domingo, 10 de abril de 2016

La Biblia en un año #Dia100

    ¡Dia 100! Estaba ansiosa por llegar a este día... Ya son 11 los libros que he leído y ni hablar de las formas maravillosas en las que Dios me ha hablado, no habría tiempo para terminar de contarles, como lo dice su Palabra. En este punto de la lectura me siento: FELIZ; motivada a seguir con mi reto, pues ya forma parte de mi y de mi día a día. El día de hoy leeremos 2° de Reyes del capitulo 4 al 8, así que, ¡Empecemos! El ministerio de Eliseo como Profeta Especial de Dios estaba dando sus frutos de formas milagrosas. Le dio la provisión a una mujer viuda para que saldara sus deudas; bendijo a otra mujer para que diera luz a un hijo y luego la bendijo aun más cuando este murió y pudo resucitarlo mediante el poder de Dios; dio alimento a los Profetas de Dios en un tiempo en el que no había que comer; sanó a un general del ejercito Sirio, y este hombre no solo fue sano sino que creyó en el Dios de Israel y le dijo que de allí en adelante lo adoraría solo a El. En fin, parece que Eliseo ya estaba mostrando las actitudes y cualidades de Cristo aún en este tiempo.

    Estando Siria en guerra con Israel, Eliseo pudo salvar en varias oportunidades al ejercito israelita de ser atacado por los Sirios, por lo que el Rey de Siria ordenó capturar a Eliseo; Cuando los sirios ya se acercaban para atacar a Eliseo, éste oró a Dios diciendo: «Te ruego que esta gente se quede ciega», y todos los soldados de Siria se quedaron ciegos. Eliseo los llevó a la ciudad de Samaria y luego oró para que Dios les devolviera la vista; allí el Rey de Israel les dio de comer y beber y luego los despidieron. A partir de ese día, los sirios no molestaron más a los israelitas.

    Hubo gran hambre en Israel debido a que los Sirios volvieron a atacar y tenían la ciudad rodeada, nadie podía entrar ni salir y los alimentos se acabaron; el rey desesperado mandó a un ayudante suyo para que matara a Eliseo pues pensaba que así acabaría esa situación que venía de parte de Dios; Eliseo le dijo que Dios iba a dar la provisión de alimentos a la nación, sin embargo el ayudante del rey no creyó. Dios hizo que el ejército de Siria escuchara ruidos como de carros de guerra, de caballos y de un gran ejército, por lo que los soldados sirios huyeron dejando su campamento. Enseguida la gente salió y tomó todas las cosas abandonadas en el campamento sirio, y, tal como Dios lo había anunciado, fueron provistos de comida.

    El Profeta Eliseo, lleno de Dios, también predijo que el Rey de Siria moriría en manos de su oficial Hazael, quien al hacer tal cosa, se convirtió en el nuevo rey de Siria. Cuando Hazael y Eliseo se vieron, Eliseo pudo saber que todo esto acontecería, y lloró frente a este hombre pues Dios le dijo que él le causaría un gran mal a Israel; que iba a quemar las ciudades amuralladas, y acabaría por completo con todos sus habitantes. No es de fácil digestión saber que tus ciudades, tus hermanos, toda tu nación va a ser destruida; me conmueve leer que cuando Eliseo supo esto, su cara se enrojeció y no pudo contener las lágrimas. La verdad, verdad, es que ser Profeta no es nada sencillo... No solo tienes conocimiento de las cosas buenas o agradables, por decirlo de alguna manera, sino que también puedes estar al tanto de juicio y destrucción, y Eliseo estaba siendo usado por Dios de formas poderosas en ambos sentidos. 


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