lunes, 13 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia157

    Salmos 25-30


    Hoy corresponden sólo Salmos de David; en el N° 25, éste implora dirección, perdón y protección; desde finales del año pasado y durante todo este año 2016, me he encontrado yo misma repitiendo regularmente este versículo: Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido. En este tiempo he mantenido una petición delante del Señor y también he estado implorando su dirección mientras espero su respuesta; totalmente confiada en esta palabra que me anima a creer que si deposito mi entera confianza en El, no seré avergonzada. También anhelo, así como David, que Dios me muestre sus caminos, que me enseñe sus sendas y que me encamine en su verdad. No ha sido fácil, pero sin duda, cada día el el Señor me ha llevado de su mano y solo Él me ha hecho sentir segura en medio de circunstancias totalmente desafiantes. Hoy por hoy, sigo esperando, sigo creyendo y sigo clamando. 


    David también declaró su integridad delante de Dios pues vivía una vida honrada y confiaba en el Señor plenamente; que grandeza el poder decir tal cosa, ¿cierto? Siempre y cuando fuese verdad claro está, y sabemos que en el caso de David, lo era. Él anhelaba seguir adorando al Señor, por eso clamaba por su salvación y por ver su misericordia. De esta manera escribió el Salmo N° 27, el que puntea como uno de mis grandes favoritos. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? ¡Es tan hermoso! Yo se que viviré para ver la bondad de Dios, por eso me digo a mi misma: Pon tu confianza en Dios, sí, pon tu confianza en Él. El Señor es la fuerza su pueblo, el refugio salvador de sus ungidos, quien nos protege y escucha la voz de nuestros ruegos. La voz de nuestro Dios retumba como el trueno, la voz de nuestro Dios sacude el desierto, La voz de nuestro Dios retuerce los robles; Él es el Rey de todo poder, merecedor de toda la Gloria y único digno de total adoración.

    Cuando David dedicó el Templo de Dios, alabó su nombre y dio gracias por haber sido librado de la muerte; aunque sus enemigos se levantaron en su contra, el Señor le dio la victoria. Realmente es así, por un momento podrán venir los lamentos, las pruebas y los problemas, pero su favor es eterno. David aguardó en la esperanza del Señor y pudo sentir el cambio de su lamento transformado en baile. Yo realmente amo esos versos que declaran la libertad después de la prueba; ¿Quién no ha experimentado esta delicia? ¡Estamos ceñidos con su poder! y aunque por la noche pueda durar el llanto, su alegría siempre vendrá al amanecer. Por tanto, a Él cantamos y no estaremos callados. Jehová Dios mío, ¡Te alabaremos para siempre!


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