jueves, 27 de octubre de 2016

La Biblia en un año #Dia269

    Zacarías 5-6

Una vez que todos los cautivos habían regresado a su tierra, y que se enfrentaron a la ardua tarea de levantarse de las ruinas, hay algo muy puntual que Dios quería hacer con todos ellos: Purificarlos, limpiarlos de toda su maldad y refinar para sí, un pueblo nuevo y santo que le brindara obediencia y honor. La función del profeta Zacarías era clave en medio del cumplimiento de este propósito de Dios, pues debió, no solo animar a los judíos al nuevo levantamiento del Templo de Dios, sino que también debía alentarnos a ellos mismos a levantar nuevas vidas que fueran olor fragante delante del Dios de toda la tierra. En sus nuevas visiones, el profeta vio un rollo volador de diez metro de largo y cinco metro de ancho, que contenía  la maldición que cubriría toda la tierra a causa del pecado de los hombres. Además vio la mujer en el efa (canasta), una revelación que simbolizaba el pecado de toda la nación de Judá que iba a ser removido. La canasta estaba llena con los pecados de los habitantes de todo el país, y dentro de la canasta estaba una mujer sentada que se llamaba perversidad. El ángel de Dios empujó a esta mujer dentro de la canasta y cerró su tapa, entonces Zacarías miró hacia arriba y vi a dos mujeres que volaban hacia ellos, planeando con el viento; tenían alas como de cigüeña, y recogieron la canasta y levantaron el vuelo. Esas mujeres se llevaron la canasta hasta Babilonia, donde construirían un templo para la canasta, y cuando estuviese listo, colocarían la canasta allí sobre un pedestal.

Después de estas dos revelaciones, Zacarías tuvo otra visión acerca de cuatro carros de guerra, El primer carro era tirado por caballos rojos, el segundo por caballos negros, 3 el tercero por caballos blancos y el cuarto por poderosos caballos pintos o grises. Esos carros representaban los cuatro vientos del cielo, quienes siempre estaban al servicio de Dios, y ahora saldrían a recorrer todo el mundo. El carro de los caballos negros iba hacia el norte, el de los caballos blancos iba hacia el oeste, y el de los caballos pintos hacia el sur. Los caballos de pelo pinto estaban ansiosos por recorrer el mundo, y así lo hicieron. Estos carros representaban la inauguración del juicio de Dios sobre toda la tierra. Finalmente Zacarías recibió otro mensaje de parte de Dios, debía pedirle oro y plata a Heldai, Tobías y Jedaías, quienes habían sido llevados a Babilonia como esclavos, para hacer una corona que debía poner sobre Josué hijo de Josadac, que era el jefe de los Sacerdotes, pues eso representaría la venida de otro Sacerdote y Rey, el Mesías, quien se levantaría para reconstruir el Templo de Dios. Él se llamaría ‘Renuevo’, se vestiría como Rey, y ocuparía el trono de Dios para reinar. Después, esa corona debía ser puesta en el Templo de Dios, así Heldai, Tobías, Jedaías y Josías recordarían siempre su mensaje. Si ellos obedecían, otros vendrían de lejos y los ayudarían a reconstruir el santuario de Dios; y cuando eso sucediera todos sabrían que el Dios todopoderoso, había enviado a Zacarías a hablar en su nombre. Dios SIEMPRE cumple su palabra. 


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