martes, 19 de enero de 2016

La Biblia en un año #Dia19

Éxodo 3-6
    Como dije el día de ayer, nuestro amado Dios tenía resuelto el destino de Moisés y claramente tenia resuelto también el destino de los Israelitas, por lo que para su inminente liberación comisiona a la persona que había guardado y apartado para El desde un principio, si, el mismo Moisés. El Señor le dijo a Moisés, en medio de un arbusto prendido en fuego: He visto como sufre mi pueblo por eso voy a salvarlos. En este punto de la lectura me siento: contenta. ¡Me encanta esa forma tan sin igual que tiene el Señor de llegar, así como un superhéroe! ¡Y es que él lo es! El más poderoso entre cualquiera; de hecho, es el único TODOPODEROSO.

    El Señor anunció a Moisés que llevaría a su pueblo a una tierra fértil y espaciosa, donde fluía la leche y la miel y que sería el mismo Moisés el encargado de llevarlos hasta allá. Aquí viene la respuesta que casi todos (por no decir todos) damos cuando Dios nos llama: ¿Quién soy yo Señor, para semejante tarea? Yo creo, me tomaré un gran atrevimiento al tratar de entender la mente de mi gran Dios, que él se espera ese tipo de respuestas de nuestra parte. Esta fue la primera excusa de Moisés. Frente a lo que Dios dijo: Yo estaré contigo. Al parecer esto no fue suficiente porque Moisés vuelve a excusarse: ¿Y qué les responderé cuando me pregunten en nombre de quién voy? Un momento, no puedo criticar a Moisés; conociéndome, si yo hubiese sido comisionada para tal tarea también le habría preguntado al Señor todos y cada uno de los detalles. Y repito, seguro el Señor espera tales reacciones de mí. Si unas amiguitas mías que quiero mucho leen esta publicación dirían: ¡Si Chris, tu eres fuerte!  Jaja Pero bueno volvamos. Delante de esta segunda repuesta de Moisés, Dios dice: Yo soy el que soy, dile al pueblo: Yo soy me ha enviado a ustedes. ¡Me fascina esta respuesta y esta actitud del Señor!

Aún así, Moisés volvió a protestar… (En este punto hasta yo me estoy cansando), y dice: ¿Y si no me creen?. ¿Uno siempre tiene esa duda no? Como si fuésemos nosotros los encargados de convencer; nuestro trabajo es dar el mensaje, lo demás lo hace Dios; aunque sin duda esto no es tan fácil de comprender. Frente a la duda de Moisés el Señor lo dota de dos señales de su poder para que mostrase al pueblo y así se convencieran de que iba de parte del Señor, la vara convertida en serpiente (y viceversa) y su mano afectada y luego sanada en el mismo acto. ¡Pero, vino la cuarta replica de Moisés! Si, ya van cuatro… Dios de verdad que nos ama y no tiene paciencia sin fin… Moisés aun repleto de dudas dice: Señor no tengo facilidad para hablar, soy torpe de habla y lento de lengua. Sin embargo, el Señor insistió: ¿No soy yo quien decide si una persona habla o no habla? Ve, yo estaré contigo y te enseñare lo que debes decir.

    A Moisés se le estaban acabando las excusas por lo que al final solo dice lo que seguro quería decir en principio: Señor por favor envía a otro. (Esto me recuerda las conversaciones con mi mamá cuando me pide algo). Dios se molesta ante las réplicas de Moisés, pero igual le provee la presencia de su hermano Aarón para que fuese su vocero y lo ayudara. El Señor en verdad nos tiene tanta paciencia, hasta un compañero le dieron a Moisés. ¿Y qué necesarios son los hermanos, su compañía y su ayuda cierto? Tal cual el Señor me ha brindado el soporte de las personas correctas en el momento preciso que han añadido bendición a mi vida y será algo que le agradeceré por siempre. No tengo dudas de que en verdad mejor son dos que uno.

    Finalmente, Moisés obedece, después de tanto… Por lo que Aarón y él se dirigen al Pueblo de Israel y ellos creyeron lo que decían de parte de Dios tal como Dios lo había predicho. Moisés y Aarón hablan con el Rey para que les permitiese ir al desierto y empieza la travesía, el Rey se negaba y ellos insistían. La furia del Rey contra los hebreos se multiplicaba, así como el trabajo pesado que les daba a causa de las palabras de Moisés y Aarón, por lo que los Israelitas se encontraban aún más alterados y decepcionados. Todo parecía haber empeorado, que bueno que se quien tiene el control. Moisés se desespera delante de Dios por esta situación y aquí viene mi superhéroe: Yo soy JEHOVÁ, yo los sacaré, yo los libraré, yo los redimiré; serán mi pueblo y yo seré su Dios. ¿Grandes palabras cierto? Y no las dijo cualquiera. El Señor tenía todo resuelto y pronto lo iba a hacer evidente, nada iba a interferir o a impedir que Dios cumpliera sus palabras y sus promesas respecto a Israel.


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