martes, 26 de abril de 2016

La Biblia en un año #Dia116

    2° Crónicas 17-20

    El rey Asa fue sucedido en su trono por su hijo Josafat, quien fortaleció a Judá para hacerle frente a cualquier ataque de Israel. El Señor estaba con Josafat pues siguió el ejemplo de los primeros años de su padre, y no rindió culto a las imágenes de Baal; buscó al Dios de su padre y obedeció sus mandatos en lugar de seguir las prácticas malvadas del reino de Israel; por eso, el Señor estableció el dominio de Josafat sobre el reino de Judá.

    Josafat llegó a ser muy rico y gozó de gran estima, pues estaba profundamente comprometido con los caminos del Señor. Hay algo que me encantó y que se roba toda mi atención: Josafat envió funcionarios y Levitas por todas las ciudades para que enseñaran al pueblo la Ley del Señor. Sino hay nadie que comunique la verdad, cualquier mentira puede mantenerse, y como maestra y predicadora me siento profundamente identificada con esta verdad. Recuerdo que cuando Dios me llamó solo pensaba en lo delicado del Ministerio de los comunicadores de su Palabra, es un trabajo que requiere responsabilidad, sacrificio y mucho compromiso; sin mencionar el impacto producido en aquel que recibe la Palabra: salvación, restauración, sanidad, liberación... La fe viene por el oír las Escrituras, y eso, es un regalo extraordinario y maravilloso.

    Josafat aceptó ayudar a Acab rey de Israel a recuperar una ciudad, sin embargo, Acab murió en esta batalla pues así lo había determinado Dios; y aunque al Señor no le agradó que Josafat se uniera a Acab pues este rey hacia lo malo delante de El, perdonó a Josafat porque él lo amaba con sinceridad. Esto fue evidente cuando un ejercito muy numeroso de Edóm fue contra su reino y Josafat como acción inmediata lo primero que hizo fue rogar a Dios y ordenó a todos en Judá que ayunaran; este rey definitivamente se apropió de las armas poderosas que nos da Dios para derribar fortalezas, me alegra ver como no quiso enfrentar esta situación de forma material, en sus fuerzas, sino con fe! Y esto sin duda me ha animado en este día. Josafat oró a Dios frente al pueblo y le rogó que los salvara y los rescatara de las naciones que querían destruirlos. Mientras Josafat oraba, el Espíritu de Dios vino sobre algunos de los que estaban allí y les dijo que no tuviesen miedo de ese poderoso ejercito, pues El pelearía por ellos. ¿El Señor siempre como pronto auxilio no? 

    Josafat y todos los que estaban con él se arrodillaron ante Dios y lo adoraron; luego Josafat eligió a varios cantores para que marcharan al frente del ejército, y fueran cantando y alabando a Dios; y en cuanto empezaron a cantar, Dios confundió a los enemigos de Judá, y empezaron a atacarse entre si y acabaron por matarse unos a otros, cayendo derrotados. Josafat y su ejercito se mantuvieron en pie y se apoderaron de las pertenencias de sus enemigos; era tanto lo que había, que pasaron tres días recogiéndolo todo, y ni aun así pudieron llevárselo. Gracias a la alegría por la derrota de sus enemigos todos los hombres de Judá y de Jerusalén regresaron muy felices a Jerusalén, bajo el mando de Josafat. Al llegar, se dirigieron al Templo de Dios tocando arpas, instrumentos de cuerdas y trompetas. Ciertamente no hay nada más poderoso que un ejercito cantando y alabando el nombre de Dios. ¡Aleluya!



No hay comentarios:

Publicar un comentario