miércoles, 1 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia146

    Job 25-28

    Los capítulos correspondientes a la lectura de hoy son bastante cortos, pero  aún así, las discusiones entre Job y sus amigos continúan en el peregrinaje de éste por su dura prueba. En esta oportunidad Job por primera vez interrumpe a uno de sus amigos mientras este aún hablaba; Bildad se encontraba negando que el hombre pudiera ser justificado delante de Dios, pues nunca, un simple "gusano", como él mismo llamó al hombre, podía ser limpio ante el Señor. Job lo interrumpió para decir de forma sarcástica que en ningún sentido sus palabras podían ayudarlo de alguna manera; sin embargo, Bildad siguió hablando y diciendo que ninguna cosa creada podía resistirse ante el gran poder de Dios. Job siguió insistiendo en su inocencia y que jamás les daría la razón pues no tenía nada de que avergonzarse.  Zofar vuelve a participar para, nuevamente, manifestar su opinión acerca del destino de los hombres que se levantan contra Dios; los que según él, terminaban siendo llevados por el viento y desapareciendo para siempre. Elifaz por su parte, optó por no responder; y es cuando Job habló a los tres hombres con la sabiduría de Dios. 

    Job hizo una majestuosa descripción acerca de los lugares donde se encuentran los metales preciosos, lugares profundos y oscuros hasta donde los hombres llegan para poder sacarlos; con el objetivo de señalar que la sabiduría de Dios, siendo aún más preciosa que cualquier piedra o metal, tiene un valor tan elevado que no puede encontrarse en estos lugares, o en las profundidades del mar, porque no pertenece a este mundo. Ni el oro ni el cristal, ni las joyas más caras se le pueden comparar; mucho menos el coral, el jaspe y el topacio. La sabiduría vale más que las joyas; ni todo el oro del mundo puede pagar su precio. sólo Dios sabe dónde vive la sabiduría, y cómo llegar hasta ella; El puede verla y manifestarla, prepararla y descubrirla también. Finalmente: el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia. A veces creemos saber tanto, o deseamos el poder saberlo; pero todo se resume a esto. El hombre podrá encontrar muchos tesoros por si mismo, pero esta fortuna invaluable, solo se encuentra en Dios. 




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