lunes, 18 de enero de 2016

La biblia en un año #Dia18

Luego de un fascinante recorrido por la creación, el pecado del hombre, la desobediencia y el juicio, el arca de salvación, la torre de Babel, la fe de Abram, las malas decisiones de Lot, el nacimiento del hijo de la promesa, los dos reinos divididos desde la matriz, el origen del gran pueblo de Israel y el rescate hecho por José, entramos en materia con el gran libro de Éxodo... Dato curioso: Hace un tiempo cuando supe que éxodo realmente significaba "salida" dije algo como: Ahhh ya, con razón! Finalmente comprendí algunas cosas solo con ese pequeño descubrimiento.
Después de la muerte de José, sus hermanos (los hijos de Israel) y sus familias, quedaron bajo el cuidado de Faraón, sin embargo, al morir todas esas generaciones, las próximas se fueron multiplicando y fortaleciendo en extremo hasta llenar la tierra (Ex. 1:7), y esto no le gustó mucho al nuevo Rey que se levantó en Egipto después de Faraón y que por supuesto no conocía a José. Vamos a estar claros, los hebreos eran extranjeros en esas tierras y luego llegaron a ser en número y en fuerza mayores a los verdaderos egipcios, eso en verdad creo que molestaría o incomodaría a cualquiera. El hecho es, que por razón de esta incomodidad ya los hijos de Israel no gozaban del favor egipcio y se convirtieron en un pueblo de esclavos. Aquí vino la verdadera prueba para un pueblo al que generaciones atrás les había sido prometido poseer una gran tierra y ser un gran pueblo. 
         Tanta fué la furia del nuevo Rey de Egipto contra los hijos de Israel y su fuerza aún para soportar molestias, cargas, servidumbres, labores de campo y todo tipo de trabajo pesado, que mandó a matar con las parteras hebreas todos los niños varones que les nacieren a este pueblo y así evitar su multiplicación; no obstante, estas mujeres fueron temerosas de Dios y no hicieron tal atrocidad, por lo que el Señor las bendijo y las prosperó; aunque igual el Rey siguió con sus planes de mortandad hebrea. De verdad que había cambiado bastante el escenario para la descendencia de Abraham, pero sé que Dios seguía teniendo el control y que obviamente no había olvidado sus promesas.
Dios tenía un plan, como siempre, y comenzó con el nacimiento de Moisés, quien desde su llegada al mundo estuvo resguardado y protegido por el Señor pese a las inclinaciones malvadas de Faraón, claro está, que todo alrededor de la vida de Moisés estaba siendo dirigido por el cuidado de Dios. Como muchos saben, Moisés, como se le llama a la famosa canastilla en la cual fue puesto sobre el río, terminó siendo rescatado por la hija de aquel quien había ordenado su muerte en principio, Faraón; y fue su propia madre quien fue la encargada de amamantarlo y luego de esto fue adoptado por la hija de Faraón como su propio hijo. ¿Tenía o no tenía resuelto Dios el destino de Moisés? Si estas luchando con circunstancias adversas descansa en esta historia real; Dios tiene cuidado de todo lo que sucede en tu vida y siempre ira en tu auxilio.
Dios no olvida, esa es una verdad inexorable. No olvidó a Moisés y sin duda no iba a dejar olvidado al pueblo de Israel en las terribles manos de los egipcios. El señor oyó su gemir, producto de su profunda esclavitud, y, “miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció”. Esto es algo que me conmovió y estremeció, delante de mi gemir, sé, que Dios me mira y me reconoce… ¿Cómo no habría de hacerlo? Mi Dios hermoso… El dueño de mi corazón, mi vida y mi amor. El conoce todos mis extremos y todos mis escenarios, sé que en cualquier circunstancia o situación podrá obrar a mi favor, por eso, puedo descansar. 


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