jueves, 25 de agosto de 2016

La Biblia en un año #Dia209

       Isaías 49-51

Desde la acusación a los dioses en Babilonia, hasta la predicción de la caída de esa nación, el Señor estableció que solo Él podía predecir el futuro y que sólo sus planes se cumplirían; solo hace falta revisar un poco la historia y hacer una comparación con las Escrituras para saber que una vez mas, esto también es cierto. lo que Dios dice que va a hacer, simplemente lo hace, Él anuncia todas las cosas aún antes de que sucedan, y todas sus predicciones se hacen realidad. La promesa de restauración para Sión mediante el Mesías fue hecha, y fue cumplida, si que fue cumplida. Israel, el amado de Jehová, iba a ser restaurado, y sería luz a las naciones para anunciar la salvación de Dios hasta lo postrero de la tierra; todos los prisioneros serían puestos en libertad, y los que estuviesen en tinieblas, vendrían a la luz; y Jerusalén, aunque devastada, arruinada y desierta, volvería a ser reconstruida, y sería vestida como novia, con hermosas y blancas vestiduras de honra. Que Dios tan extraordinariamente maravilloso tenemos, siempre tan amoroso y tan fiel. 

Al siervo escogido de Dios para salvación de su pueblo se le dio lengua de sabios, para saber como hablar al cansado y al afligido; Él dio su cuerpo a heridores, ofreció su espalda a los que lo golpeaban y las mejillas a quienes tiraban de su barba; aún su rostro no escondió de injurias y escupitajos. Todo esto hizo sabiendo que el Dios soberano le daría toda su ayuda, Jesucristo estaba decidido a hacer la voluntad del Padre y sabía que no sería avergonzado jamás. Misma convicción y certeza que deberíamos sentir nosotros mismos cuando estamos ofreciendo a Dios el mayor de los sacrificios, nuestra obediencia. En ese tiempo todos los que conservaban la esperanza de ser liberados y todos los que confiaban en el Santo de Israel, recibirían nuevamente su consuelo y su compasión; el desierto en Israel florecería como el Edén, y sus lugares desolados serían llenos como el huerto del Señor; allí se encontraría gozo y alegría, y los cantos de gratitud llenarían el aire. Sólo Dios con total y absoluta autoridad se mantuvo seguro anunciando su rescate, su gran rescate, por demás visto universalmente por todo ser viviente; Él despertaría y se vestiría de fuerza para llenar con su justicia y su misericordia todas las naciones de la tierra. Regresarían a su tierra todos los que fuesen rescatados por el Señor y entrarían cantando a Jerusalén, coronados de alegría eterna; desaparecerían el dolor y el luto y estarían llenos de gozo y paz. 




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