miércoles, 17 de febrero de 2016

La Biblia en un año #Dia48

Debido a que ya habían transcurrido los 40 años de castigo por haberse revelado contra Dios, ya esta pasada generación desobediente había muerto, por lo que Moisés tuvo la responsabilidad de censar nuevamente al pueblo; todos los que quedaron luego de la mortandad fueron contados por familias, y esto permitió que se estableciera el orden para repartir la tierra apropiadamente; los que fuesen más recibirían mayor heredad, y los menos, menor heredad, Todos los contados fueron 601.730 mil.

Cuando Moisés golpeó la roca con su vara para que le diese agua a los israelitas, fue desobediente y no santificó el nombre del Señor delante del pueblo, por lo que el Señor no le permitió entrar a la tierra prometida. El Señor lo hizo subir a un monte para que pudiera verla, pero no podía entrar en ella a pesar de haber acompañado a los israelitas en su largo peregrinaje por el desierto y de haber sobrevivido en el juicio a su generación… No sé qué habrá sentido Moisés frente a esta resolución del Señor pues la Biblia no lo relata, solo dice que, Moisés le pidió a Dios que designase a otro líder que pudiera guiar a su pueblo y que no los dejara como ovejas sin Pastor… En este punto de la lectura me siento: conmovida. Moisés realmente fue el libertador de este pueblo, y lo guio tras una larga travesía llena de victorias y de sin sabores; fue el líder de un pueblo duro, desobediente, rebelde; que se movía en la crítica y en la queja; que continuamente perdía la fe; y aún en sus últimos momentos a su lado, siguió intercediendo por ellos como muchas veces atrás lo había hecho para que la ira del Señor frente a sus reprochables actitudes no los consumiese por completo. Él los amó hasta el final.

Gracias a esta petición por parte de Moisés, Josué fue escogido para guiar al pueblo y para introducirlos en Canaán; un varón lleno del Espíritu, que, por cierto, había sido uno de los dos espías que había entrado 40 años atrás a la tierra para reconocerla, y que con fe creyó en el Señor diciéndole al pueblo que con seguridad podrían conquistarla porque Dios mismo la entregaría en sus manos; al cual los israelitas quisieron apedrear por no creer en él, y ya todos sabemos lo que pasó después. Esta nueva generación de israelitas debía obedecer a su nuevo líder Josué en todo.

   El Señor también encargó a Moisés revisar todos los sacrificios de adoración que El había establecido en principio desde la generación pasada y que debían pasar a las generaciones futuras. Moisés debía asegurar en el pueblo el cumplimiento del día de reposo, la celebración de la Pascua, la fiesta de los panes sin levadura; así como todas y cada una de las celebraciones y obligaciones que habían sido instituidas por Dios para sus antepasados. Ya casi llegamos, ¡hasta yo estoy ansiosa!  jaja

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