miércoles, 20 de enero de 2016

La Biblia en un año #Dia20

   Veinte días! Ya son 20 días en mi experiencia y les digo que ha sido... Formidable! Estoy agradecida con Dios por haber puesto esa inquietud en mi y, como dice su Palabra, también darme la fortaleza para llevarla a cabo, esto es el querer como el hacer. Hoy me corresponde leer Éxodo 7-10, veremos que instrumentos y herramientas usó Dios para estremecer a Faraón frente a su negativa de no dejar libre al Pueblo de Israel. 

   Varias fueron las veces en las que Moisés y Aarón se dirigieron al Rey para que dejara ir a los israelitas, sin embargo, todas esas veces el Rey se negó; en repuesta a esto vinieron las muy famosas plagas en Egipto. Faraón fue informado acerca de lo que Dios iba a hacer, pero igual decidió desobedecer. La primera de estas plagas fue: La plaga de sangre; toda el agua de los ríos, canales, estanques y depósitos de agua fue convertida en sangre, incluso la almacenada en en vasijas y tinajas; todos los peces murieron y el agua quedó tan asquerosa que los egipcios no podían beberla. Se creería que Faraón iba a reaccionar frente a esto y liberaría al pueblo... Pero no, sabemos que no. A veces Dios hace y hace y hace para que obedezcamos y nosotros estamos tan endurecidos como Faraón. 

  Faraón seguía negándose, por tanto, vino la segunda plaga: la plaga de las ranas; ranas por doquier! Todo el territorio se colmó de ranas; en el palacio, en las casas, los dormitorios, sobre la gente, sobre las camas, y en todos lados. Aquí el Faraón si cedió (supuestamente), por lo que acordaron que si el liberaba al pueblo, Moisés y Aarón orarían para que la plaga cesara. Las ranas fueron quitadas, pero el Rey al ver esto, se rehusó a cumplir con lo prometido. Por lo que vino la tercera plaga: Los mosquitos. Todos los egipcios y sus animales quedaron cubiertos por ellos. Aún así, el corazón de Faraón seguía como una roca, por lo que vino la cuarta plaga: las moscas. Todo un enjambre de moscas cubrió el palacio, las casas y el suelo quedo cubierto por ellas, excepto, el lugar donde habitaba el pueblo de Israel, por lo que el Rey le dijo a Moisés que si podían adorar a Dios pero que lo hicieren allí, dentro de su reino; pero Moisés negándose, le dijo que debían ir al desierto a una distancia de tres días tal y como el Señor se lo había ordenado; Faraón aceptó, por lo que Moisés oró y no quedo ni una sola mosca, pero al ver esto, Faraón igual no dejó ir al pueblo; por lo que Dios ordena la siguiente plaga: la muerte de todos los animales de los egipcios, y ni aún así el Faraón dejó ir al pueblo.

   Llega la sexta plaga ante la resistencia de Faraón: Las llagas, tanto en personas como en animales, y ni los magos de Faraón podían hacer sus hechicerías pues también estaban cubiertos de llagas. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón y este se negó nuevamente; por lo que vino la séptima plaga sobre Egipto: El granizo; y a todo aquel al que le cayere moriría. El granizo fue tan devastador que dejó a todo Egipto en ruinas, y el único lugar donde no cayó la tormenta fue en el pueblo de Gosén, donde vivía el pueblo de Israel. Ante este hecho Faraón se arrepiente y le dice a Moisés y a Aarón que dejaría al pueblo en libertad. Moisés no le creyó, pero igual oró para que el granizo cesara.

   Faraón siguió terco, endurecido, ciego, negándose (aunque esto también era plan de Dios), por lo que era hora de una nueva plaga: Las langostas; estas se extendieron sobre todo el territorio de Egipto hasta oscurecer y devorar toda la tierra. Faraón volvió a pedir perdón y misericordia, por lo que Moisés oró y el viento se llevó a las langostas, pero el corazón de Faraón fue nuevamente endurecido y no dejó salir al pueblo. Cuantas plagas van? si, 8, y viene la N° 9: La plaga de las tinieblas. La oscuridad cubrió la tierra de Egipto y no podían verse ni moverse, sin embargo, la luz no faltó donde habitaban los israelitas. Faraón le dijo a Moisés que podían irse junto con sus hijos, pero que dejaran sus rebaños, Moisés se negó pues todo cuanto tenían iban a llevárselo. El Señor endureció nuevamente el corazón de Faraón y se negó. 

   Quería mencionarlas todas (Aunque falta una para mañana) para tener una comprensión más amplia de estos relatos, y frente a esto puedo decir dos cosas: La molestia del Señor creció debido a que en primera instancia Faraón no quiso escucharlo ni obedecerlo, por eso vinieron las plagas, fue una medida extrema del Señor frente a la clara oposición que le hacía este hombre. Mi mamá me dijo una vez: Obedece por las buenas al Señor, no esperes sus medidas extremas, esto es algo que jamás olvidaré; el Señor va a enseñarnos a obedecer su Palabra y nosotros decidimos si seguir el camino apacible de su voz de forma inmediata, o si preferimos esperar a que nos llame con herramientas mucho más difíciles de soportar, sea como sea, él nos hará obedecer. 

   Lo segundo: La misma Biblia establece que Dios pudo exterminar a Egipto de una sola vez y liberar al pueblo, pero lo hizo así, poco a poco, para mostrar su poder y sus señales milagrosas y también para que el mismo pueblo de Israel pudiera contar de las maravillas de su Dios por generaciones. Dios es Dios y el es asi, soberano, sabio, omnisciente; yo a veces he tratado absurdamente de dirigirlo o de decirle como hacer las cosas (no se a quien más le pasa) y el me deja con la boca abierta cuando hace todo de forma distinta y resulta mil veces mejor que como yo lo pensé. Pero es que yo en verdad creo que puedo decirle al Dios todopoderoso como obrar? Esto es una muestra mas para mi, para que descanse en su soberanía y me sujete a su voluntad, algo en lo que estoy siendo enseñada en este tiempo, pues es como El dice y como El quiere, no como yo creo que saldrá mejor o como a mi me "conviene". Quizás el pueblo de Israel también se preguntaba porque Dios no obraba de manera definitiva pero repito: Dios es Dios. Ya veremos que pasa mañana. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario