Es difícil no verse afectado por las cosas que otros hacen o dicen, pero no imposible. Para ello debemos entender, que las acciones de los demás no son necesariamente en nuestra contra, sino una proyección de sí mismos. La Palabra de Dios dice en Lucas 6:45 que el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, saca lo malo del mal tesoro que hay en su corazón; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Quiere decir que cuando alguien reacciona hacia personas o situaciones de una manera determinada, está sacando lo que lleva dentro y en muchas ocasiones eso no tiene NADA que ver contigo. Rechaza el victimizarte y no permitas que las acciones de otros influyan de manera negativa en ti. Así sea alguien muy cercano o amado. Piensa que tu no puedes cambiar su forma de ser, pero si puedes evitar que esa forma te afecte directamente. Ora por esa persona, deja que sea Dios quien trate con ella y suelta el saco de la culpa o de la frustración. Nadie puede dar lo que no tiene, asi que no esperes agua dulce de una fuente de agua salada, y no permitas que lo que los demás piensen o digan, determine tu valoración propia. Llénate de Dios y no estarás definido por nadie más.
La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón. Lucas 6:45
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