sábado, 13 de agosto de 2016

La Biblia en un año #Dia199

                                              Isaías 13-16

    Judá no fue la única nación que despertó la ira del Señor con su infidelidad, tal y como leímos ayer, el juicio no sería sólo contra Israel, sino que, una vez cumplidos los planes de Dios contra los israelitas, Asiria y Babilonia también serían atacadas y finalmente destruidas. El Señor le mostró a Isaías lo que haría contra Babilonia, y él se lo comunicó al pueblo. El Señor iba a atacar a los babilonios hasta dejarlos sin fuerzas, y tan grande sería su castigo que la tierra sería acabada y los pecadores deshechos. Babilonia era una nación bella y poderosa, era el orgullo de su pueblo, de hecho, reseña la historia, que los Jardines colgantes de Babilonia, fueron una de las siete maravillas del mundo antiguo, sin embargo, por su iniquidad y por su maldad, fue destruida por el Dios todopoderoso, al igual que Sodoma y Gomorra.



    Es asombroso ver como la Palabra de Dios se cumple, Babilonia realmente dejó de existir, y hoy en día, solo es un espacio de terreno en ruinas y escombros tal y como Isaías lo había predicho mucho tiempo atrás. Los Asirios también fueron destruidos tal y como el Señor lo ordenó, al igual que el territorio de Moab, el cual iba a ser azotado y dejado en ruinas por su arrogancia y por su orgullo; toda su gente se enlutaría y correría huyendo de dolor; todos se llenarían de tristeza y llorarían por su país, en sus corazones se acabarían las canciones y los gritos de alegría, y sus dioses no les servirían para nada, porque por mucho que pudieran rogar jamás conseguirían ayuda; Moab finalmente iba a ser destruida, su gente moriría y los pocos que quedaran con vida estarían sin fuerza alguna. El que siembra viento, recoge calamidades, y estas naciones, ahora extintas, tuvieron que pagar el precio por haber despreciado al único y poderoso Dios. 

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