jueves, 29 de agosto de 2013

El ejemplo de Tito

“Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.  Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” v 5-6

Tito fue uno de los siervos fieles del Apóstol Pablo, al cual se le encomendó una importante tarea, pastorear a la iglesia en Creta, una de las islas más grandes en el mar mediterráneo. En la carta a Tito encontramos una serie de recomendaciones que le fueron dadas para enseñar a los cretenses a ser bondadosos, sobrios, justos, santos, y retenedores de la palabra. El deber de Tito como líder era enseñar a los miembros de su iglesia que debían realizar una práctica externa de su salvación en su vida diaria, esto quiere decir que el comportamiento de los creyentes debía mostrar la doctrina que proclamaban.

El joven Tito tenia características dignas de ser reconocidas; era organizado (Tito 1:5), ya que impuso un orden en la iglesia; fue responsable, al asumir su compromiso como líder de la iglesia; obediente en el cumplimiento de la tarea que le fue encomendada; valiente, al momento de enfrentar los problemas y afrontar el caos; mostró honestidad tanto con Pablo como con la iglesia; se encargo de impartir una sana doctrina (Tito 2:1-6), y ser un modelo para todos los creyentes (Tito 2:7). Un ejemplo es un caso o hecho que se prolonga para que se imite y se siga o para que se huya y se evite, esto quiere decir que existen buenos y malos ejemplos; Te animo a que podamos cultivar y ajustar a nuestra persona todas estas valiosas cualidades que mostró el líder Tito,  tomar su buen ejemplo y poder imprimir en nuestro entorno una huella auténtica, transformadora, que corrija lo deficiente y enseñe con honestidad el evangelio de Cristo; siendo al igual que Tito un ejemplo para todo aquel que nos rodee.




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