Cantares 1-8
Hoy se lee un Libro completo, el cantar por excelencia, superior a todos los demás, y el singular y el excelso entre los de su misma textura, es la canción superlativa de Salomón, la canción de las canciones. Todavía recuerdo como éste era mi Libro favorito cuando era adolescente, ¿Por qué será? Jaja.. Lo intensa de esta redacción, y la configuración de estos dos amantes, que se buscaban intensamente, hasta por fin poder consumar su amor, llamaba demasiado mi atención como buena romántica empedernida; ya más adulta dejé de leerlo tanto, y ahora, espero casarme para volver a profundizar en este material tan bueno jaja.. El canto de Salomón relata su casamiento con una joven pastora de ovejas, y en el cual, tanto el autor, como la joven esposa, declaran su amor en una forma bastante poética, figurada, y ardiente. Pero, Cantares, no sólo nos enseña acerca de la relación amorosa en la pareja de novios y esposos, sino también acerca de un amor mucho más profundo e incomparable, el amor de Dios por su pueblo. Después de todo, todos los creyentes también tenemos nuestro esposo, ¡El más fiel de todos! Él es, el amado de nuestras almas.
Primero
canta la novia, y en un intercambio de frases de deseo y de admiración, ambos
se llenan de amor; la novia arde en el anhelo de tenerlo ya junto a ella, y de
disfrutar de su presencia; el novio no hace más que alabar su belleza, y
juntos, persiguen la esperanza de estar juntos por siempre. Para el novio, su
novia es una rosa entre las espinas; y para la novia, su amado es como un
manzano entre los árboles del bosque, en el que provoca sentarse a recibir de
su sombra y a saborear su fruta. Los que sueñan de amor, nunca deben ser
despertados, sino hasta que ellos mismos quieran hacerlo. El anhelo ferviente
con el que estos novios se buscaban el uno al otro, debe mantenerse igual de
vivo en los corazones de todos los que amamos a Dios, para así, buscar de
manera incesante su presencia; abrazarlo, no soltarlo, y hacerlo entrar en
todos los espacios de nuestras vidas dándole el permiso de reinar
libremente.
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