En
ocasiones, para el mundo, algunas mujeres parecen ser demasiado... Demasiado
inteligentes, demasiado bellas, demasiado fuertes, demasiado preparadas,
demasiado ocurrentes, demasiado espirituales, demasiado algo. Por lo que a
veces para no hacer sentir menos a los demás, sobre todo a los hombres, esas
mujeres llegan a sentir que deben ser menos como mujer.
Ahora bien, La Palabra nos dice en
Proverbios 31:10 que la mujer virtuosa, posee una estima que sobrepasa
largamente al de las piedras preciosas; en efecto, aquel que la halle,
ciertamente encontrará un tesoro. Por eso, el mayor error que puedes cometer
como mujer valorada por Dios, es quitarle joyas a tu corona para que a alguien
le pese menos. Si esto pasa, entiende que no necesitas una corona más pequeña,
sino un hombre con manos más grandes y más fuertes que puedan sostenerla.
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