sábado, 8 de octubre de 2016

La Biblia en un año #Dia241

                  Alto de Adoración semanal…

Es tiempo de otro alto de adoración, y, aunque no quiera repetir que el tiempo pasa muy rápido como cada semana lo hago; ¡Realmente va muy rápido! Ya terminé de leer el libro de Ezequiel, y la verdad es que cada lectura fue una bocanada de aire fresco; desde su glorioso y sobrenatural llamado, hasta el anuncio de esperanza para el restaurado Israel, todo fue majestuoso y poderoso. El Señor constantemente manifestó a través de Ezequiel, sus mensajes de juicio contra el incorregible Judá, pero también mostró su misericordia estableciendo con el pueblo un nuevo y eterno pacto de paz. Dios es muy bondadoso, pero también sabe ser muy justo; y su nación conoció y vivió los efectos de ambas cualidades, así como también lo hacemos nosotros. Así como lo establece el Salmo N° 85 que nos corresponde leer hoy, los israelitas disfrutaron el poder volver de la cautividad y de haber sido perdonados de toda su iniquidad, razones suficientes para caminar en lo sobrenatural; pero muchas veces los judíos, y aún hoy día, los nuevos hijos de Dios, podemos reemplazar la vitalidad de su Espíritu por tibieza, o pereza; y es justo allí donde satanás se arma para sumergirnos en un fuerte letargo espiritual, del que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta. Si algo he aprendido en estos últimos meses en mi relación con Dios es que eres tú mismo el responsable de avivar el fuego del don de Dios que Él encendió en ti; nadie más. Él es propicio a nosotros, la bendición está allí, la unción está allí, la vida en su presencia está allí; lista para que nosotros la arrebatemos y la vivamos como verdaderos hijos del reino de los cielos. Hoy debemos ser nuevos Ezequieles, nuevos salmistas que escuchen lo que habla Jehová nuestro Dios, porque hablará paz a su pueblo y a sus santos para que no se vuelvan nuevamente a sus necios caminos. Sin duda, la salvación de Dios está cerca de los que le temen, y es ese pequeño grupo de fieles avivados, los que se llenarán de su Gloria. Nadie más. No sé tú, pero yo quiero ser de esos, quiero ser de los que CREEN.

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