miércoles, 26 de octubre de 2016

La Biblia en un año #Dia268

    Zacarías 3-4

El profeta Zacarías continúa compartiendo sus visiones nocturnas con el pueblo de Dios, y en esta ocasión, el ángel de Dios le mostró a Josué, el sumo Sacerdote, quien estaba delante del Señor;  y a la derecha del ángel estaba satanás, quien presentaba acusaciones en contra de Josué. Entonces el Señor le dijo a Satanás: Yo, el Señor, rechazo tus acusaciones, Satanás. Así es, el Señor que eligió a Jerusalén te reprende. Pues para Dios, el Sumo Sacerdote Josué era como un tizón en llamas que había sido arrebatado del fuego. La ropa de Josué estaba sucia cuando se presentó delante del ángel, y el ángel ordeno que a otros que estaban allí que le quitaran esa ropa sucia, y que él le daría ropa nueva y fina; lo que simbolizaba la limpieza de pecados que Dios quería hacer con todo el sacerdocio que dirigía a este pueblo. Luego le colocaron a Josué en la cabeza un turbante sacerdotal limpio y lo vistieron de ropas nuevas, mientras el ángel del Señor permanecía cerca. Entonces el ángel del Señor habló solemnemente a Josué y le dijo que si seguía sus caminos y le servía con cuidado, recibiría autoridad sobre su templo y sus atrios. Tanto Josué como el resto de sacerdotes, representaban una señal profética de lo que Dios quería hacer en su pueblo renovado; el Señor pondría delante de Josué una piedra de siete lados, y Él mismo grabaría en ella una inscripción. Luego, en un solo día, quitaría el pecado de toda la nación, y cuando ese día llegara, podrían todos los judíos convidarse unos a otros a disfrutar de paz a la sombra de sus vides y sus higueras. 

En otra visión del profeta, observó un candelabro de oro y dos olivos; el ángel de Dios que hablaba con él, lo despertó como se despierta a una persona que está dormida, y le preguntó que veía; el profeta le dijo que veía un candelabro de oro, con un depósito de aceite encima; en lo alto tenía siete lámparas, a las que llegaba el aceite por siete tubos; y junto al candelabro había dos olivos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Zacarías le preguntó al ángel su significado, y el ángel le dijo que era un mensaje de Dios para Zorobabel (gobernador de Judá), que decía: No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espíritu; y que él reduciría a llanura los grandes montes, sacando la piedra principal, mientras gritaba la gente: ¡Qué hermosa es! ¡Qué hermosa!. Dios le dijo a Zacarías que Zorobabel era quien había puesto los cimientos del Templo y sería él quien lo terminaría, porque aquellos que no tomaron en serio los pequeños comienzos, ahora se alegrarían viendo a Zorobabel terminar las obras. Después de eso el ángel añadió que esas siete lámparas eran los ojos del Señor, que estaban recorriendo toda la tierra. Y los dos olivos, uno a cada lado del candelabro, y las dos ramas de olivo que estaban junto a los tubos de oro por donde llega el aceite a las lámparas, simbolizaban a los dos que habían sido consagrados para el servicio del Señor de toda la tierra. Estos eran, el Sacerdote y el rey, pues la era de sacerdotes corruptos y de los reyes que buscaban lo suyo terminaría y sería reemplazada con una época de renovada adoración, gobierno justo, y compañerismo cara a cara con Dios. En este punto de la lectura me encuentro: Esperanzada y animada. Justo el propósito que Dios quería cumplir a través del profeta en su pueblo, dando palabras de aliento en la difícil tarea de reconstruir su ciudad.


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