Eclesiastés 7-12
El predicador entendía muy bien el contraste entre la sabiduría y
la insensatez, por eso, dejó muy clara su posición frente a las experiencias
del género humano; estamos hablando de Salomón, el hombre más sabio del
universo, un hombre poderoso, adinerado, cuya fama se había extendido por todas
las naciones; y, dicho en sus propias palabras: fue mucho lo que pudo vivir y
ver en su vanidad. Quizás la opinión acerca del sentido de las proyecciones de
la vida, carecería de importancia para muchos si viniera de una persona con un
reducido conocimiento, o de una persona cuyo desempeño no le permitiera tener
argumentos sólidos en cuanto a materias, eventos, o sucesos; pero en este caso,
la observación directa fue hecha por la persona que logró, mediante el poder de
Dios, examinar e inquirir la sabiduría y la
razón, para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error.
Salomón, pensó todas las cosas una por una, para conocer razones, y entre todas
sus múltiples posibilidades, solo concluyó que la vida, no tiene sentido, sino
conocemos al dador de la misma. Día y noche se dedicó este hombre a
observar todo lo que se hace en este mundo, y a tratar de entender lo que es la
sabiduría; fue así como notó todo lo que Dios había hecho, y dedujo que es algo
que jamás podremos llegar a comprender; esto quiere decir que, aunque no
sepamos cómo ni cuándo van a suceder las cosas, lo cierto es que la autoridad
de Dios no se discute, nadie puede pedirle cuentas, y nuestra posición como
hijos siempre debe ser: creer y obedecer.
Después de reflexionar una y otra vez en los hechos de la vida, Salomón
descubrió, que por más que lo intentara, jamás iba a poder comprender la mente
de Dios, por eso encontró que simplemente hay cosas que carecen de sentido e
importancia, y en las que no debemos enfocar nuestra atención pues eso solo
traerá lamento a nuestra alma y aflicción a nuestro espíritu. Finalmente el
autor de este libro concluye en el resumen del deber del hombre: Teme a
Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Esto, dicho
en otras palabras podría ser: Óyeme, ven acá, yo soy Salomón, el hombre más
sabio y rico del mundo, y ni así encontré sentido en las cosas pasajeras de
esta vida, sino sólo en la presencia de Dios; entonces, hazme caso, vive
conforme a su Palabra y tendrás bendición. Es sencillo... ¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario