domingo, 15 de mayo de 2016

La Biblia en un año #Dia132

    Ester 1-2

    Hoy me corresponde iniciar la lectura en el Libro de Ester... Uno de los libros que leía con más dedicación y ternura cuando me convertí al Señor; tenía quince años en ese entonces y este libro narra la historia de amor de un rey y una plebeya que posteriormente se convirtió en reina, es evidente que llamaría mi romántica y juvenil atención. Ahora bien, ya no soy una quinceañera, pero sigo esperando por la llegada de ese rey que ya está dispuesto en el corazón de Dios para mi. Este rey Persa era Asuero, quien en el tercer año de su reinado organizó una gran fiesta para todos los funcionarios y líderes del país, donde estuvo mostrando las riquezas que poseía y les hizo ver cuán grande y poderoso era su reino. Después ordenó que se preparara otra fiesta para todos los que vivían en la capital del reino, desde el más importante hasta el menos importante. La fiesta se realizó en los jardines del palacio y duró siete días. Al séptimo día, el rey ordenó llamar a la reina Vasti para que la gente y los príncipes pudieran ver su belleza, pues era muy hermosa; pero ella no quiso obedecer la orden del rey. Como consecuencia de su desobediencia, la reina Vasti fue despojada de su trono y Asuero elegiría otra mujer como su reina.

    Se nombraron asistentes en todas las provincias del país, para que buscaran jóvenes hermosas y solteras, las cuales serían llevadas al Palacio para ser sometidas a tratamientos de belleza, y luego el Rey elegiría a la que más le gustase como reina. Allí en la capital del reino vivía un judío de la tribu de Benjamín que no había ido de regreso a Jerusalén con los israelitas liberados, este hombre llamado Mardoqueo tenía una prima llamada Ester, a la cual había criado como hija suya pues ésta había quedado huérfana. Ester era hermosa y elegante, cuando fue llevada al Palacio, el hombre de confianza del Rey se fijó en ella y le agradó tanto que enseguida ordenó que se le dieran cremas de belleza y comida especial; y también le ordenó a siete de las mejores muchachas del palacio que la atendieran, y que le dieran una de las mejores habitaciones en la casa de las mujeres. A ver, a ver, ¿Cuantas no hemos querido ser Ester? jaja 

    Ester no decía de qué pueblo ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había pedido que no se lo dijera a nadie. Todas aquellas jóvenes eran sometidas a un tratamiento de belleza durante doce meses. Los primeros seis meses se untaban el cuerpo con aceite de mirra, y los seis meses restantes con perfumes y cremas de los que usan las mujeres. Terminado el tratamiento, cada una de las jóvenes se presentaba por turno ante el rey Asuero. Cuando a Ester le tocó presentarse ante el rey ya se había ganado la simpatía de todos los que la trataban; Al rey Asuero le gustó Ester más que todas las otras jóvenes, y la trató mejor que a todas sus mujeres, así que le colocó la corona sobre su cabeza y la nombró reina en lugar de Vasti. Después el rey hizo una gran fiesta para Ester! De huérfana y expatriada judía, a reina de todo Persia. Dios siempre tiene un plan para todos sus escogidos. 




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