lunes, 21 de marzo de 2016

La Biblia en un año #Dia79

    1° Samuel 16-19

    David y Samuel, David y Goliat, David y Jonatán; tres diferentes episodios con un protagonista en común. Llegó la hora de ungir al sucesor de Saúl en el reinado de Israel; todo sucedió en Belén, en la casa de un hombre llamado Isaí, el padre del nuevo rey. Isaí hizo pasar frente a Samuel a siete de sus hijos pensando que alguno de ellos era el elegido, sin considerar al menor, al joven pastor de ovejas que ni siquiera fue invitado en principio a ir frente a Samuel; pero a ese, al desestimado, fue al que escogió Dios. Ya habíamos hablado acerca de como Dios hace sus elecciones cierto? Una vez que enviaron por este último hijo de Isaí, entró David, un rubio, de ojos hermosos y de buen parecer, y allí dijo Dios a Samuel: úngelo, porque este es. desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Me gusta que David tenía grandes cualidades, no solo era hermoso; sino que que sabía tocar el arpa, era valiente, vigoroso, hombre de guerra, prudente en sus palabras, y lo mejor: Jehová está con él. Sin duda estas serían unas serie de características que lo ayudarían en sus próximos retos.

    La lucha contra los Filisteos permanecía, por lo que Saúl y los israelitas se juntaron y se pusieron en orden de batalla contra ellos. De estos filisteos salió un fuerte guerrero de 3 metros de altura llamado Goliat quien desafió al ejercito israelita para pelear; les dijo que iba a luchar solo con uno de ellos, y si lo vencía, todos los filisteos serían esclavos de Israel; pero que si él vencía, los israelitas serían sus esclavos. Este gigante llevaba en la cabeza un casco de bronce, y sobre su cuerpo una coraza, también de bronce, que pesaba cincuenta y cinco kilos; del mismo metal eran las placas que le protegían las piernas y la jabalina que llevaba al hombro; el asta de su lanza era como un rodillo de telar, y su punta de hierro pesaba más de seis kilos. Al ver todo esto los israelitas tuvieron miedo y se desanimaron, todo huían de su presencia; pero como dije lineas atrás, hubo un valiente y vigoroso que lo enfrentó, si, ese mismo; David. En el nombre del Señor todopoderoso desafió al filisteo y lo venció. 

    David había hallado gracia delante de Saúl cuando tocó para él el arpa dando alivio a un tormento que padecía; luego, Saúl lo puso al mando de hombres de guerra debido a la gran capacidad que tenía David de hacer todas las cosas que Saúl le ordenaba hacer; y, a pesar de ser una excelente ayuda, pronto Saúl sintió envidia de David por su popularidad. Saúl tenía miedo de David, porque el Señor ayudaba a David pero ya no lo ayudaba a él, por eso intentó matarlo; pero al no tener éxito, pues Dios estaba con David (eso lo cambia todo cierto?) se convirtió en su eterno enemigo. Saúl ordenó a su hijo Jonatán y a todos sus oficiales que mataran a David, pero David y Jonatán habían hecho un vínculo de amistas tan fuerte y tan hermoso, que Jonatán expuso su propia vida al poner al tanto a David de los planes de su padre, lo puso a salvo y persuadiendo a Saúl pudo salvar la vida de su amigo. Y, aunque Saúl posteriormente siguió intentando matar a David, no lo consiguió, el Señor guardó su vida. Definitivamente como leí en estos día en una publicación del Pastor Ruddy Gracia, al cual sigo y admiro: "el enemigo lo intentará, pero aquello que ha sido determinado en la soberanía de los cielos, nadie lo detendrá". El Señor tenía planes con David, y nada iba a impedir que los cumpliese. ¡Aleluya!


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