martes, 31 de mayo de 2016

La Biblia en un año #Dia144

    Job 20-21   

    Segundo discurso de Zofar: Descripción de las calamidades de los malos. Siento estar leyendo lo mismo una y otra vez; estos amigos podrán tener diferentes terminologías y técnicas de utilización en sus lenguajes, pero realmente, ¡todos dicen lo mismo! Y que terrible es decir siempre lo mismo que los demás cuando eso no tiene ni aporta ningún tipo de beneficio al que escucha. No he podido encontrar un escenario en el cual Job pudiera sentirse edificado de alguna forma por la intervención de sus amigos en su situación; además de que no la mejoraban en nada porque obviamente no estaba en sus manos el poder hacerlo, tampoco brindaban ningún tipo de estimulo para quizás poder hacer las circunstancias un poco más llevaderas. Zofar hasta llegó a sentirse insultado por las palabras de Job, por lo cual fue movido nuevamente a ilustrar el destino del hombre malvado; el cual estaba lleno de calamidades y sufrimientos. Zofar de forma impaciente y critica, lo único que brindó a Job fue, desconsuelo. 

    En contra posición a la segunda intervención de Zofar, Job afirma que los malos también prosperan. Eso lo vemos todos los días, ¿no? Job incesantemente defendió su inocencia frente a Dios; pero, también estableció que Dios tiene misericordia aún de los que trasgreden su voluntad. ¿Podríamos de algún modo reflexionar en el hecho, de que aún siendo todos pecadores, no recibimos el castigo que merecemos por nuestros pecados? Esto fue lo que Job quiso decirle a Zofar. Dios permite que los malvados también prosperen temporalmente y no los castiga por sus hechos; quiere decir, que si fuese él tan malvado como sus amigos afirmaban, aún hubiese podido recibir su favor. ¡Y realmente es así! Repito, eso lo vemos todos los días; El es, lento para la ira y grande en misericordia; con malos, con buenos, con todos. Siempre muestra su amor, sobretodo en su paciencia con aquellos que merecen ser castigados. Entonces había una razón aún desconocida por todos, por la cual Job se encontraba en esa condición; una razón que solo el Dios de todo poder conocía y aún no les había revelado... ¿Por qué? Porque no se había cumplido todavía el tiempo para hacerlo. 


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