lunes, 6 de junio de 2016

La Biblia en un año #Dia152

    Job 40-42


    ¿Es sabiduría contener con el Omnipotente? preguntó Dios a Job; entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar. El Señor le dijo a Job que no podía poner en duda su justicia solo para probar su inocencia; y después de que Dios siguiera con su desafío, dejándole claro a Job quien de ellos dos era el dueño de la gloria, el esplendor, el honor y la majestad; un renovado Job le responde nuevamente diciendo: Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos. Job reconoció el haber puesto en duda la sabiduría de Dios hablando de cosas de las cuales no sabía nada; este hombre arrepentido se dio cuenta de su error, y se retractó de todo cuanto había dicho. 

    El Señor le dijo a los amigos de Job que no le agradó la forma en la que estuvieron hablando de El pues lo que habían dicho no era verdad; mientras que lo que Job había dicho si lo era. Para que Elifaz, Bildad y Zofar fuesen perdonados, debían acompañar a Job y quemar ofrendas en honor al Señor; Job rogaría por ellos y Dios los perdonaría. Entonces Elifaz, Bildad y Zofar fueron y cumplieron con lo que Dios les mandó hacer, y Dios atendió a los ruegos de Job. Cuando Job terminó de orar por sus amigos, el Señor restauró su bienestar y le dio el doble de lo que antes tenía; luego, todos sus hermanos y hermanas y todos los que lo habían conocido fueron a visitarlo y celebraron una gran fiesta; lo animaron y lo consolaron por todas las tragedias que Dios le había enviado y le regalaron dinero y oro.

    ¡Durante estos años de vida de Job, Dios lo bendijo mucho más de lo que lo había hecho antes! llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, dos mil bueyes y mil burras; además, tuvo catorce hijos y tres hijas. Job vivió todavía ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y nietos hasta la cuarta generación. Murió siendo muy anciano, luego de vivir una vida larga y plena. En esta restauración de la prosperidad física, material y espiritual de Job, el Señor se encargó de bendecirlo con un final feliz. Es maravilloso ver como después de esta dura prueba, él pudo ver al Dios de su vida en una forma en la que nunca antes lo había visto, reconociendo su impresionante poder, su grandeza, sus insondables maravillas. Entonces esta prueba si era necesaria después de todo, Dios siempre termina teniendo razón. Este domingo escuché de mi Pastor: Las pruebas son circunstancias que Dios usa para bendecirnos; y ciertamente lo reafirmo cada día más. 


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