sábado, 7 de mayo de 2016

La Biblia en un año #Dia125

    Esdras 9-10


    Lo que había causado todos los problemas en el pueblo judío era sus relaciones matrimoniales con los miembros de las demás naciones, es decir, el conocido yugo desigual; los israelitas, incluidos los Sacerdotes y Levitas se habían casado con mujeres del pueblo de los  cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos; y esta mezcla trajo terribles consecuencias en el pueblo de Dios debido a la práctica indiscriminada de costumbres paganas. Cuando el Sacerdote Esdras tuvo conocimiento de esto, se sintió totalmente triste por el terrible pecado de su nación y luego oró al Señor pidiendo perdón por la maldad de su pueblo; la cual los había hecho pasar por lamentables situaciones como el destierro, el saqueo, las heridas y el desprecio. Todo lo que había ocurrido en Israel fue por causa de las maldades de su gente, y por su grave culpa; sin embargo Dios seguía mostrando su misericordia para con ellos, al no darles el castigo que merecían; y aun después de haberlo ofendido tanto, volvió a darles la libertad. 

    Esdras estaba gravemente afectado por esta situación, en la que veía que el hecho de que su nación hubiese emparentado con personas de costumbres tan odiosas a Dios,  podría traer como consecuencia nuevamente la destrucción para todos ellos. Esdras se lamentaba orando de rodillas y llorando frente al Templo de Dios; y un grupo de hombres, mujeres y niños israelitas se juntaron a su alrededor y también lloraban amargamente. De todos estos, un hombre se levanto y dijo: Nosotros no hemos sido fieles a nuestro Dios, porque nos hemos casado con mujeres extranjeras, de naciones paganas; sin embargo, todavía hay esperanza para Israel; vamos a comprometernos a despedir a todas nuestras mujeres y a sus hijos, y que se cumpla la ley.

    Entonces Esdras se puso de pie, e hizo prometer solemnemente a los jefes de los sacerdotes y de los levitas, y a todos los israelitas, que cumplirían su compromiso; y ellos lo prometieron. Luego se hizo un llamado general en Judá y en Jerusalén, para que se reunieran en Jerusalén todos los que habían regresado del destierro. A todo aquel que no llegara en el plazo de tres días se le expropiarían sus propiedades y serían expulsados de la comunidad. Todos los hombres de Benjamín y Judá acudieron al llamado temblando de miedo; Esdras les comunicó del terrible pecado que habían cometido al casarse con mujeres de otras naciones, porque de ese modo se había aumentando la culpa de Israel; por eso les dijo que todos ellos debían reconocer su falta y apartarse de esas mujeres y de toda la gente pagana. Todos los hombres se comprometieron a hacer lo que Esdras les había pedido y después de estudiar los casos y de comprobar toda la numerosa cantidad de personas que se habían casado con mujeres extranjeras, éstas y sus hijos fueron despedidos. 

    Esdras es conocido históricamente como el Sacerdote que luchó contra los matrimonios con los no-judíos y ahora, en nuestros tiempos, creo que esta es una lucha que todos los que comunicamos la Palabra deberíamos mantener contra la unión matrimonial entre creyentes e incrédulos; sobretodo aquellos que enseñamos a jóvenes en el evangelio de Jesucristo; de este modo quizás evitaríamos que mas y mas hombres y mujeres de Dios caigan en este penoso y terrible error de ligar sus vidas con personas con las que no podrán honrar a Dios de la forma en la que El se lo merece. No me canso de reflexionar en esto, no puede haber comunión entre las tinieblas y la luz. Mi oración es que Dios siempre nos ayude a hacer su voluntad y no la nuestra; para poder lograr esa vida en pareja, victoriosa y bendecida que estoy segura que El quiere darnos a todos sus hijos. 


No participen en nada de lo que hacen los que no son seguidores de Cristo. Lo bueno no tiene nada que ver con lo malo. Tampoco pueden estar juntas la luz y la oscuridad. 2° Corintios 6:14



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