miércoles, 1 de noviembre de 2017

REPOSO VS. ACCIÓN

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno. Santiago 1:5 (DHH)

Uno de mis grandes retos como hija de Dios, ha sido descubrir cuando permanecer de rodillas para recibir, y cuando debo ponerme de pie para ir yo misma a alcanzar. Cuando Abraham, el amigo de Dios y padre de la fe hebrea, supo que Sodoma sería destruida, se mantuvo en oración clamando a Dios para que su sobrino Lot, el cual vivía en aquella región, pudiese ser salvado. En ese momento Abraham optó por el reposo y descansó en el Señor. Mientras que, cuando el mismo sobrino fue víctima de un ataque por parte de tropas enemigas, y fue llevado prisionero, Abraham se levantó y juntó a todos sus hombres para salir a pelear por él y rescatarlo. En este último caso, Abraham, atacó desde su propia mano la situación. En ambos escenarios encontramos la actitud de un hombre de fe que no se dejó vencer por las circunstancias, y que sabía cuando era el momento oportuno para esperar en la presencia de Dios, y cuando había que levantarse y actuar. Solo de una profunda intimidad con el Padre Celestial puede brotar la sabiduría para comprender cual de éstas es la alternativa correcta. Pues Él desea REVELAR a tu vida cual es la forma indicada en la que debes caminar. Sin importar lo que digan los demás, o la magnitud de las cosas que sucedan a tu alrededor, decide tu mismo a través del Espíritu de Dios, si debes mantenerte quieto y ver lo que hace Dios, o si por el contrario, debes ir en sus fuerzas y arrebatar tu bendición. A través de Jesús, Dios ha hecho sobreabundar en sus hijos todo conocimiento e inteligencia, así que pregúntale hoy si esperas que pase, o HACES que pase, porque sólo su dirección puede llevarte por el camino correcto. Si obedeces a su voz, así como en el caso de Abraham, el éxito estará asegurado.

¡Pregúntale!


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