jueves, 11 de febrero de 2016

La Biblia en un año #Di42

Números 5-8

   Cero contaminación... Eso quería el Señor para su pueblo. Cualquiera con algún tipo de afección sexual, en la piel, o que haya sido contaminado por contacto con cadáver sería expulsado del campamento. Las ofensas producidas a otros en la comisión de alguna falta ante Dios, también debía ser subsanada con la Ley de la restitución; el pecador y también ofensor debía restablecer el daño al ofendido o a alguno de sus parientes en caso de que este ya hubiese dejado de existir, o en su defecto, al sacerdote, más una quinta parte de lo dañado u ofendido y también un carnero como sacrificio por el pecado. Mi Dios de verdad que es tremendo Juez, ya veo de donde los romanos sacaron el Derecho, ya todo había sido creado por el Rey de Reyes.  

   La formula para saber si una mujer había sido infiel no era menos minuciosa y extrema; si el marido desconfiaba de ella en algún momento, la llevaría frente al sacerdote quien le daría de beber el agua consagrada a Dios con tierra del Santuario, que era el agua que hacía daño a quienes habían pecado. Cuando la mujer bebiere el agua, sino hubiese pecado, no le pasaría nada; pero si la bebiese habiendo pecado, el estomago se le hincharía y el Señor la haría esteril; la mujer debía aceptar este tratamiento y someterse a todo esto para demostrar su inocencia o para que quedara comprobada su conducta infiel. Y esto podía solo estar basado en celos y suposiciones del esposo! Ni siquiera el tenía que estar plenamente seguro de que ella había estado con otro hombre... Aquí no se garantizaba el principio de presunción de inocencia evidentemente. Los celos sin duda pueden hacer mucho daño, tanto así que en el caso de los israelitas, las mujeres podían estar sometidas a este lamentable procedimiento. Le doy gracias a Dios porque ahora ha cambiado este tratamiento respecto a las ofensas, por muy duro que sea ir hasta el ofendido, confesar nuestra falta y pedirle perdón, nunca será mas fuerte que tomar agua amarga que te produzca tan lamentables efectos.

   Esta nación debía cumplir con los compromisos de ser el pueblo de Dios manteniendo su santificación, esto podemos verlo en el voto nazareo de algunos israelitas que se comprometían a estar totalmente consagrados a Dios. Esta persona no podía tomar vino ni ninguna otra bebida alcohólica; ni vinagre de vino, ni jugo de uvas, ni tampoco podía comer uvas o pasas; el nazareo tampoco podía cortarse el cabello, ni acercarse a ningún cadáver mientras durara su voto al Señor; ellos eran personas santas y apartadas para el Señor. Para esto se necesitaba visión y misión. Igual que para el ejercicio Sacerdotal que también fue bendecido por Dios en estos capítulos; el grupo escogido por Dios para ministrar en el Santuario debía hacer una labor efectiva para la adoración de todos los israelitas. Este Santuario fue levantado, ungido y santificado como el Templo de honra para Dios; sus administradores no debían ser menos en el ejercicio de sus funciones. Ellos recibieron ofrendas para la dedicación del altar de parte de todos los jefes de las tribus, que eran bastante, bastante generosas, tanto en el sentido material como animal. 

   Aarón fue el encargado de encender las lámparas del candelero de oro, el cual tenía forma de flor, las siete lámparas del candelero debían alumbrar hacia adelante. Todos los descendientes de la Tribu de Leví fueron consagrados y purificados para el servicio a Dios por siempre; todos iniciarían su servicio a los 25 años y dejarían de servir a los 50; ellos estarían apartados del resto de los israelitas y serían una ofrenda especial dedicada al Señor. ¿Debía ser muy especial esta Tribu para El ya que los escogió para tan importante rol cierto? Dios siempre ve algo mas... Siempre ve más allá. 


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