viernes, 9 de febrero de 2018

¿Qué es adoración?

Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Mateo 5:15

Adoración no es algo que doy, o algo que hago, es lo que SOY delante de Dios. Cada creyente es un Altar que ha sido encendido con el fuego del Espíritu Santo, y nadie enciende algo y luego lo tapa o lo esconde en un lugar donde nadie pueda verlo, al contrario, lo pone en un lugar alto, donde todos los que lo perciban puedan recibir su LUZ. En la antigüedad, el pueblo judío adoraba a Dios mediante ofrendas a su divinidad. Este era el modo en el que sólo los sacerdotes se acercaban a Él para poder adorarlo. Hoy, esa ofrenda somos nosotros mismos. Nuestra vida, nuestra esencia, nuestro ser. El lugar que ahora tenemos para adorar es mucho mejor y perfecto, no lo hizo ningún ser humano, así que no es de este mundo. Cristo entró a Él para ofrecerse a si mismo por cada uno de los creyentes, para que pudiésemos de una vez y para siempre, tener una relación plena y efectiva con Dios. Su presencia vino a romper toda barrera o yugo de separación que existía y nos ha consagrado a su nombre. Por eso todo lo que soy debe ser la principal ofrenda y sacrificio que le brindo como muestra de mi amor y mi gratitud. La adoración, además de ser un estado espiritual a través del cual nos relacionamos de forma intima con Dios, viene a conformar un estilo de vida para cada creyente que desea obedecer, honrar y servir a ese Dios a través de la fe. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: AVIVA le fuego del don de Dios que está en ti. El don de Él, su gracia, su favor, YA ESTÁ EN TI, pero mantenerte siempre encendido es TU responsabilidad. Necesitas que ese fuego sea cada día más intenso para que la llama de tu altar nunca mengüe o disminuya. Lo que Dios colocó en ti, no puede ser cubierto ni mucho menos puesto por debajo. Es una luz que debe encender e iluminar a todos a tu alrededor para brindar fuerza, presencia y poder. ARDE por Él. 

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