sábado, 2 de abril de 2016

La Biblia en año #Dia90

    2° Samuel 19-20


    Joab tuvo la valentía de hacer lo que nadie más pudo, dar muerte a Absalón. Quizás lean esto y les parezca sorprendente que yo pueda de alguna forma admirar esta acción cuando sin duda contravenía la voluntad del Rey; el dijo claramente: preserven la vida de mi hijo, pero el general Joab sabía que hacer tal cosa no sería bueno para la nación. Absalón había declarado abiertamente la guerra contra David y esto estaba dividiendo al pueblo, la vida del rey estaba en riesgo, por eso actuó y en vez de preservar una vida, prefirió preservar el bienestar de una nación entera. Yo pienso que la forma en la que David quiso que se hicieran las cosas fue la forma natural en la que todo buen padre respondería, "hagan lo que hagan, no le den muerte a mi hijo"; seguramente si hubiese sido cualquier otro el que se hubiese sublevado contra él y contra su reino, el mismo David habría tenido como única intención darle muerte, pero siendo su hijo en este caso, quizás no pensó como Rey, no pensó como hombre de guerra, no pensó como líder, simplemente pensó como padre. No obstante, Joab pensó como general del ejercito de una nación en problemas y quiso acabar con el problema. 

   David tenía dolor por la muerte de su hijo e hizo duelo por él. Ante el llanto y lamento de David, Joab tuvo que intervenir nuevamente y confrontándolo le dijo que se levantara y saliera a animar a todo su ejercito pues de lo contrario nadie iba a seguir brindándole su apoyo; entonces David se levantó y ocupó su trono a la entrada de la ciudad de Mahanaim. Cuando sus soldados lo supieron, todos ellos marcharon ante él. nuevamente, Joab intenta preservar el bienestar de la nación y lo consigue. De este modo, David regresa a Jerusalén acompañado por sus seguidores a ocupar nuevamente su trono.

    Las cosas nunca deben ser fáciles para quien ostenta el gran titulo de ser Rey de una nación, a pesar de los beneficios que ese titulo traiga consigo. Luego de que David vuelve a Jerusalén, tuvo que enfrentarse a otra rebelión, la de Seba, un israelita perteneciente a la tribu de Benjamin. Seba le dijo a los israelitas que dejaran a David pues no ganaban nada con seguirlo; al oír esto, todos los israelitas dejaron a David y siguieron a Sebá. Sin embargo, los de Judá fueron fieles a David y lo siguieron desde el río Jordán hasta Jerusalén. David quiso hacer jefe de su ejercito a Amasa en lugar de Joab, y lo mandó a reunir a la tribu de Judá para perseguir a Seba pues pensaba que Seba podría causar aún mas problemas que Absalón. Sin embargo, Amasa se tardó mas de lo señalado en cumplir esta labor, por lo que David ordenó a Abisaí que tomara el mando de sus tropas y persiguiera a Seba. Joab salió con él, acompañados de los quereteos y peleteos de la guardia real, y los mejores soldados. Durante la persecución, Joab se consiguió con Amasa, y sin que este se diera cuenta lo hirió con su espada y lo mató. Luego, todos los soldados siguieron a Joab en persecución de Seba. 

    Joab quiso tomar la ciudad donde estaba Seba para atacarlo, pero una mujer de esa ciudad le dijo a Joab que no intentara destruir su ciudad pues pertenecía al Señor y era una de las más pacificas y fieles de Israel; Joab le dijo que si le entregaba a Seba él se retiraría de la ciudad. Enseguida fue ella a convencer con su astucia a toda la gente de la ciudad, y le cortaron la cabeza a Seba y se la arrojaron a Joab. Las mujeres siempre tan astutas cierto? ávidas para el convencimiento y la comunicación. Siempre donde hay que hablar o conseguir que alguien actúe de un modo determinado, entra una mujer. Después de esto, Joab quedó al mando de todo el ejército de Israel. Aunque quizás las acciones de Joab puedan ser un poco cuestionables, lo cierto es que su entrega hacia David y hacia la nación era admirable; según mi criterio, este era el hombre correcto para el puesto que ocupaba. 


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