viernes, 22 de abril de 2016

La Biblia en un año #Dia111

    2° Crónicas 1-5

    El gran Templo de adoración a Dios sigue marcando la pauta en esta primera lectura del segundo libro de Crónicas; el Palacio para Dios tardó siete años en construirse, y es que como bien dijo David, su levantamiento no podía ser ordinario, debía reflejar la Gloria del Dios al cual se iba a adorar. Salomón fue afirmado en su reino y Dios estaba con él y lo engrandeció en gran manera. Recordemos que Salomón fue escogido por Dios para ser el sucesor de David y que en honor a Dios, fue llamado desde su nacimiento "amado de Dios". Lo bueno es que yo soy su amada también jaja... Después de haber ofrecido Salomón mil holocaustos en el Santuario donde reposaba el Arca, Dios se le apareció para hacerle la declaración que todos quisiéramos escuchar: pídeme lo que quieras y yo te lo daré. Dame ahora sabiduría y ciencia, fue la respuesta de Salomón para Dios; él quería estas herramientas para poder dirigir el gran pueblo que estaba gobernando, y todos sabemos que fue tanto el agrado de Dios por esta respuesta que además de sabiduría y ciencia; riquezas, bienes y gloria les fueron dados. Lo cumbre aquí para que esto fuese posible: Un corazón sincero y humilde frente a Dios... Lo que sigue marcando la diferencia hasta nuestros días en los múltiples tratos que tiene Dios con nosotros sus hijos.

    Salomón de forma humilde reconoció su insuficiencia ante el Dios cuya grandeza no podía ni siquiera el cielo contener; y por eso hizo manifiesto su deseo, tal y como su padre, de construir un Templo majestuoso, digno de su presencia. ¿Que importante es que los padres puedan sembrar buenas conductas en sus hijos a través del ejemplo cierto? Al ver todo esto me parece estar leyendo al mismísimo David, pero no, era su hijo, quien efectivamente había copiado el modelo de adoración que su padre le había mostrado. Salomón también quiso reunir toda la cantidad de materiales necesarios y suficientes para este Palacio de adoración; cedro, ciprés, sándalo, oro, plata, bronce, hierro, tela carmesí, escarlata y púrpura. Para esto hizo un pacto con el rey de Tiro, quien se comprometió a proveerle todos estos materiales, y así Salomón empezó la construcción del Templo; como ya les había dicho, de forma fina, elegante, majestuosa, extraordinaria, lujosa, grandiosa; un verdadero Palacio para el Rey de Reyes y Señor de Señores... Yo creo que nuestro Dios SIEMPRE va a merecer lo mejor ¿cierto? Siendo Salomón el hombre más sabio del mundo lógicamente tenía habilidades para el diseño y la arquitectura y las demostró en esta magnifica obra. 

    Cuando se acabaron todas las obras que Salomón mandó realizar en el templo del Señor, reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a las personas principales de las familias israelitas para trasladar el Arca desde Sión hasta Jerusalén, y los Levitas la tomaron y la llevaron al interior del Templo. Todos los Sacerdotes estaban presentes; entonces todos unidos se pusieron a tocar las trompetas y a cantar a una voz para alabar y dar gracias al Señor, haciendo sonar las trompetas, los platillos y los otros instrumentos musicales mientras se cantaba: Alaben al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. En aquel momento, el Templo del Señor se llenó de una nube, y por causa de la nube los sacerdotes no pudieron quedarse para celebrar el culto, porque la gloria del Señor había llenado el templo. Quisiera ser testigo de algo así... Espero que el Señor me lo permita vivir. En este punto de la lectura me encuentro: maravillada.



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