domingo, 10 de abril de 2016

La Biblia en un año #Dia99

    2° Reyes 1-3


    El segundo libro de Reyes representa la continuación del primero, pues su división es más literaria que histórica; aunque son dos libros, podrían ser considerados como uno. Este libro inicia con la sentencia de muerte dada por Dios al nuevo rey Ocozías (hijo de Acab), mediante el profeta Elías; pues este Rey, al caer por una ventana desde el segundo piso de su Palacio y encontrándose malherido, prefirió consultar a los profetas de Baal sobre su porvenir y no a los profetas de Dios. El rey Ocozías murió como se lo había anunciado Dios por medio de Elías, y como Ocozías nunca tuvo hijos, en su lugar reinó su hermano Joram. Esto sucedió durante el segundo año del reinado de Joram hijo de Josafat en Judá.

    Al igual que los reyes de Israel, Elías también tendría su sucesor en su trabajo como Profeta especial de Dios, Eliseo. Fueron tres las veces en las que Eliseo le dijo a Elías que no lo dejaría solo de camino al momento en el que Dios decide llevárselo al cielo; Eliseo quería acompañarlo hasta el final. En este punto de la lectura me encuentro: Conmovida. (¿cuantos extrañaban que dijese eso?). Los Profetas de Dios que se encontraban Elías y Eliseo de camino al lugar donde Dios se lo llevaría, le preguntaban a Eliseo: ¿Ya sabes que Dios va a quitarte a tu maestro hoy?, no se que habrá sentido Eliseo en esos momentos, pero sin duda, podría pensar que no es fácil separarse de alguien que amas y que ha sido tu maestro por tanto tiempo. No pude dejar de pensar en una gran maestra de Dios que también ha estado conmigo y que ha sido un instrumento suyo para bendecir de forma gloriosa mi vida; el día que el Señor decida llevársela, lo alabaré pues irá al mejor de los lugares, pero estoy segura de la falta que hará en mi vida. (sino es que Dios decide llevarme a mi primero jaja). Elías subió al cielo en un remolino, Eliseo lo vio y gritó:¡Mi maestro! ¡Mi maestro! Fuiste más importante para Israel que los carros de combate y los soldados de caballería.

    Cuando Acab murió, el Rey de Moab se reveló contra Israel, por lo que Joram le pidió a Josafat que lo ayudara a combatirlo y este aceptó. Mientras marchaban hacia el campo de batalla, tuvieron que desviarse durante siete días, y se les acabó el agua que tenían para el ejército y sus animales; llamaron a Eliseo y este predijo que ese lugar sería lleno de agua por Dios aunque no vieran viento ni lluvia, y que El les daría la victoria sobre los Moabitas. Los israelitas persiguieron a los moabitas, los atacaron y los vencieron tal y como Eliseo les había dicho. Cuando Dios dice que hará algo, lo hace y punto. Ahora me siento: Confiada. 


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