miércoles, 2 de marzo de 2016

La Biblia en un año #Dia61

       Josué 1-5    

Recuerdo que cuando empecé este reto, los primeros días de enero, estaba de vacaciones en el trabajo y el trabajo en la Iglesia estaba un poco reducido mientras se planificaba la programación de este año nuevo; por eso leía y escribía de forma bastante relajada, a mis anchas como dicen. En esos momentos pensaba con algo de temor: ¿Cuando tenga todos mis compromisos a la orden del día podré seguir el reto? ¿Podré manejarlo todo? ¿Cumpliré con todos mis compromisos añadiendo una publicación diaria en mi blog? ¿Sera que tendré el tiempo suficiente? Ya saben, todas las preguntas típicas que se nos vienen a la cabeza cuando queremos iniciar algo y que en verdad debemos ignorar pues de lo contrario no emprenderíamos nada, ni para Dios ni para nadie. Digo todo esto porque en estos últimos días todo ha sido así, altamente comprometido entre mi trabajo secular y mis ocupaciones ministeriales, parece que cada vez que abro la Biblia debo cerrarla y ocuparme en otras cosas, por lo que voy leyendo de forma intermitente, pero no me doy por vencida, emprendí esta visión para Dios y con sus fuerzas la materializaré. (Necesitaba compartir esto... jaja).

"Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.", fueron las palabras del Señor para Josué en su nueva tarea como líder de Israel en el famoso capitulo N° 1 del libro que lleva su nombre. Josué debía esforzarse y ser valiente en el cumplimiento de la Ley de Dios como Moisés le había mandado. El pueblo respondió positivamente al nuevo liderazgo diciendo que harían todas las cosas como Josué las ordenara y que, así como obedecieron a Moisés lo obedecerían a él. Me llama la atención lo dicho a Josué no una, sino cuatro veces: esfuérzate y se valiente; de verdad estos ingredientes eran vitales para el cumplimiento de su propósito, la escritura no se equivoca.

Josué copió una estrategia de Moisés y envió dos espías a reconocer la tierra, ellos fueron y entraron en la casa de una ramera llamada Rahab; el Rey de Jericó quiso encontrarlos, pero esta mujer los escondió y les dijo que ya ellos se habían ido y que no sabía dónde estaban; los oficiales del Rey salieron a perseguirlos y ella los mantuvo en su casa por temor a Dios. La mujer les pidió que, así como ella tuvo misericordia de ellos, ellos pudiesen tener misericordia de ella y de su familia, y que cuando entrase el pueblo de Israel a poseer la tierra prometida, pudieran salvarse ella y todos sus familiares, y los espías estuvieron de acuerdo en protegerlos. Ella los ayudó a escapar por una ventana con una soga que posteriormente, colgada en esa misma ventana, sería la señal que daría aviso a ellos cuando todos los israelitas entraran a la tierra prometida, de no destruir esa casa ni esa familia, por lo cual, todos sus familiares debían permanecer en esa casa. Ambas partes se comprometieron a cumplir el trato y luego los espías pudieron volver donde estaba Josué. Quise compartir este relato porque esta historia me gusta mucho por varias razones, pero la primera fue que esta mujer, ramera como dice la escritura, creyó a Dios. 

¡Por fin! Estaba el pueblo de Israel acampando en el Jordán y esperando para cruzarlo. Los Sacerdotes saldrían con el cofre del Pacto, y con esta señal el pueblo levantaría el campamento y los seguiría; cuando los sacerdotes tocasen el agua con la planta de sus pies, el río Jordán dejaría de correr, entonces el pueblo cruzó el río frente a la ciudad de Jericó. Mientras todo el pueblo de Israel cruzaba sobre terreno seco, los sacerdotes que llevaban el cofre del pacto de Dios se detuvieron en medio del Jordán, hasta que todos terminaron de cruzar. Los que cruzaron hacia la llanura de Jericó fueron unos cuarenta mil hombres en pie de guerra. Por lo que Dios hizo ese día, todos los israelitas reconocieron a Josué como un gran líder; lo respetaron durante toda su vida, como antes habían respetado a Moisés. Los israelitas celebraron la Pascua, y al día siguiente comieron por primera vez los productos de la tierra de Canaán, ese día el maná dejó de caer y ellos se alimentaban del producto de la tierra. ¿Qué perfecto y sabio es nuestro Dios no? 

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