martes, 17 de julio de 2018

Cuando Dios te llama a algo distinto

Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Isaias 58:10

Empezar a servir en este nuevo Ministerio, me sacó totalmente de mi zona de confort, y le agradezco a Dios que así haya sido, porque estoy segura de que Él no quiere que te pongas muy cómodo en un solo lugar. Aunque mi ministerio durante mucho tiempo ha estado enfocado en la enseñanza y la predicación, todos sabemos que en estos duros y difíciles tiempos que vivimos como nación, no podemos sólo dar alimento espiritual. Jesús fue sensible a las necesidades humanas en todos los sentidos, y vino a salvar, si, ese fue su principal propósito. Pero al cumplirlo, también sanó, liberó, consoló, sirvió y alimentó a miles y miles. El enfoque de la Iglesia del Señor en Venezuela está orientado de igual forma al rescate de este país en todos los sentidos, y sabemos que para eso debemos hacer dos cosas: CREER, y salir de lo conocido. Es muy fácil decir: No, eso no es lo mío. Otros pueden hacerlo mejor que yo. ¿Y sabes algo? Puede que si, pero Dios no te quiere haciendo siempre lo mismo, o lo que crees que ya puedes manejar. Sino que desea usarte en todas las áreas que Él decida para mostrar su Gloria a través de ti. El te va a llamar a eso que se escapa de tu control, a aquello para lo que NO estás preparado y aquello en donde nunca creíste poder estar. Porque justo allí, pondrá tu fe en acción y te mostrará que es realmente de Él de quien vienen todas tus capacidades y tu fuerza.

¿Yo todos los sábados en la cocina? ¡Había que verlo para creerlo! Oré mucho los primeros días preguntando al Señor si de verdad me quería allí, y casi pude sentir que me decía: Deja de orar tanto y ponte a trabajar!! Hasta que me encaminé a hacerlo y la verdad no he podido ser mas bendecida. Dando, más que sólo recibiendo, y conociendo un montón de cosas nuevas que antes no sabia y que Dios quería enseñarme. Me uní a un grupo de hermanos maravillosos a los cuales pude conocer mejor, eso trajo más comunión y más armonía entre todos (Doble porción). Aprendí a descansar y a depender SÓLO de la provisión de Dios; pude sensibilizarme mucho más con las necesidades de mi prójimo y con eso tambiénempecé a ser mucho más agradecida por mis propias bendiciones. He usado también lo que Dios me dio en la predicación de su Palabra para ministrar a la gente de otras formas. Hemos podido dar por gracia lo que sólo por gracia hemos recibido (La provisión viene de Él, por si se preguntan. Las cuentas nunca dan). Y lo mejor es que siento que a través de este pequeñito trabajo, hemos podido bendecir a muchas, muchas personas que de verdad lo necesitan. Sólo Jesús, nuestro Rey, lo ha hecho posible. Es tiempo de DAR, y no precisamente dinero. Si Dios te llama, ve. Es Él quien se ha comprometido a cubrirte y llevarte a término. CONFÍA EN ÉL y déjate usar para su Gloria, sin preguntarle donde lo hará o como lo hará. No pierdas tiempo, no cedas ante las manipulaciones del maligno que siempre te dará una excusa para decir que NO, y sigue creyendo y trabajando por este hermoso país que pide a gritos la manifestación de los hijos de Dios.







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