miércoles, 22 de febrero de 2017

Lo mejor siempre espera adelante

Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Isaías 43:19

Muchas son las veces en las que caemos en el error común de añorar tiempos pasados, aún sabiendo que el único momento en el que tenemos permiso para mirar hacia atrás, es para testificar de donde Dios nos sacó. Nuestro Dios es un Dios de nuevos acontecimientos, de cambios constantes y de transformaciones firmes. Al rescatarnos, cambió nuestro lamento en canción y nos trasportó a una nueva identidad con Cristo Jesús, donde lo viejo quedó en el pasado y lo nuevo empezó a escribirse en su presencia. Todos los cambios se producen cuando nos atrevemos a empezar, y aún, ante las expectativas de un futuro incierto, podemos permanecer seguros si habitamos bajo el abrigo de su protección. Despojémonos pues de todo peso e inconstancia que generalmente nos asedia y corramos con paciencia y fortaleza la carrera que tenemos por delante. Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de Él viene nuestra confianza, y es el campeón que perfecciona nuestra fe. 

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