1° Crónicas 10-16
Dios estableció para Saúl un reinado fuerte y sólido que
duraría para siempre; hecho que no pudo materializarse debido a la
desobediencia de este rey rebelde, por esta razón aún durante su reinado el
Señor escoge un próximo Rey que si le mostraría fidelidad; y cuando Saúl muere, David ocupa su lugar. David y su ejercito conquistaron Jerusalén y luego David
la llamó: ciudad de David. David tenía más y más poder, pues el Dios
todopoderoso lo ayudaba. El capitulo número once menciona a los "soldados más
valientes en el ejercito de David", y el número doce habla de "los
aliados de David" (TLA); demostrando con verdades bíblicas que este rey
nunca estuvo solo en el ejercicio de su mandato. Encontrándose David en una cueva,
sus tres hombres más valientes arriesgaron su vida para llevarle agua para
beber; David era poderosamente protegido por su ejercito, y probablemente sin esta corte real, no
habría alcanzado tanto éxito como rey, después de todo, solo puedes llegar más
rápido, pero acompañado puedes llegar más lejos. Esto, y otras palabras que me
ha dado Dios en las ultimas semanas, me confirman lo importante que es valorar
la presencia de otros en tu vida; bien sea en la familia, el Ministerio, en el
trabajo o en la vida en general; Dios no quiere pequeñas islas de hombres sino
grandes puertos donde El y su Palabra puedan anclar.
David se enfrentó a los Filisteos, por lo que buscó
dirección de Dios y el Señor le indicó como debía derrotarlos, David le
obedeció y el Señor le entregó la victoria; la fama de David fue extendida luego
de esto y puso Dios temor de David sobre todas las naciones. Parece que no es tan malo obedecer ¿cierto?. David propone traer el Arca de Dios a Jerusalén y todos en el
pueblo estuvieron de acuerdo. Mientras trasladaban el Arca, David y todo el pueblo se regocijaba con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y
trompetas; sin embargo, esta primera vez que David intentó trasladar el Arca,
fue tropezada por los bueyes y alguien al querer sostenerla fue herido por Dios
y murió; por eso David tuvo miedo y prefirió dejarla un tiempo en casa de
Obed-edom, donde permaneció durante tres meses y estando allí bendijo Dios su
casa y todo lo que este hombre tenía. Al volver a movilizar el Arca, David construyó
primero una tienda especial donde iba a permanecer y también congregó a los
Levitas en Jerusalén para que la llevaran y para que le sirvieran a Dios allí
perpetuamente, por lo que les pidió que se santificaran para poder cumplir estas
funciones. David lo hizo así esta ultima vez para seguir las ordenanzas de Dios
y no ocurriera de nuevo lo que había ocurrido en principio. En definitiva,
siempre debemos hacer las cosas a la manera de Dios. A veces lo aprendemos con
la experiencia de otros, y en ocasiones debemos descubrirlo al sufrir una
consecuencia no deseada, como le ocurrió a David en este caso.
El Arca de Dios fue trasladada y finalmente fue colocada dentro de la carpa especial que David le había preparado; todos presentaron sus ofrendas a Dios y además fueron designados por David los Levitas que iban a dirigir al pueblo en la adoración al Señor, éstos tocaban címbalos y trompetas continuamente ante el Arca. La alabanza constituía una parte vital para David en la adoración, así que no podía dejarse por fuera. Ese día cantó David un canción en agradecimiento al Señor que podemos encontrar también en el libro de los Salmos con el número 105: Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; ¡Canten a El! David tenía un corazón de adorador, y esto, tenía mucho más que ver con la obediencia que con la música.
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