El enemigo pensó que había vencido a Jocabed cuando se levantó en su contra para hacerla perder a su hijo. Lo que no sabia, es que ésta valiente y fuerte mujer de FE se anticipó a las circunstancias y decidió no acobardarse frente a ellas. Después de ver que ya no podía esconder a su bebé durante más tiempo, ideó un plan y se puso a trabajar para preservar su vida delante de aquella dura y cruel sentencia de muerte en contra de todos los niños hebreos. Tomó una canasta de juncos para construirle una pequeña embarcación a su hijo, le tapó las rendijas con asfalto natural y brea, y puso a su niño dentro, dejándolo a orillas del río y creyendo (Sin ninguna otra garantia) que Dios lo guardaría y lo cuidaría. Movió sus pasos con confianza hacia el Señor haciendo lo natural, y espero que Él hiciera lo sobrenatural.
Así fue como este pequeño bebé fue hallado sano y salvo por la hija de faraón, quien al ver que era un niño hebreo, llamó a una mujer de ésta misma nación para que lo cuidase, a la cual se le pagó para amamantar a aquel pequeño. Ésta mujer fue la misma Jocabed, SU MADRE. La judía que con tanto amor y fe había puesto a su hijo en un pequeño barco especial con la esperanza de poder verlo otra vez. ¡MUJER! Hoy yo nos llamo a ti y a mi JOCABED 👸🏻 Guerreras que no temen hacer lo que Dios las ha llamado a hacer, cuando tienen que hacerlo. Y que le demuestran al maligno que tenemos poder y autoridad para REVERTIR toda obra de las tinieblas en contra nuestra o de nuestras familias. Cuando creemos, DIOS ACTÚA A NUESTRO FAVOR; y cuando nos levantamos a poner nuestra fe en acción, no hay nada que pueda detenernos. El Señor reestablece todos nuestros derechos, como madres, esposas, amigas, hermanas, hijas, siervas. Y nunca nos dejará en vergüenza.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: —¿Acaso mi brazo ha perdido su poder? Ahora verás si mi palabra se cumple o no. Núm. 11:23
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