así. En el mundo que vendrá, los que lo sigan con fidelidad, reinarán junto con Él. Mejor dicho, reinaremos. Porque lo que soy yo, quiero y espero con todas mis fuerzas ser de los fieles galardonados. En ese tiempo, estaban Jesús y sus discípulos en Jericó y mientras salían de la ciudad, una gran multitud los siguió. Un mendigo ciego llamado Bartimeo oyó que Jesús venía y empezó a gritar pidiendo misericordia, muchos lo mandaban a callar, pero él gritaba más fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús lo oyó y pidió que se lo llevaran, y Bartimeo le dijo que quería poder ver, en el acto Jesús le dijo que su fe lo había sanado; y al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino. Si hoy las dudas te visitan y te manda a callar, entonces GRITA MAS FUERTE, porque tu fe, alcanzará los milagros de Dios. 


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