martes, 4 de octubre de 2016

La Biblia en un año #Dia237

   
      Ezequiel 34-36

Hay una frase en este día que llamó muchísimo mi atención: Los pastores no deben apacentarse a si mismos sino a sus rebaños; ¿Habían meditado en esto? Yo no, y ciertamente me ha hecho reflexionar. Los pastores en Israel bebían leche, se vestían con lana, mataban a los animales y comían y dejaban al pueblo pasar hambre; este no es el modelo de pastorado descrito en el Salmo N° 23, ¿Cierto? Además de eso, no tenían cuidado de los débiles, no se ocupaban de los enfermos ni vendaban sus heridas; nunca salieron a buscar a los descarriados y perdidos, sino que gobernaron con mano dura y con crueldad. Por esta razón afirmaba el Señor que sus hijos se habían dispersado como ovejas sin pastor, y deambulaban por la tierra sin que nadie saliera a buscarlas. Quiere decir esto, aunque un mal pastorado no sea la causa principal por la cual una persona podría perderse en el mundo, si puede influir considerablemente. El Señor se declaró enemigo de todos los que habían abandonado el rebaño de Israel, y prometió hacerlos responsables de todo lo que les sucediera. Pero Él, el buen Pastor que su vida da por las ovejas, sería el Pastor en busca del rebaño perdido, las sacaría de los demás pueblos y naciones a donde habían sido esparcidos y los alimentaría en las montañas de Israel. Todos descansarían en hermosos lugares de reposo y Dios mismo tendría cuidado de ellos y los haría vivir en paz. El Señor prometió un nuevo pacto de paz con Israel, una vez que Él rompiera las cadenas de su esclavitud y los rescatara de quienes los esclavizaron, entonces ellos sabrían que ÉL era el Señor. Ya no serían presa de otras naciones, ni animales salvajes los devorarían; vivirían seguros y nadie los atemorizaría. El Señor haría que la tierra de Israel fuese famosa por sus cosechas, y ya nunca más sufrirían las burlas de las naciones extranjeras; así todos sabrían que el Señor era el Dios soberano de Israel y que ellos eran su rebaño.

Cuando el Señor ya había castigado a los israelitas, el pueblo de Edom se ensañó contra ellos, y los masacraron cuando estaban indefensos, entonces el Señor dio un mensaje a Ezequiel para ellos, y dijo que levantaría su puño contra esta nación, demolería sus ciudades y los dejaría desolados. Nuevamente los invito a escribir "Edom" en el buscador para ver si la Palabra de Dios se cumplió o no. Ellos dijeron que se apoderarían del territorio de Israel y de Judá, y se jactaron con arrogancia de lo que les había pasado diciendo que ahora ellos se los comerían, pero es evidentemente comprobable a través de la historia, que nadie se mete con Israel y vive para contarlo. El enojo de Dios fue contra ellos y fueron castigados con muerte y destrucción, todos sus valles se llenaron de gente masacrada y esta nación nunca mas fue reconstruida. Los enemigos de Israel se habían mofado de sus desgracias, pero el mensaje de Dios para ellos a través de Ezequiel fue el siguiente: El enojo de mis celos arde contra esas naciones y he jurado solemnemente que pronto tendrán que soportar su propia vergüenza. Sin embargo, para el pueblo de Dios redimido y transformado, si había promesa de restauración; ellos pronto regresarían del destierro y todas sus ciudades en ruinas serían reconstruidas; la población sería aumentada en gran manera, y no solo se aumentaría el número de habitantes sino también de animales. Nunca más esta nación sería devorada, y el Señor no permitiría más burlas sobre ellos. La conducta del pueblo de Israel había ofendido en gran magnitud a Dios, y no iban a ser restaurados porque se lo merecieran, sino porque a través de ellos el Señor revelaría su santidad y lo grande y poderoso de su nombre. Entonces los israelitas serían rociados con agua pura y quedarían limpios, Dios mismo lavaría su inmundicia y dejarían de rendir culto a ídolos; tendrían un corazón nuevo y un espíritu nuevo dentro de ellos para seguir los decretos del Señor y ser fieles a sus ordenanzas. La restauración de Israel sería una señal para todas las naciones de que el Señor es Dios y su nombre es soberano, el único con poder de levantar y de reedificar, de reconstruir y volver a sembrar; así todos serían testigos de su gran poder.



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