lunes, 19 de marzo de 2018

Permanecer en la Promesa

Desde el momento en el que Dios te da una Palabra hasta su cumplimiento, hay un tiempo en el que debes simplemente aguardar. Si el Señor te prometió algo, puedes estar seguro de que Él será fiel y justo para hacer cumplir esa promesa en tu vida, sin embargo, el tiempo de la espera forma parte del proceso por el que debes pasar para su completo recibimiento. Y sabemos que ese tiempo durará lo que Dios mismo considere oportuno y preciso para que tu puedas recibir. Es como ver crecer el fruto poco a poco en un árbol hasta que por fin llega el tiempo en el que puedes comerlo. Tal vez parezca que has esperado demasiado por tu bendición, pero hoy te digo que el Señor jamás te dará una piedra cuando le estás pidiendo pan, y que nunca te dará una serpiente si le estás pidiendo pescado. Quiere decir, que aunque en tu carne sientas que lo prometido se está tomando mucho tiempo, lo cierto es que el Señor te está preparando para poder recibir, y también está preparando tu bendición para entregarla COMPLETA en tus manos. Antes de ascender al cielo, el Señor Jesús le dijo a sus discípulos que Él enviaría sobre ellos la promesa del Padre (el Espíritu Santo), pero que debían quedarse en Jerusalén hasta tanto no la hubiesen recibido. Ellos debían aguardar con paciencia y obediencia en las palabras de Jesús y no irse de aquel lugar, hasta finalmente ser investidos de este gran poder de lo alto e iniciar así su Ministerio. Lo que Dios ha diseñado para ti es también poderoso, grande, y extraordinario; por eso debes esperar que todo lo que Él ha dispuesto para que se cumpla, esté dado y puedas recibir tu anhelada bendición. ¿No crees entonces que vale la pena esperar? Jesús te dice: No te vayas de tu Jerusalén hasta que te entregue lo que te prometí. Confía y ten la seguridad de que Él tiene el control de tu vida y que nada ha quedado inconcluso o sin terminar; así que si el Señor te ha dado una Palabra, sigue creyendo y permanece en ella hasta verla hecha realidad.

Ahora quédense en la ciudad, porque muy pronto les enviaré a quien mi Padre prometió. No se vayan a ningún otro lado, hasta que reciban el poder que Dios les enviará. Lucas 24:49 (tla)

Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes. Hechos 1:4 (NTV)


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