Josué 22/24
Una vez que el territorio terminó de ser
repartido, Josué reconoció que las dos tribus y media que decidieron
establecerse del otro lado del Jordán habían obedecido en todo y nunca
habían abandonado a sus hermanos, por eso les ordenó que fueran a la tierra que
habían elegido para tomar posesión de ella. Sin embargo, una vez que esto sucedió,
se levantó una pequeña diferencia entre ellos y las demás tribus. Las dos
tribus y media decidieron levantar un altar; cuando los demás se enteraron de
esto lo interpretaron como un símbolo pagano para adoración de otros
dioses y quisieron pelear con ellos; pero la tribu de Rubén, la de Gad y la
media tribu de Manasés aclararon a todos ellos que habían levantado ese altar
para que sus generaciones futuras supieran que ellos también servían a Dios y
para que no hubiese disputas entre los hijos de las tribus del otro lado del
Jordán con los hijos de las dos tribus y media que estaban de este lado. Luego
de escuchar esta explicación todos quedaron satisfechos. Esas tribus le
pusieron al altar el nombre de «Testimonio» porque, según dijeron, sería para
todos un testimonio de que nuestro Dios es el único Dios.
Dios mío viene otra despedida... Creo que no
puedo seguir soportándolo. Josué, ya avanzado en años, empieza a exhortar
a los israelitas, quienes ya habían sido beneficiados de la paz y el favor del
Señor. Tal como hizo Moisés antes de morir, Josué advierte a los israelitas que
debían obedecer fielmente el libro de la ley y no mezclarse con las personas
que aún estaban dentro de esa tierra ni adorar a sus dioses; ellos solo podían
amar a Dios y decidir serle fiel solo a Él. De aquí el muy famoso y hermoso versículo: Y
si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses
a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o
a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová. Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios
serviremos, y a su voz obedeceremos. De este modo el pueblo renovó su pacto con
Dios.
Tiempo después murió Josué (carita triste)... Mientras vivió Josué,
los israelitas obedecieron sólo al Dios de Israel, su Dios. Después de que
murió Josué, el pueblo permaneció fiel a Dios. Pero sólo lo hizo mientras
vivieron los líderes que sabían todo lo que Dios había hecho a favor de ellos.
En Este tiempo también Eleazar murió, y finalmente los israelitas pudieron
enterrar los restos de José que traían consigo en el terreno que antes Jacob
había comprado para sí.
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