jueves, 28 de abril de 2016

La Biblia en un año #Dia117

    2° Crónicas 21-25


    "Lo malo es lo primero que se pega", ¿Cuantas veces han escuchado eso? Joram, fue el sucesor del trono en la casa de David; y a pesar del buen ejemplo de adoración a Dios que había recibido de su padre Josafat, decidió casarse con Atalía, hija de los paganos reyes del reino del norte Acab y Jezabel, quien lo llevó a repetir las conductas desagradables de sus padres delante del Señor; de este modo, Joram se apartó del Dios de sus padres. Joram fue el causante de que todos los habitantes de Jerusalén fueran infieles a Dios; Entonces el Señor hizo que los filisteos y los árabes se enfurecieran contra él; por lo cual marcharon sobre Judá e invadieron el país, y se llevaron todos los bienes que hallaron en el palacio del rey, así como a sus hijos y a sus mujeres. Después de todo esto, el Señor castigó a Joram con una enfermedad incurable del estómago y luego de unos años murió. Que triste cuando una persona que ha sido levantada por padres piadosos en el temor a Dios y a su Palabra, decide abiertamente compartir su vida con alguien que no tiene ninguna intención de adorarlo y solo te aleja cada día más de El.


    Luego de Joram reinó en su lugar Ocozías, el único hijo sobreviviente del ataque de las bandas árabes que los habían invadido. Este rey siguió el mal ejemplo de su padre, y aconsejado por Atalía su madre, terminó haciendo lo malo delante de Dios. Las relaciones de esta familia con la familia gobernante del norte, llevó este reino a la ruina. Dios tenía dispuesto que Ocozías muriera al ir a visitar a Joram hijo de Acab, por lo que escogió a un hombre llamado Jehú quien lo mató a él, a sus parientes y a los jefes de Judá; de esta manera no quedó nadie de la familia de Ocozías que fuera capaz de recuperar el poder real. 


    La maldad de Atalía, quien fué principal causante de todos los problemas, llegó a un punto tal, que una vez muerto su hijo se levantó y exterminó toda su descendencia real para reinar ella en su lugar. Lo que Atalía quizás no consideró es que cuando Dios manda hasta el mismo diablo tiene que obedecer, y que por amor a David y a Judá, el Señor había determinado que siempre un descendiente suyo reinaría sobre su pueblo; así fue como Josabet, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías, y lo escondió de todos los demás hijos del rey a los cuales mataban, y lo guardó durante 6 años, tiempo en el cual estuvo Atalía gobernando. Al séptimo año el valiente Sacerdote Joiada se levantó y reunió a todos los Levitas y a todos los jefes de las familias en Jerusalén y fueron a las afueras del Templo junto a Joás para proclamarlo Rey, cuando Atalía supo esto fue apresada por los capitanes del ejercito y la mataron. Después de esto, los Sacerdotes, el nuevo (pequeño) rey y todo el pueblo hicieron pacto con el Señor; derribaron el templo de Baal y destrozaron sus altares e ídolos. Luego sentaron al rey en el trono real y todo el pueblo se alegró; y como Atalía había muerto a filo de espada, la ciudad quedó tranquila. Realmente es necesario hacer frente a los malvados planes del enemigo en contra de tu nación, tu familia y tu Iglesia; estos valientes hijos de Dios se levantaron en fe y tomaron lo que les pertenecía por su Palabra y el Señor les dio la victoria. Dice la Biblia que Joiada se animó y junto a los demás Levitas hizo alianza en contra de Atalía; hoy mas que nunca debemos entender que nuestra lucha no es contra sangre ni carne sino contra los poderes del mundo de las tinieblas; y que tenemos todo lo necesario para vencerlos. Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?

    Joás reinó durante 40 años y mientras vivió el Sacerdote Joiada (quien se llevó toda mi admiración), Joás hizo lo bueno delante de Dios pero después de la muerte de Joiada, Joás se dejó aconsejar por los jefes de Judá quienes abandonaron el Templo del Señor, y dieron culto a las representaciones de Asera y a otros ídolos; por este pecado el Señor se enojó con Jerusalén. Aquí se cumple el famoso dicho popular: dime con quien andas y te diré quien eres; alguno de estos reyes parecían ser muy fáciles de manipular. El profeta Zacarias, hijo de Joiada fue lleno del Espíritu de Dios y exhortó al pueblo, pero estos lo apedrearon, y el rey Joás olvidó la lealtad que Joiadá le había demostrado, y mató a Zacarías. Esta fue la causa para que Dios permitiera que el ejército sirio atacara a Joás y saqueara y exterminara a la nación y a sus jefes. Luego Joás gravemente enfermo fue asesinado en su propia cama por sus propios funcionarios quienes querían vengar la muerte de Zacarias. El que siembra limones no puede cosechar manzanas. Luego de Joás reinó su hijo Amasías en su lugar, quien fue derrotado por Israel y luego fue asesinado.





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